Diez regalos comestibles para Navidad

Antes de salir del paso con un trasto o una corbata, ¿has pensado en la posibilidad de regalar algo comestible? Expertos en gastronomía ofrecen sus recomendaciones para no fallar.

Cuando engordar molaba.

Entonemos un canto al regalo comestible: no ocupa espacio en tus estanterías y en tus pesadillas como la figurita de los chinos que te regaló tu suegra; no te lo encuentras en el armario como la bufanda de lana barata que pica que te compró tu cuñado, y siempre lo disfrutas a poco tragoncete que seas.

Regalar un buen producto que se pueda zampar es una buena idea, y más para los que tenemos cierta tendencia a almacenar objetos que no necesitamos en casa. Para guiaros en la procelosa ciénaga del consumo gastronómico y que no acabéis comprando una botella de Rondel Oro, hemos pedido a unos cuantos expertos que nos den sus recomendaciones. También he metido un par de morcillas mías, que ya sabéis que no me callo ni debajo del agua.

SOBRASADA CON QUESO AZUL DE CAN COMPANY

A los más finolis, una sobrasada puede parecerles un regalo pelín ordinario. Pero la sobrasada de Can Company (Mallorca) no es cualquier sobrasada. Elaborada por el charcutero artesano Xesc Reina con carne de porc negre mallorquín y queso azul de Molí de Ger (La Cerdanya), es un emblema de cómo lo de siempre y lo innovador casan sin problema cuando las cosas se hacen bien.

“Descubrí el trabajo de Reina hace poco y me fascinó”, asegura Jorge Guitián, autor de Gourmet y Merlín y colaborador de la revista Zouk. “En un producto tan maltratado como la sobrasada, él ha optado por mantenerse al margen, siendo respetuoso con la tradición pero sin cortarse, elaborando nuevas fórmulas, arriesgando y sobre todo pasándoselo bien. Habrá quien se lleve las manos a la cabeza pero está realmente buena, que es lo importante. Para mí es un producto para tomar sin añadidos: una buena rebanada de un pan de calidad calentito y nada más. La única pega es que no tienen tienda online y hay que pedirla online en la web de Can Company”.

Precio: 16 euros

MERMELADAS DE CUCUMI

Para los que no hemos abandonado la sana costumbre de desayunar tostadas con mantequilla y mermelada, recibir como regalo alguna de las delicias de Cucumi es como que te venga Dios -o el diablo, si eres satánico- a ver. Carlos G. Cano, responsable de asuntos gastronómicos en la Cadena Ser, aboga por ellas como ejemplo de producto que trata de ir un poco más allá de las fórmulas clásicas. “María Fernández, alias Cucumi, lo dejó todo para dedicarse a producir y vender mermeladas monovarietales, de autor y con chispa. Es decir, de uva garnacha o albariño, de pera y dátil, o de fresa y pacharán, por citar solo unos ejemplos”.

Cucumi vende packs de degustación con nueve pequeños frascos por 12 euros, pero Carlos, que bajo su apariencia de joven dinámico esconde una ballenita golosa interior, recomienda regalar al menos cuatro o cinco tarros de los grandes, “entre los que tiene que haber uno de albaricoque sí o sí”. Las mermeladas se pueden comprar on line o en tiendas de toda España, pero el obrador está a las afueras de Guadalajara. “Allí es donde Cucumi, su hermana y su cuñado pelan las frutas manualmente o se pasan horas removiendo los pucheros para ir retirando las pepitas una a una. Lo vi con mis propios ojos y ¡eso no tiene precio!”.

Precio: 6 euros

STERLING CAVIAR

Sí, habéis leído bien. Caviar. El gran símbolo gastronómico del lujo, por el que vale la pena tirar la casa por la ventana si tu bolsillo te lo permite. Carlos Maribona, crítico gastronómico de ABC y autor de Salsa de Chiles, justifica su compra con estas bonitas palabras: “Escribía Julio Camba, uno de nuestros grandes gourmets, que ‘una buena tartina de caviar al comienzo de la comida y todo irá como la seda’. Y es que Camba consideraba el caviar ‘lo más delicioso del mundo’ pero además un estimulante del apetito. Años más tarde, otro gran maestro de la literatura gastronómica española, Josep Pla, en su libro Lo que hemos comido, aseguraba con ironía que el caviar es excelente, ‘pero si fuese más barato seguiría siendo excelente”.

“Las huevas de esturión siempre han sido un producto exclusivo, con su propio ritual: recipientes de cristal o porcelana a los que dedicaron su tiempo los mejores diseñadores; cucharillas de nácar o marfil, nunca de metal. Está claro que esas pequeñas bolitas grises y pegajosas, de olor delicado y sutil, que para Pla tenían un sabor “sustancioso, ligero y original”, son un producto de lujo que no está al alcance de todo el mundo. Pero estamos hablando de un regalo navideño, y un día es un día. Qué mejor obsequio que una latita de estas preciadas huevas de esturión, un producto que hay que probar al menos una vez en la vida”. Maribona recomienda la marca Sterling Caviar, que obtiene su producto de esturiones blancos del río Sacramento y lo procesa de forma artesanal sin pasteurización ni conservantes como el bórax.

Precio: 100 euros la lata de 50 gramos de caviar Classic.

CESTAS DE OXFAM INTERMÓN

Los alimentos de comercio justo que vende la ONG Oxfam Intermón te hacen sentir bien por dos motivos: primero, porque al comprarlos sabes que estás ayudando sus productores a prosperar y a mantener una vida digna, y segundo, porque están buenísimos. Ambos motivos me llevan a comprar siempre que puedo sus sensacionales chocolates y cacaos, así como sus cafés, galletas, salsas o aperitivos. Una buena manera de apoyar sus iniciativas es regalar una cesta con una varieté de sus productos: la Justicia incluye chocolate, té, café, piña y un panettone; si al que recibe el regalo le gusta la chichiparra, la Dignidad lleva también vino, y si ya quieres lucirte, la Solidaridad añade al lote trufas y turrones.

Precio: de 19,90 a 43,90 euros.

NARANJAS LOLA

Cristina Jolonch, periodista gastronómica de La Vanguardia y presidenta para España de The World’s 50 Best Restaurant, parece decidida a que no engordéis más de lo necesario en esta época de vacas obesas que es la Navidad, y por eso recomienda un poco de fruta. “Yo regalaría una caja de naranjas Lola. Se compran online, llegan desde Valencia y van directas del árbol a la cocina de casa, sin pasar por el frigorífico. Para esos momentos de calma que tanto se agradecen entre exceso y exceso”.

Precio: 27 euros la caja de 10kg.

CHOCOLATES MATÍAS LÓPEZ

Es de esos productos que comprarías sólo por su historia: nacidos en 1875, los Chocolates Matías López fueron revolucionarios tanto por sus métodos de elaboración como por su márketing -con la fantástica publicidad de “Los gordos y los flacos”-, pero desaparecieron en 1965. Ahora el nieto del dueño ha recuperado tanto la marca como las recetas de su abuelo, y se ha lanzado a producir un chocolate exquisito bajo demanda en ediciones limitadas. El descubrimiento es de Alfonso López, autor de Recetas de Rechupete: “Jimena, mi mujer llegó un día a casa después de una cata de chocolates y me dijo toda emocionada: ‘Ya tengo premio al mejor chocolate del año’. Es de lo mejorcito que conozco... y en casa somos unos expertos en chocolate de verdad”.

Precio: 7,50 euros

PACK DEL MAR DE AMAIKETAKO

Hamaiketako siempre ha sido una de mis palabras favoritas en euskera. Literalmente significa “lo de las 11” y designa una de las comidas más satisfactorias del día: el piscolabis que te metes entre pecho y espalda a media mañana. Tres emprendedores de San Sebastián la han usado (sin hache) para nombrar su recién nacida marca, dedicada a seleccionar y vender productos artesanos apropiados para el momento del aperitivo. Sus quesos, embutidos, foies y verduras embotadas son impecables, pero a mí me han llegado al alma con sus pescados en conserva. El pack del mar, al que yo llamaría “pack de la felicidad”, reúne anchoas, boquerones, pastel de cabracho y un bonito por el que matar. Además, el empaquetado es bien elegante, lo que convierte al conjunto en un objeto muy regalable.

Precio: 25,95 euros

CAJA DE DULCES DE PACO TORREBLANCA

Más dulces, esta vez de la mano de una gran cocinera y un maestro de la repostería. Susi Díaz, chef de La Finca y juez en Top Chef, recomienda regalar una caja de dulces de su amigo Paco Torreblanca. “Creo que es una forma estupenda de disfrutar de los dulces navideños, de la mano del mejor pastelero del mundo, porque incluye turrón, chocolatinas, trufas y caviar de chocolate. Sin duda, es un regalo para disfrutar con la familia o los amigos, y ya os aseguro que no os dejará indiferentes”.

Precio: 67 euros.

PACK DE PRODUCTOS DE PETRA MORA

No todo es darse a los demás en esta vida, y de vez en cuando hay pensar en la autosatisfacción más egoísta. Por eso me gusta lo que plantea Carmen Alcaraz, periodista gastronómica en diversos medios y editora de 7caníbales: autorregalarse el pack núm.13 de Petra Mora. “Para empezar, y por eso es una de mis cestas favoritas de la marca, contiene dos latazas producidas por Porto-Muíños, una de las empresas patrias pioneras en el uso de vegetales de mar: una de mejillones con algas en escabeche blanco y otra de pimientos del piquillo con kombu de azúcar. A día de hoy podría vivir en Fondo de Bikini con Bob Esponja y Patricio, dado que intento comer algas tres o cuatro veces por semana, no solo por sus excelsos nutrientes, también por la textura y por el abanico de sabores, incluido el umami. Así que en vez de espumillón, prefiero llenar de wakame mi Navidad”.

Según Alcaraz, el pack también puede llevarte por el camino del chusquing en estas fechas tan entrañables. “Contiene un queso castellonense de servilleta de cabra de la Cooperativa del Catí (con diversos premios, perfectos para acallar al cuñado de turno...), barras de turroncito del que siempre disfruto en muy pequeñas cantidades durante meses, y una botellita de Cream Lauresa para reivindicar el jerez como el más infalible acompañante en las mesas. Y, por qué no, como perfume a lo Marilyn: una gotita en la muñeca, otra en el cuello y una en los labios para que te coman a besos en Fin de Año”.

Precio: 34,65€

PACK DE ACEITES MELGAREJO

"Doy fe de que funciona", asegura Pilar Salas. "Desde hace algunos años es uno de mis regalos navideños comestibles, y a los amigos obsequiados les ha encantado". La recomendación de la periodista gastronómica de la Agencia EFE consta de cinco botellas de diferentes variedades de aceite de la almazara jienense Melgarejo, que lleva en esto desde 1780. Frantoio, picual, arbequina, hojiblanca y un coupage denominado Melgajero Composición vienen envasados "con lucida presentación" en dos tamaños: 100 y 250 mililitros. Salas recomienda el grande, porque el otro "se le queda corto".

Precio: 19,90 euros (cinco botellas de 100 ml) y 48 (de 250 ml).

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