El regreso del ganchillo o cómo renovar una artesanía a fuego lento para situarla a la vanguardia de la moda
La firma sevillana Hilando el tiempo apuesta por esta técnica ancestral con prendas que llevan hasta 200 horas de trabajo manual y triunfan en las pasarelas y entre los famosos
El tiempo, en la era de la inmediatez, se ha convertido en un concepto subversivo. Un lujo que se puede trasladar también a la moda. Es la filosofía que inspira a la firma sevillana Hilando el tiempo, que trabaja a fuego lento con la firme intención de evadir los dictámenes del mercado de consumo y apostar por productos que se puedan usar durante toda la vida y que se heredan, ganando así con los años un valor sentimental impagable. Piezas que ...
El tiempo, en la era de la inmediatez, se ha convertido en un concepto subversivo. Un lujo que se puede trasladar también a la moda. Es la filosofía que inspira a la firma sevillana Hilando el tiempo, que trabaja a fuego lento con la firme intención de evadir los dictámenes del mercado de consumo y apostar por productos que se puedan usar durante toda la vida y que se heredan, ganando así con los años un valor sentimental impagable. Piezas que puntada a puntada se convierten en joyas eternas en los armarios.
Hasta 200 horas de trabajo para una única prenda han podido invertir Eva Pozuelo y Rosario Andrade (Sevilla, 49 y 52 años, respectivamente). Ellas son las responsables de una marca que nació en 2012, sin referentes en su sector, para poner en valor esta técnica ancestral llevándola al mundo de la moda. “Desde los siete años hacía ganchillo con mi abuela, me ha acompañado siempre”, explica a EL PAÍS Pozuelo, licenciada en Filología Italiana, que fue la primera en convencer a Andrade, ingeniera informática que se encontraba en esos momentos de excedencia, para dar salida profesional a su gran afición: el ganchillo.
“Hilando el Tiempo nace después de un largo café con Rosario”, recuerda Pozuelo. Apenas se conocían de llevar a sus hijas —del mismo nombre y en la misma clase— al colegio en un céntrico barrio de Sevilla. De ahí surgió esta unión, que dio sus primeros pasos como cooperativa, probando con pequeñas piezas textiles para el hogar y moda infantil y acudiendo a mercadillos de artesanía hasta que, en 2014, la pasarela Andalucía de Moda creó un desfile de moda verde y les encargó 10 artículos. Ambas sitúan ese hito como el inicio de lo que han alcanzado a día de hoy: aunque continúan siendo una rareza dentro de la industria de la moda, han logrado impulsar desde Andalucía una firma exclusiva capaz de unir el uso de las fibras naturales y una técnica ancestral con diseños contemporáneos. Una moda verde, sostenible y única, “para un público que quiere cosas con alma”, aseguran.
Entre los consumidores que buscan ponerle corazón a su manera de vestir hay un ejemplo reciente: la representante de España en Eurovisión, Blanca Paloma, que durante todo el concurso del Benidorm Fest apareció ante los medios con prendas de ganchillo exclusivas de Hilando el Tiempo, al igual que lo hizo para las fotografías oficiales del concurso, en una mezcla de tradición y vanguardia que encaja a la perfección con su música. Igualmente, Eva Pozuelo y Rosario Andrade fueron protagonistas hace un año del desfile Hispania del diseñador Leandro Cano, para quien confeccionaron piezas específicas, y también en la celebración del décimo aniversario de este creador, con la presentación de su colección en la semana de la alta costura de París el pasado verano. Las actrices Macarena García o Milena Smit, entre otras, han sido también sus embajadoras en la alfombra roja.
No obstante, en su concepto creativo va implícita la exclusividad. Confeccionan —solo ellas dos intervienen y controlan todo el proceso— una media que oscila entre 50 y 70 piezas al año. “Colecciones pequeñas, pero contundentes”, confirma Pozuelo. De hecho, trabajan con cita previa y bajo pedido. “Solo compramos para hacer, no acumulamos material”, cuentan desde su minúsculo local en la capital andaluza, todo un laboratorio de ideas de estas dos “creadoras textiles”, como les gusta denominarse. “Primero creamos los tejidos y, a partir de ahí, vamos confeccionando el patrón. Es un trabajo muy lento, de muchas horas, de pruebas, ensayo y error”, explica Andrade.
Otra de sus singularidades es que se han atrevido a pasar por la aguja todo tipo de tejidos —”el ganchillo es la técnica, no el material”—, de las clásicas lanas a fibras de alga, bambú, maíz, fibras de leche y coco, y hasta un algodón orgánico hilado y teñido por mujeres desfavorecidas en Sudáfrica. “Hilando el Tiempo mantiene un firme compromiso con la sostenibilidad medioambiental y con la procedencia ética de sus materias primas”, destacan.
Esta filosofía de trabajo ha inspirado desde Sevilla toda una revolución artesanal nacional, con festivales como el pasado Madrid Design Festival celebrado en la capital de España la primera semana de febrero y que contó, precisamente, con Sevilla como ciudad invitada, así como en la iniciativa España Artesana o la muestra Sevilla Teje. “Es cierto que estamos llegando cada vez a más gente. La artesanía pasó una época denostada y ahora se ha vuelto a ella con un concepto de exclusividad y de lujo”, reflexiona Eva Pozuelo. Aun así, siguen sin existir referentes exclusivos de ganchillo, lo que coloca a esta marca como una rara avis dentro de la industria de la moda.
Desde 2020, pasados los primeros estragos de la pandemia, dieron el salto a Madrid con un espacio expositivo para prensa en el Barrio de las Letras (TeMeCé Showroom), que les permite “estar presentes sin tener que estar allí y poder trabajar desde Sevilla”. Su próximo reto es retomar la joyería de ganchillo, realizada con hilos de oro y plata en gargantillas, collares, brazaletes, pendientes… Como presume Rosario Andrade, “todo lo que sea un hilo continuo se puede hacer en ganchillo”.