“Somos una familia” o “te damos fruta y café gratis”: lo que las nuevas ofertas de empleo dicen de la empresa

Ambiente flexible y distendido, futbolín y jornada reducida los viernes. En algunos casos, estos beneficios buscan tener más contento al trabajador para aumentar su productividad, en otros, son formas de compensar salarios bajos. Analizamos con algunos expertos qué hay detrás de esos crípticos anuncios

Fruta gratis en una empresa de 'call center' en Torrevieja, en 2023.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ

“Fruta fresca siempre disponible”. “Recarga las pilas en nuestro coffee corner”. “Zona de billar y futbolín para relajarte”. “Incluye gym pass”. Algunas empresas jóvenes (y otras no tan jóvenes que operan en sectores creativos) incluyen este tipo de incentivos en los empleos que ofertan en LinkedIn. No aportan pistas sobre retribuciones económicas, pero sí un paquete atractivo o superfluo (según se mire) que puede interpretarse de ...

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“Fruta fresca siempre disponible”. “Recarga las pilas en nuestro coffee corner”. “Zona de billar y futbolín para relajarte”. “Incluye gym pass”. Algunas empresas jóvenes (y otras no tan jóvenes que operan en sectores creativos) incluyen este tipo de incentivos en los empleos que ofertan en LinkedIn. No aportan pistas sobre retribuciones económicas, pero sí un paquete atractivo o superfluo (según se mire) que puede interpretarse de varias formas. La primera tendría que ver con proyectar un ambiente laboral diferente al de las grandes corporaciones. “Para atraer talentos jóvenes y creativos, los incentivos como los coffee corners o las bandejas de fruta, a veces, pueden parecer superficiales, pero son parte de una oferta más amplia destinada a crear un entorno de trabajo agradable y estimulante. Y deriva en que las empresas, especialmente las start-ups, están dando mayor atención al bienestar de los empleados ofreciendo comodidades”, opina Israel Carrasco, profesor del máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y socio de Happyforce.

Una segunda interpretación estaría asociada a los bajos presupuestos con los que cuentan las empresas al principio de su andadura. Borja Ussía, director general de RightHand, una empresa de captación y desarrollo de talento digital, lo aclara: “Muchas veces las empresas que están empezando tienen que competir más allá de los salarios. En el entorno de trabajo, cada vez más, se incorporan cosas que antes quedaban en el ámbito personal: el café gratis o la fruta son detalles que muestran el valor que dan para que estés a gusto. ¿Te sientes más cuidado y valorado por estas acciones? Generalmente no, pero cuando uno se siente a gusto, su desempeño es mayor, y pequeños detalles a veces consiguen grandes cosas. Otra cuestión es si es necesario añadirlo en la descripción de una vacante. Mucha fruta a veces es un poco indigesta y otras te alegra el día”.

Al igual que sucede con el greenwashing —esas técnicas de marketing a las que recurren las empresas para presentar su producto más verde de lo que es—, en el ámbito laboral se empieza a hablar de otro lavado: el healthwashing. En pleno debate por la salud mental, las compañías empiezan a ser más conscientes de las necesidades y el bienestar de sus empleados. El problema viene cuando, como en la metáfora de Ussía, la fruta deja de ser una alegría para convertirse en indigesta. Es entonces cuando esas ofertas laborales, por muy bien que pinten, no son coherentes con el fondo de sus acciones. “Una vez te venden la moto, cuando te metes en la empresa ves que es una realidad completamente diferente, ocultando prácticas no muy éticas. Al final, desde mi punto de vista, tiene que ver con si estas son auténticas, sostenibles y coherentes con la cultura organizacional. Es lo que yo llamo una política de chapa y pintura”, asegura Carrasco. Porque las empresas ya no se juegan su reputación solo de cara a sus clientes, sino también entre sus empleados: “En Glassdoor, por ejemplo, ves un montón de opiniones a favor o en contra, incluso una valoración de cómo es tu empresa y de tus políticas de bienestar. Y todo lo que dices que eres, lo eres de verdad, con opiniones basadas en comentarios de la gente que ya ha trabajado ahí”, añade.

Entre anglicismos y jerga informal

Otra de las tácticas que emplean los nuevos reclutadores es el uso de un lenguaje coloquial, a veces incluso acompañado por emojis. “Te echamos de la oficina los viernes a las 14.00″, reza una oferta de Linkedin con el dibujo de unas deportivas corriendo. En un ambiente laboral, el verbo “echar” es, quizás, el más temido de todo el diccionario, pero algunas compañías ya se atreven a utilizarlo para dejar claro que en sus oficinas el horario se cumple. “Los emoticonos son buenos extras, pero no podemos olvidar que lo importante es que quede clara la descripción del puesto de trabajo y de la empresa. Que la forma no se coma el fondo. En general, las start-ups emplean un lenguaje informal y auténtico para atraer empleados, enfatizando la innovación, la transparencia y la cultura colaborativa”, explica Ussía. “Cuando ves una oferta con emoticonos y un tono más informal es porque se quiere transmitir cercanía con el candidato, decir que aquí somos auténticos y que puedes ser tú mismo desde el primer momento. Pero muchas veces no es el lenguaje más acertado, por eso es bueno contactar con empresas especializadas que son capaces de proponer y atraer talento diverso, que realmente ayude a la empresa en esa aportación de valor”.

Algunas empresas jóvenes (y otras no tan jóvenes que operan en sectores creativos) incluyen este tipo de incentivos en los empleos que ofertan.Willie B. Thomas (Getty Images)

El lenguaje importa. Los productos ya no son los mejores del mercado, sino los que más “lo petan”. Y las jerarquías desaparecen para formar una gran familia. “Un núcleo familiar está compuesto de entre 3 y 20 personas, por ejemplo. La metáfora aquí podría ser que somos pequeños y, por lo tanto, horizontales. Puedes acceder a todo el mundo y vamos a tener una relación supercercana”, detalla Carrasco, que ve más de una connotación en trasladar el concepto de familia al ámbito laboral. “Pero si somos una familia, ¿qué no harías tú por tu familia?”. Lo que nos llevaría a interpretar una disponibilidad de la persona contratada mucho más allá del entorno de la oficina y del horario laboral.

El profesor del máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos de UNIR también cree que ese núcleo pequeño que en un principio puede existir acabará perdiéndose debido al incremento del negocio: “Con el crecimiento de la propia start-up eso se pierde. Al principio éramos cinco, pero ahora somos 50 y ya no hablo con todo el mundo. Entonces ya no somos una familia y empezamos a ser una empresa. Y eso es algo que tienen que cuidar las start-ups porque se produce un cambio entre las expectativas o la idealización del principio con lo que se está convirtiendo al final, con departamentos, estructura, burocracia, jerarquización…. Y ahí también se puede producir una falta de compromiso y una posible salida de fundadores o de personas que estaban desde el principio”. Y llegan las nuevas contrataciones.

Empresa busca a superhéroes

A la precariedad laboral a la que están sometidos los jóvenes se suma la frustración que generan las ofertas de trabajo imposibles. Algunas empresas buscan a recién licenciados con una dilatada experiencia laboral, extensa red de contactos, varias especializaciones y nivel nativo en varios idiomas, si es que se puede nacer en varios lugares a la vez. “Los gurús dicen que el talento es escaso. Yo creo que no es escaso, sino que le estamos pidiendo peras al olmo. Queremos que una persona junior venga con 10 años de experiencia, cinco carreras, tres idiomas y que vaya a cobrar 600 euros de prácticas. Eso no es talento, y además es ilegal. Las empresas tienen que empezar a definir y concretar: cuál es el talento que necesitan para cubrir un determinado puesto laboral o una determinada responsabilidad. Y a partir del talento ideal podré comparar con las personas que se presentan al mismo y empezar a definir y a ponderar. A veces yo creo que tiran por arriba, por elevación, y todas las personas reales nos quedamos muy lejos de ese perfil ideal que es casi imposible de cubrir”, opina Carrasco.

Las nuevas oficinas también tienen distintos ambientes para relajarse o cambiar de aires.Portra (Getty Images)

Por su parte, Ussía reconoce que estos casos pueden producirse por falta de organización: “A veces te encuentras con ofertas que parecen pedir superhéroes. Esto puede ser una señal de que necesitamos ajustar nuestras expectativas o que falta un poco de organización. Queremos encontrar al candidato ideal, pero sin que parezca una misión imposible”. Y añade que para lograrlo “la oferta debe ser clara y sincera, como si estuviéramos charlando contigo en un café. Queremos que sepas exactamente qué esperar, desde las responsabilidades del trabajo hasta lo que puedes esperar de nosotros en términos de salario y beneficios. Queremos que te emocione unirte a nuestro equipo, y eso empieza siendo honestos contigo desde el principio”.

El director general de RightHand hace hincapié, además, en que la búsqueda de trabajo nunca debería ser unidireccional: “La empresa busca a un perfil determinado, pero el candidato también tendría que poder decidir si el puesto es el que encaja con su carrera”. Carrasco añade: “Hay mayor equilibrio entre la oferta y la demanda, y es muy bueno porque se produce una negociación. Ya no es: ‘Oye, esto es lo que hay’, si no que entramos en una negociación de qué te ofrezco yo, cómo lo valoras tú y si me siento cómodo trabajando contigo”. O, lo que es lo mismo, la mentalidad winwin de la que hablan las nuevas ofertas de trabajo.

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