Nueve errores nefastos para la salud de los gatos: normalizar el vómito o confundir la tos con bolas de pelo
Los cambios de rutina o los ambientes poco adaptados a su naturaleza felina pueden provocar en los felinos estrés, ansiedad o agresividad. Aclimatar el hogar y ofrecerles una alimentación adecuada aumenta su calidad de vida
La incomprensión o el desconocimiento de la naturaleza y las necesidades de los gatos pueden derivar en errores nefastos por parte de sus dueños, que conviene evitar para que estos animales estén sanos y sean felices. De lo contrario, los felinos pueden enfermar. “Pueden desarrollar estrés crónico, ansiedad, cistitis, obesidad, agresividad o problemas de comportamiento como el uso inadecuado del arenero”, explica Susana García, veterinaria acreditada de la Asociación ...
La incomprensión o el desconocimiento de la naturaleza y las necesidades de los gatos pueden derivar en errores nefastos por parte de sus dueños, que conviene evitar para que estos animales estén sanos y sean felices. De lo contrario, los felinos pueden enfermar. “Pueden desarrollar estrés crónico, ansiedad, cistitis, obesidad, agresividad o problemas de comportamiento como el uso inadecuado del arenero”, explica Susana García, veterinaria acreditada de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños animales (AVEPA) y directora científica de VerPartners.
Los felinos son depredadores y uno de los equívocos clásicos que se suele cometer con ellos tiene que ver con el uso del espacio doméstico donde viven. “El gato necesita un ambiente donde poder desarrollar su naturaleza cazadora, como lugares donde esconderse o sitios elevados para controlar su territorio, por lo que conviene facilitarle su acceso a ellos, como estantes en la pared que se encuentran en altura o las torres de juego específicas para ellos”, recomienda García. Esta especialista hace hincapié en la naturaleza rutinaria de los gatos y lo poco que les gustan los cambios imprevistos: “Les estresan las novedades frecuentes en la casa, porque se sienten tranquilos y están cómodos con lo predecible, así que les desagradan situaciones como los traslados, las mudanzas o las estancias en casas de desconocidos”. Cuando conviven varios gatos, el hogar debe estar adaptado a esa circunstancia específica. “Cada uno debe tener sus propios recursos de forma independiente, como en el caso de los bebederos, los comederos, los areneros o los lugares de descanso”, señala la veterinaria, que también destaca que hay que evitar “las plantas tóxicas, como las adelfas o los lirios, así como regañarles, pegarles o alimentarles con dietas de baja calidad”.
Nueve errores a evitar con los gatos
La lista de equivocaciones que se suelen cometer con los felinos y que ponen en riesgo su bienestar tiene que ver con cuestiones que van desde la alimentación o el juego hasta la hidratación, como las que menciona Tania Velasco, directora de la Clínica Felina Neko y miembro del comité científico del Grupo de Especialidad de Medicina Felina (GEMFE):
- Una dieta inadecuada para los felinos que no cubra adecuadamente sus necesidades nutricionales, como en el caso de la comida vegetariana (son carnívoros estrictos) o usar piensos para perros, puede ocasionarles problemas de salud, como la atrofia de la retina o una cardiomiopatía. Ciertos alimentos les pueden provocar problemas digestivos o intoxicaciones, como el chocolate, el ajo, la cebolla, el aguacate o el brócoli.
- La falta de hidratación correcta, ya que son animales originarios de ambientes desérticos, por lo que tienen una gran capacidad de concentrar su orina, lo que les hace propensos a la deshidratación. Necesitan agua fresca siempre disponible y latas de comida húmeda específica para ellos. Este tipo de dieta engorda menos que el pienso seco, por lo que previene la obesidad en los gatos, que puede provocarles enfermedades como la diabetes felina.
- Normalizar y favorecer el sedentarismo. Los gatos necesitan actividad física para estimular su instinto cazador a través del juego y para evitar problemas de comportamiento y estrés. Conviene enriquecer su entorno con accesorios para jugar (tipo caña de pescar o plumero), rascadores y áreas de descanso elevadas (plataforma o torre felina para trepar).
- Considerar el vómito como algo normal. Puede indicar intolerancias alimentarias, tumores digestivos o inflamaciones intestinales, por lo que conviene consultar al especialista. No es aconsejable atribuir todos los síntomas gastrointestinales a las bolas de pelo, ya que un gato sano de pelo corto no debe vomitar con frecuencia.
- Evitar el juego brusco, como con las manos, para prevenir comportamientos agresivos y lesiones. Con esta práctica se estimula la creencia del gato de que las manos o los pies son presas, por lo que se recomienda el uso de juguetes específicos felinos.
- La falta de vacunación y desparasitación en el gato que no sale de casa. Aunque el felino no tenga acceso al exterior, puede contraer parásitos internos que también afecten a las personas, por lo que se recomienda llevar a cabo estos tratamientos veterinarios.
- Evitar llevar al gato al veterinario porque se estresa. Es peligroso para la salud del animal porque provoca el retraso de los diagnósticos. Existen maneras de minimizar ese nerviosismo, como el uso de feromonas olfativas relajantes.
- Descuidar el control del peso. Detectar rápido la pérdida o ganancia de kilos es clave para tratar la enfermedad que ocasione esos cambios físicos, por lo que conviene pesar al gato regularmente y apuntar los resultados.
- Confundir la tos con la expulsión de las bolas de pelo. En realidad, puede tratarse de bronquitis o problemas cardíacos que conviene tratar cuanto antes con el especialista.