La izquierda de Madrid explota frente a Ayuso los casos que afectan a su pareja, su número tres y la Ciudad de la Justicia
PSOE y Más Madrid afean a la presidenta regional las polémicas de su núcleo duro y Vox su “asalto” a los contrapoderes regionales en la segunda jornada del Debate del Estado de la región
Apenas hay un momento en el que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, levanta la mirada de los papeles que la acompañan en el escaño mientras habla uno de los portavoces de la oposición. Esa ocasión excepcional llega este viernes en la Asamblea cuando Manuela Bergerot, líder de Más Madrid, menciona la inundación provocada por las obras en la residencia que ocupa junto a su pareja, investigada por presunto fraude fiscal y...
Apenas hay un momento en el que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, levanta la mirada de los papeles que la acompañan en el escaño mientras habla uno de los portavoces de la oposición. Esa ocasión excepcional llega este viernes en la Asamblea cuando Manuela Bergerot, líder de Más Madrid, menciona la inundación provocada por las obras en la residencia que ocupa junto a su pareja, investigada por presunto fraude fiscal y falsedad en documento mercantil, y que afectaron a un restaurante, que tuvo que cerrar. Es el resumen de la estrategia de la oposición. Se habla más del caso que afecta al novio de la líder de la presidenta; de la investigación a su número tres, Ana Millán, también vicepresidenta de la Asamblea; o de la condena al exvicepresidente Alfredo Prada por el proyecto de la Ciudad de la Justicia, que de las propuestas de la izquierda para la región. Una decisión que provoca una jornada de rayos y truenos en el Parlamento autonómico.
La primera en disparar sus críticas es Manuela Bergerot, de Más Madrid. “Usted es la novia de un señor que se esconde en los baños de plaza de Castilla con una peluca puesta”, dice en referencia a Alberto González Amador, el comisionista que intentó así pasar desapercibido la primera vez que tuvo que ir a declarar por la presunta comisión de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil. “Mire, nos mintió cuando dijo que la investigación judicial contra su novio era “una inspección sacada de quicio”; nos mintió cuando nos dijo que Hacienda le debía 600.000 euros al defraudador confeso (...)”, sigue.
“Presidenta, lo más grave no es mentir por amor”, ironiza. “Lo más grave es mentir desde el atril de la Presidencia de la Comunidad de Madrid; lo más grave no es vivir con un delincuente fiscal, lo grave es defenderlo y encubrirlo poniendo a disposición todos los medios de su cargo institucional”, continúa. Y remata: “Por eso no es el caso González Amador, es el caso Ayuso”.
Pero la cosa no queda ahí. En un gesto teatral, tan ensayado como pleno de buscado dramatismo, Bergerot gira el cuello y la espalda, mira hacia arriba, e intenta conectar su mirada con la de Ana Millán, la vicepresidenta de la Asamblea y número tres del PP de Madrid, hierática en la tribuna que preside el hemiciclo. La exalcaldesa de Arroyomolinos está siendo investigada por la presunta comisión de un delito de prevaricación administrativa en su etapa como edil del municipio, y por la concesión de siete contratos a un grupo de empresas. Como el caso acaba de llegar al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) porque está aforada, Bergerot aprovecha la oportunidad para confrontarla en directo.
“Ana Millán nos recuerda cada día que el PP de Ayuso es el PP de la Púnica, de la Gürtel y de la Lezo”, lanza justo antes de girarse. “Señora Millán, se lo digo a la cara: una indignidad que usted sea la segunda autoridad de esta Asamblea. Es un daño irreparable al prestigio de esta institución”, espeta. “Señora Ayuso, míreme cuando le hablo. Es una vergüenza que la número tres de su partido esté investigada por cuatro delitos de corrupción y usted la proteja. Es una vergüenza que no la cese de sus responsabilidades orgánicas”.
Queda el último cartucho, rebosante de connotaciones políticas. Porque el martes, Alfredo Prada, exvicepresidente regional, fue condenado a siete años de prisión por un delito continuado de prevaricación en concurso con otro de malversación agravada cometido en la fracasada construcción de la Ciudad de la Justicia. Y eso, piensa la oposición, permite vincular a Ayuso con la expresidenta Esperanza Aguirre, impulsora de aquel proyecto, con la mediación de las siglas compartidas del PP.
“Supongo que se van a solidarizar con él, igual que se solidarizan con la vicepresidenta de esta Asamblea”, ironiza Bergerot sobre Prada y Millán. A ese caso se refiere también Juan Lobato, el líder del PSOE. “Señora Ayuso, su madre política se llama Esperanza Aguirre”, arranca. “Pero su madre política, Esperanza Aguirre, tiene tres hermanos: Ignacio (Nacho), Francisco (Paco) y del que hemos sabido esta semana su trágico final Alfredo, Alfredo”, sigue. Y advierte: “Es su familia política directa, es su heredera, para lo bueno y para lo malo. Si tuviera un mínimo de respeto y dignidad, debería pedir perdón por los daños y perjuicios que los tres hermanos de su madre política han hecho a los madrileños”.
Para los dos portavoces de izquierdas tiene Ayuso una respuesta lacónica. No es una intervención airada. Al contrario, es casi desencantada, como rutinaria, tan previsible era para el PP que la oposición de izquierdas lanzara esas andanadas.
“Tenemos que aguantar estas monsergas o esa forma tan intolerable de hablar hacia la presidenta o los compañeros de bancada que tiene este Parlamento”, protesta tras la intervención de Bergerot, avanzando que la consecuencia serán querellas en los tribunales. “Tendría que inquietarme muchísimo alguna de sus acusaciones, insultos, difamaciones, pero estamos acostumbrados a ellos”, sigue. Y afea: “Ponen querellas, difaman, enredan, mienten, y luego no son capaces de pedir disculpas”.
Y entonces llega la intervención de Vox, que es incisiva al mencionar un aspecto clave, que el Gobierno ha cambiado la legislación para controlar contrapesos clave como la Cámara de Cuentas o el Consejo de Transparencia. “Usted asaltó la Cámara de Cuentas y el Consejo de Transparencia. Se ha cargado usted 100 años de doctrina liberal”, dice Rocío Monasterio, la portavoz de la extrema derecha. “Allí donde hay transparencia, no hay corrupción”, sentencia. Y se pregunta: “¿Por qué ha llenado Madrid y la Asamblea de opacidad? Explíquelo. Algún día devolveremos al sistema los contrapesos que usted ha arrebatado a los madrileños”.
Ayuso niega la mayor. Tras ella, y frente a las críticas de la izquierda, el portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache, defiende la honorabilidad de su partido. “Les exijo respeto, cuando llegue el día deberán pedirles perdón, porque se lo vamos a recordar”, dice, provocando una atronadora ovación. Y así, el debate se cierra con la misma inercia con la que arrancó: la mayoría absoluta del PP lo tiñe todo.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter sobre Madrid, que se publica cada martes y viernes.