Los vecinos de Pozuelo claman contra una urbanización de lujo de 1.050 viviendas que pretende arrasar 70 hectáreas de bosque

Cerca de 300 árboles han sido ya talados, antes de que el recurso de reposición interpuesto por el PSOE frenara momentáneamente las obras

Dos vecinos de La Cabaña, en Pozuelo de Alarcón, caminan por el predio donde se han talado cerca de 300 árboles, algunos de ellos encinas centenarias, el 16 de julio de 2024.Juan José Martínez

El silencio armonioso que envuelve la urbanización La Cabaña, en el oeste de Pozuelo de Alarcón, se ha visto cortado de golpe por la llegada de la maquinaria pesada y el rugido de las motosierras. El motivo es la construcción de la urbanización Montegancedo, que transformará 70 hectáreas de bosque en un barrio de lujo de 1.050 viviendas, lo que supone la llegada de cerca de 4.000 residentes a una zona en la que hoy viven menos de 2.000. Esta obra contempla, inicialmente, la tala de un millar de árboles solo para la c...

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El silencio armonioso que envuelve la urbanización La Cabaña, en el oeste de Pozuelo de Alarcón, se ha visto cortado de golpe por la llegada de la maquinaria pesada y el rugido de las motosierras. El motivo es la construcción de la urbanización Montegancedo, que transformará 70 hectáreas de bosque en un barrio de lujo de 1.050 viviendas, lo que supone la llegada de cerca de 4.000 residentes a una zona en la que hoy viven menos de 2.000. Esta obra contempla, inicialmente, la tala de un millar de árboles solo para la construcción de los viales. Cerca de 300 ya han sido cortados desde inicios de junio, entre ellos encinas con troncos de hasta 40 centímetros de diámetro. El daño “es irreversible”, según ha denunciado la plataforma vecinal Salvemos Montegancedo en un comunicado. Un recurso del PSOE ha paralizado momentáneamente las obras, aunque es una medida transitoria. Los promotores han insistido en que se trata de un “urbanización sostenible”, mientras que el Ayuntamiento resalta que “el proyecto cuenta con todos los informes preceptivos favorables”, una afirmación que no cuela entre los vecinos que atestiguan en tiempo real la destrucción de su pulmón verde. Este jueves los afectados asistirán al pleno municipal donde preguntarán al consistorio por el futuro de la urbanización.

Luis Segundo Arana Sastre, de 66 años, es uno de los portavoces de Salvemos Montegancedo. El proyecto de la nueva urbanización amenaza con arrasar mucho más que el lugar donde suele ir a pasear. “A mí me borra la infancia, yo he nacido aquí y por todos esos montes he estado con mi padre y ha sido nuestro territorio de cabañas y paseos. Me destroza un poco toda la memoria de lo que significa Pozuelo para mí”, confiesa, quien no solo es vecino de toda la vida, sino también doctor en arquitectura, una rama en la que ha trabajado como catedrático por 12 años y como arquitecto municipal por el mismo periodo de tiempo. El hombre alerta de un impacto medioambiental mucho mayor cuando se incluyan las talas necesarias para levantar las edificaciones e incluso eleva hasta 5.000 los ejemplares que pueden ser cortados al final del proyecto.

El bosque de Montegancedo es un oasis natural para los vecinos. Diariamente se pueden observar residentes en bicicleta, corriendo o caminando con los perros. Aquí peregrinan algunos pensionistas durante el paseo matinal y, los fines de semana, llegan familias enteras a respirar aire limpio. Un estudio sobre el valor medioambiental de este paraje, firmado por el doctor en ciencias ambientales, Daniel Fuentes, contabiliza en este espacio más de cien especies animales entre mamíferos, reptiles, anfibios y aves, algunas de ellas de gran importancia como el águila imperial, el buitre negro o el milano real. El informe constata, además, la presencia de “numerosos ejemplares” de encinas y pinos piñoneros “de más de cien años de edad y algunos cercanos a los doscientos años”, así como jaras, retamas, amapolas y rosales silvestres.

Los vecinos del oeste de Pozuelo no solo temen las afectaciones al medio ambiente, sino también la perturbación de la tranquilidad a causa de las obras y el aumento significativo de residentes. La zona más afectada por el proyecto es La Cabaña, fronteriza con el predio de Montegancedo. La urbanización de cerca de 1.500 habitantes verá triplicado el número de residentes en este sector por la contrucción de la nueva urbanización. Joaquín Plaza, vecino e integrante de la plataforma, resalta que “uno de los problemas que tiene Pozuelo es el de la movilidad”, algo que amenaza con agravarse con la llegada de los 2.000 nuevos vehiculos que supondrá el nuevo barrio. Arana teme que La Cabaña ”va a quedar confinada entre la operación ARPO –que levantará 5.500 viviendas en el Oeste de Pozuelo– y el eje de la avenida de Montegancedo que saldrá a la M-40. “La dejarán como una isla que, patéticamente, quedará envejecida como esas colonias que han aparecido en Madrid con el tiempo”, ha lamentado Arana.

El perímetro de Montegancedo ha sido vallado recientemente por los promotores de la urbanización.Juan José Martínez

Muchos vecinos que han renunciado a una vida en la metropoli, en busca de la tranquilidad rural se declaran angustiados al ver sus planes escaparse entre los dedos. Una de ellas es Susana Bennike, natural de Dinamarca y afincada en Pozuelo. Es amante de los espacios verdes y se mueve en bicicleta. “Hemos venido a vivir aquí para que nuestros hijos vivan al lado de la naturaleza, para que se suban a los árboles y aprendan de los animales”, ha explicado esta vecina, antes de preguntar “¿Tu sabes lo que hemos pagado por tener estas noches de silencio?”, seguramente mucho, teniendo en cuenta que hablamos del municipio con la renta media más alta de España, hoy gobernado con mayoría absoluta por el Partido Popular.

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De momento, un recurso de reposición presentado por el PSOE obligó el 11 de julio a paralizar las obras. El concejal socialista de Pozuelo de Alarcón Helio Cobaleda ha señalado que, aunque la medida “va a durar poco”, están evaluando “nuevas iniciativas judiciales ante las evidentes zonas oscuras y falta de evaluacion ambiental que hay en la tramitacion”.

Este martes, una comitiva del PSOE ha visitado el lugar de las obras, acompañada de una treintena de vecinos. Entre las asistentes, estaba Luisa Cabello, quien ha asistido con báculo, botas de senderista y una camiseta de la plataforma. “Me parece absolutamente fuera de este tiempo que alguien planee destruir este bosque. Yo me pregunto cómo le explicarán esto a tus hijos”, afirma la residente. Los vecinos han cerrado filas para proteger su patrimonio natural. Cada quien aporta como puede y, en ese afán, se dan casos como el de César L. Araque, quien ha compuesto dos canciones en honor al bosque, con un mensaje claro: ”Dejad Montegancedo en paz”

La plataforma vecinal ha llamado la atención en un comunicado sobre otras talas similares que amenazan el tejido verde de otros municipios de la Comunidad: ”Tenemos noticias de otros ejemplos de proyectos urbanísticos que amenazan con ser nuevos ecocidios en los municipios de Alcobendas, Boadilla del Monte, San Sebastián de los Reyes, Torrelodones, Villaviciosa de Odón y diferentes distritos de Madrid como el que amenaza al Pinar de la Elipa”.

Arana ha tildado de “marketing perverso” la estrategia publicitaria de las constructoras que promocionan este tipo como proyectos sotenibles. “No reflexionamos sobre lo que significa vivir en la naturaleza, que es un esnobismo muy contemporáneo, y al final no te das cuenta de que cuando compras una casa en la naturaleza, previamente has esquilmado la naturaleza”.

Las inmobiliarias Aedas Homes y Pryconsa son las impulsoras de Montegancedo. Aedas, que adquirió el terreno en 2017, es propietaria del 50% del suelo, en el que proyecta construir 529 viviendas. Pryconsa dispone de cerca del 20% del terreno, que usará para levantar 204 pisos. El 30% del suelo restante será entregado sin coste al Ayuntamiento, “lo que permitirá la construcción de cerca de 300 viviendas que se incorporarán al Plan Municipal de Vivienda”, según ha precisado por escrito el consistorio, que resalta además la propiedad privada de la parcela que, no obstante, nunca ha estado vallada ni utilizada, más que por los vecinos durante todos estos años. EL PAÍS se ha puesto en contacto con Aedas, que ha preferido ceñirse a las declaraciones del Ayuntamiento. Ha sido imposible contactar con Pryconsa.

Crimen, barbaridad, atrocidad, ecocidio o sinsentido son algunas de las palabras con las que los vecinos intentan describir las primeras talas a causa de la urbanización de Montegancedo. Han pasado más de dos décadas desde que el predio se sacó a subasta, como una premonición de lo que ya es una realidad. Aunque están acostumbrados a vivir en calma, los vecinos se perfilan como persistentes y combativos. En palabras de Plaza: “Somos una especie a extinguir. Ahora, les va a costar, porque hay algunos que no sabemos rendirnos”.

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Luisa Cabello y Carlos franco, dos vecinos de la plataforma Salvemos Montegancedo.Juan José Martínez

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