Vivir en el sur de Madrid puede suponer casi cuatro años menos de vida que en el norte, según un estudio

Nacer en el norte de Madrid es una suerte. Previsiblemente, un niño norteño ganará más que uno del sur, tendrá un empleo más cualificado, padecerá menos desempleo y consumirá menos tiempo en ir al trabajo. Probablemente como consecuencia de ello, también vivirá más años, según un nuevo informe del sindicato Comisiones Obreras que denuncia con cifras esa desigualdad territorial. Un vecino de Boadilla tiene una esperanza de vida de 86,1 años, mientras que uno de Parla 82,5. Es una diferencia de casi cuatro años.

El estudio, llamado Atlas de la desigualdad territorial en la Comunidad de Madrid y presentado este martes, muestra que se han producido algunas mejoras en las condiciones de vida del sur, como la reducción de la temporalidad gracias al cambio de la ley, pero el esfuerzo para pagar la vivienda es un lastre cada vez mayor. Las diferencias en los ingresos hacen que convivan en el mismo territorio personas con una realidad abismalmente distinta: por un lado, las rentas más altas de toda España y por otro, muchas personas con rentas por debajo de los 6.000 euros.

Cinco grandes municipios del sur que suman 910.000 habitantes (Parla, Fuenlabrada, Móstoles, Leganés y Aranjuez) rondan los 14.000 euros de renta bruta por persona al año; los cinco municipios más favorecidos, que suman 350.000 habitantes, (Pozuelo, Boadilla, Torrelodones, Majadahonda y Las Rozas) ganan más del doble.

Es la primera vez que CC OO dedica un monográfico a la desigualdad en Madrid y muchos de los datos contenidos en el informe son referidos a un solo año, por lo que resulta difícil conocer la evolución de estos desequilibrios. El sindicato tiene más experiencia en el estudio de la pobreza en la región, que analiza en un informe anual. Su último reporte, presentado en octubre de 2023, mostraba que el 40% de los hogares presentan dificultad para llegar a fin de mes, un 6,8% más que el año anterior.

La secretaria general de CC OO Madrid, Paloma López, ha denunciado en la presentación, en la sede madrileña del sindicato, que estudiar la desigualdad en Madrid es complicado debido a que muchos datos en las bases de Comunidad y Ayuntamiento son, a su juicio, opacos. “Esto dificulta cualquier análisis y pensamos que esto se hace a posta”, ha dicho. “No quieren que se sepa la realidad de las dos Comunidades de Madrid, la que nos quieren presentar y la real, que es de una profunda desigualdad”.

Este nuevo estudio sobre desigualdad pone de manifiesto las múltiples ventajas de nacer en el norte. Aparentemente, el único aspecto donde los vecinos de esa zona salen perdiendo es la compra de vivienda. Dedican alrededor de 10 años de renta a ese fin, mientras que en el sur ese objetivo se consigue tras ocho años. Dentro de la ciudad de Madrid, el esfuerzo es aún mayor: comprar en Salamanca le toma a un vecino promedio de ese distrito 22,8 años; y en Chamberí, 19,3 años. A un residente de Villaverde le supone 8,3 años y a uno de Latina, 9,6 años.

Sin embargo, esa desventaja es relativa porque, como remarcan los autores, los norteños pueden optar por mudarse a un municipio o distrito con menores precios de vivienda para reducir su carga, posibilidad que no está al alcance de las personas con ingresos bajos. Además, seguramente el sureño promedio trabaja en una zona rica, de modo que debe dedicar una mayor parte de su tiempo para desplazarse a su trabajo, lo que conlleva un coste adicional.

El norteño también puede optar por alquilar, una alternativa que le supone un esfuerzo menor que para un sureño. Por ejemplo, un vecino de Pozuelo dedica en promedio un 18,4% de su renta a ese fin; uno de Boadilla, un 19,7%; y uno de Las Rozas, un 20,6%. Mientras, en Fuenlabrada ese esfuerzo es del 26,4%; en Alcorcón del 28,1%; y en Leganés del 30,8%. Los municipios norteños que se salen de ese patrón son Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, donde alquilar supone un 32,5% y un 30,9% de la renta.

El informe muestra que en la capital, hay tres distritos, Villaverde, Usera y Puente de Vallecas, donde más de un cuarto de la población vive bajo el umbral de la pobreza, definido como el porcentaje de población cuyos ingresos no llegan al 60% de la renta mediana en la ciudad (12.390 euros al año).

En la región vive una gran cantidad de trabajadores pobres, que ganan al año una cuantía muy inferior al Salario Mínimo Interprofesional. Esto se debe a que muchos trabajan a jornada parcial o tienen contratos temporales. Hay ciudades donde alrededor del 30% de la población ingresa menos de 12.000 euros anuales (el caso extremo es Parla, con un 38,4%).

Estas diferencias pueden explicar la brecha que se observa en la esperanza de vida. “No es casualidad que aquellos territorios con mejores salarios, empleos de mayor cualificación o de mejores condiciones tengan esperanzas de vida mayores que el resto”, dice el estudio.

Los casos más extremos de entre los municipios de más de 50.000 habitantes son los de Parla y Boadilla. El primero triplica la tasa del paro del segundo, duplica la tasa de parcialidad o triplica el porcentaje de rentas anuales menores de 6.000 euros; mientras que el segundo cuatriplica el porcentaje de población trabajadora en ocupaciones altas, triplica los ingresos anuales o cobran pensiones un 30% más altas de media.

Lo deseable sería que los recursos públicos municipales destinados al sur fueran mayores que los del norte, porque así se corregirían estas desigualdades territoriales. Sin embargo, el informe muestra cómo son los municipios más ricos como Alcobendas, Tres Cantos, Boadilla del Monte o Las Rozas de Madrid los que disponen de fondos significativamente más elevados que Parla, Alcorcón, Alcalá de Henares o Móstoles. Por este motivo, CC OO pide una reforma del sistema de financiación local y advierte a las administraciones superiores, en especial la Comunidad de Madrid, que destinen fondos prioritariamente a los municipios del sur, como forma de reequilibrio territorial.

Uno de los aspectos destacados por CC OO es la reducción de la tasa de empleo temporal entre 2019 y 2023, consecuencia de la reforma laboral de 2021, impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuyo objetivo era la promoción de la contratación indefinida. La temporalidad se redujo prácticamente a la mitad en la mayoría de los municipios. Alrededor de una quinta parte de la afiliación total tenía un contrato temporal en 2019, mientras que en 2023, únicamente alrededor de una décima parte de la afiliación total lo tenía. Sin embargo, se sigue observando un desequilibrio territorial: los municipios rurales de las tres esquinas de la región siguen teniendo tasas de temporalidad más elevadas.

Los autores también destacan otro importante desequilibrio territorial en Madrid entre los lugares de residencia y de trabajo de la población. Hay una clara concentración del empleo en la ciudad de Madrid y otros nueve municipios de sus alrededores. Concentran el 90% de los puestos de trabajo de la región (solo la capital concentra el 70%).

En el norte hay municipios con una importante presencia de los servicios a empresas y financieros (más del 30%); en el sur, hay municipios con una participación de la industria relativamente alta para la media regional (alrededor del 10%) y una menor contribución de los servicios a empresas y financieros (alrededor del 25%).

CC OO pide “mayor integración de los equipamientos públicos, espacios residenciales y la actividad económica así como un modelo productivo más diversificado, con el fin de favorecer una movilidad más sostenible y asegurar mayor igualdad de oportunidades en todo el territorio”.

Escriba al autor a fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com

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