Las 12 campanadas de Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid espera aprovechar su primer año completo con mayoría absoluta para modificar instituciones clave de la región, asentar su poder interno y cimentar su posición como ariete del PP contra Sánchez

Madrid -
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, junto a una mujer envuelta en la bandera de la Comunidad de Madrid, el 23 de marzo, en la presentación del centro de salud Navalcarnero II.COMUNIDAD DE MADRID

2024 sirve de escenario para el primer año completo en el que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, podrá ejecutar su agenda política sin ataduras, libre de manos gracias a la mayoría absoluta que cosechó en las últimas elecciones autonómicas. Si el cierre de 2023 ha dejado pruebas de que la líder conservadora busca recuperar todo el poder que debió ceder el PP durante el gobierno en minoría de Cristina Cifuentes (2015-2018), ...

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2024 sirve de escenario para el primer año completo en el que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, podrá ejecutar su agenda política sin ataduras, libre de manos gracias a la mayoría absoluta que cosechó en las últimas elecciones autonómicas. Si el cierre de 2023 ha dejado pruebas de que la líder conservadora busca recuperar todo el poder que debió ceder el PP durante el gobierno en minoría de Cristina Cifuentes (2015-2018), como reflejan las reformas de la Cámara de Cuentas, y del Consejo de Transparencia, o las modificaciones de la leyes trans y contra la LGTBIfobia, en el nuevo año la baronesa acelerará para anunciar, previsiblemente, recortes fiscales, para chocar con el Gobierno de España, y para asentar su poder interno. Estas, campanada a campanada, serán algunas de las prioridades, retos e incógnitas de su Ejecutivo.

Una. Rebajar impuestos. El gobierno regional cobrará en 2024 el impuesto del Patrimonio a las fortunas de más de tres millones de euros tras rechazar el Tribunal Constitucional su recurso contra el gravamen estatal a las grandes fortunas, diseñado para recaudar por este concepto en aquellas regiones que bonifican esta carga fiscal. Madrid lo hacía al 100% hasta que su derrota judicial le llevó a concluir que es preferible liderar la recaudación, y gestionar los 500 millones que proporciona a través de 10.000 contribuyentes, a dejar las cosas como están y que sea el Estado quien se lleve esos fondos. Para paliar una decisión que revienta la política fiscal del PP en Madrid, el Gobierno regional trabaja desde hace semanas en la fórmula para redistribuir lo recaudado, previsiblemente a través de una rebaja del IRPF (que puede ser generalizada o solo para quienes pagaron el nuevo gravamen); con nuevas bonificaciones dispersas en IRPF, Sucesiones y Donaciones; o directamente con una nueva norma para devolver lo recaudado. De la agilidad con la que se diseñe ahora la solución dependerá el año en el que se apruebe y entre en vigor.

Dos. Litigios abiertos con el Estado. El esprint final de 2023 descubrió al Gobierno de Díaz Ayuso anunciando un recurso ante el Tribunal Supremo contra el Plan Hidrológico del Tajo, y enviando un requerimiento al Estado para manifestar que consideraba que se habían invadido sus competencias con un contrato estatal de asistencia técnica para el diseño de un servicio estable de captación, sensibilización y formación para familias interesadas en el acogimiento de niños. Ese movimiento era previo a un posible recurso ante el Tribunal Constitucional. según se advirtió. Las dos escaramuzas son toda una alerta: 2024 será un año de nuevos choques entre dos administraciones que se han visto las caras una quincena de veces en los tribunales, y por materias tan variopintas como la fiscal, la educativa o la sanitaria. Una confrontación continua que para Díaz Ayuso tiene un doble objetivo: situarla a la altura de Sánchez a ojos de los electores madrileños y dotarla de un peso propio dentro del PP.

Tres. Una nueva Cámara de Cuentas bajo control antes de primavera. Tras aprobar a finales de 2023 una reforma legal que permite al Gobierno controlar el órgano que fiscaliza sus contratos y gastos, el reloj empieza a correr para que la modificación se haga realidad. Y lo hará bien pronto: la nueva alineación de consejeros, que podrá ser dominada por el partido mayoritario en la Asamblea (el PP en este caso), debe ser aprobada, como tarde, tres meses después de la entrada en vigor de la ley.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), junto al portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato (c), durante el primer día del debate de investidura.Kiko Huesca (EFE)

Cuatro. Nuevo presidente del consejo de Transparencia elegido por el Gobierno. El Consejo de Transparencia y Participación estaba integrado hasta diciembre por tres consejeros nombrados por la presidencia de la Asamblea, a propuesta del Pleno de la Cámara, lo que exigía el entendimiento entre distintos. Pero todo ha cambiado. Tras una modificación legal impulsada por Díaz Ayuso, el órgano que dirime las quejas sobre la transparencia del Ejecutivo será presidido por una persona designada directamente por ese mismo Ejecutivo, su único integrante. Y se especifica: “Se elimina su dependencia de la Asamblea”. Porque el refrendo de la Cámara se hará por mayoría absoluta, o, en su caso, simple, lo que da ventaja al partido que sostenga al Gobierno, en este caso el PP. El nuevo mandato será de cuatro años, renovable por el mismo periodo.

Cinco. A por el voto europeo. Tras cinco elecciones con la responsabilidad de impulsar la cosecha de votos del PP en la Comunidad de Madrid (tres autonómicas madrileñas, y dos generales), Díaz Ayuso se enfrenta a sus primeros comicios europeos como principal referente del partido en la región. Las europeas de junio, además, cobran un peso específico para la política nacional, pues medirán la movilización del electorado conservador tras el varapalo que supuso para sus intereses ganar las generales de julio y luego ver cómo Sánchez mantenía el poder. La misión principal de la baronesa será intentar trasladar el caudal de votos que le dio la mayoría absoluta autonómica hacia la candidatura europea.

Seis. Nuevo director de Telemadrid antes del verano. “La elección del Director General deberá realizarse en el plazo máximo de seis meses desde la entrada en vigor de la presente ley”, se lee en la nueva norma aprobada por la Asamblea. ¿Qué es lo que ha cambiado? Hasta ahora, esa designación dependía de la Asamblea, lo que obligaba al consenso entre Gobierno y oposición. Tras la reforma, el nombramiento se efectuará por la Junta General de Accionistas a propuesta del Consejo de Administración de la sociedad, cuyos miembros serán elegidos por la Asamblea de Madrid en el primer trimestre de 2024 de entre los propuestos por los Grupos Parlamentarios y de acuerdo a su peso político. Es decir, dominará el partido mayoritario, igual que en la comisión parlamentaria que debe declarar su idoneidad para el puesto. En este caso, el PP. Aunque una fuente gubernamental asegura que aún no se ha empezado a trabajar en el nombre del nuevo director, nadie descarta un ascenso del actual administrador provisional, José Antonio Sánchez, votante confeso del partido conservador.

El líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo (d) acompañado de los presidentes autonómicos de su partido Fernando López Miras (i-d), Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, en el exterior del Congreso este miércoles, día en el que las Cortes celebran el 45 aniversario de la Constitución en medio de la crispación y la polvareda que ha levantado la amnistía para los encausados por el 'procés' y su encaje en la carta magna.Borja Sanchez-Trillo (EFE)

Siete. Los votos de Junts. La tramitación parlamentaria de la ley de amnistía, pactada entre Junts y el PSOE para garantizar la investidura de Pedro Sánchez como presiente del Gobierno, nutrirá a Díaz Ayuso de munición para sus andanadas contra el Gobierno. “[Todo] por siete votos”, ha criticado la presidenta de la Comunidad de Madrid en los últimos meses sobre una norma que también es capital para ERC. Una línea estratégica en la que ahora insistirá, yendo de la mano de la dirección de Núñez Feijóo. De hecho, los equipos de los dos líderes han dedicado varias jornadas a formar conjuntamente a 400 cargos populares con vistas al nuevo año, según fuentes de la formación.

Ocho. ¿Fin de trayecto en Madrid para Díaz Ayuso? Díaz Ayuso dio el salto a la primera línea en enero de 2019, cuando Pablo Casado la eligió de forma sorpresiva como candidata al gobierno regional. Durante gran parte de su primera etapa como presidenta se sintió cómoda en el planteamiento de ocupar el poder autonómico durante un máximo de ocho años. En consecuencia, 2024 marcaría el inicio del último ciclo de Díaz Ayuso al frente del gobierno regional, pues el plazo se cumpliría en 2027. Sin embargo, la líder conservadora se ha ido desmarcando de ese compromiso poco a poco, con el argumento de que ahora se debe a los votantes. Todo está abierto.

Nueve. Consejeros en examen permanente. Díaz Ayuso diseñó su actual Gobierno tras arrollar en las urnas y con la perspectiva de que Alberto Núñez Feijóo llegaría a presidir España. Eso exigía remodelar su gabinete para que mudara de un equipo bregado en el choque constante con el Gobierno de Sánchez a otro centrado en la gestión, pues ya no habría posibilidad de hacer oposición a La Moncloa. El resultado de las generales reventó ese planteamiento. Desde entonces, los consejeros madrileños, todos ellos sin experiencia en la primera línea de la política, se ven obligados a ejecutar un guion para el que no estaban preparados. Los primeros cambios han llegado en la consejería de Sanidad, donde se cesó al poderoso viceconsejero de Sanidad, Juan José Fernández, seis meses después de su nombramiento. Y el nuevo año mantendrá a examen a todos los titulares. Aunque Díaz Ayuso siempre ha apostado por la estabilidad, una fuente de la confianza de la baronesa afirma que, hipotéticamente, estaría dispuesta a una crisis de gobierno si la estrategia de fichajes de Núñez Feijóo así lo requiriera. Ahora, cuando las elecciones europeas abrirán potenciales puertas de salida, o en el futuro.

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, ofrece una rueda de prensa.ZIPI (EFE)

Diez. La relación con Alberto Núñez Feijóo. Es de diez, perfecta, inmejorable, se defiende en el entorno de la presidenta de Madrid. Si algo reconcome a Díaz Ayuso es no haber podido hacer algo más para que el líder del PP llegara a La Moncloa, trasladan en el núcleo duro del Gobierno. Nadie duda en la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo regional, de que es el momento de Núñez Feijóo. Todos apuestan porque antes o después llegará a la presidencia, abriendo un largo periodo en el poder que cerrará cualquier hipotética aspiración nacional de Díaz Ayuso. Y, sin embargo, recuerda un interlocutor del PP, todo cambia muy rápido en política, y el futuro no está escrito.

Once. La rivalidad con Vox. Si Galicia ha sido hasta ahora el territorio en el que el PP ha mantenido a ralla a Vox, Madrid y Andalucía son las regiones que sirven como laboratorio para su potencial absorción. Los once diputados de la extrema derecha en la Cámara regional se encuentran por primera vez con que son irrelevantes. Díaz Ayuso ya no los necesita para sacar adelante sus leyes, como sí ocurrió en las dos legislaturas anteriores. Y, además, están en una situación inesperada: la de aplaudir algunas de las medidas que está trayendo la baronesa al Parlamento, como la modificación de las leyes trans y contra la LGTBIfobia, pues se aproximan a los que pedía Vox. Señal de que Díaz Ayuso quiere aprovechar su mayoría absoluta para atraer al electorado de la extrema derecha tras absorber casi en su conjunto a los votantes que en su día apoyaron a Ciudadanos. “Nadie tiene su elasticidad electoral, nadie puede ganar en Fuenlabrada y el barrio de Salamanca”, presumen en el PP.

Doce. El futuro de Miguel Ángel Rodríguez. El equipo de Díaz Ayuso vive una etapa de máxima armonía, según sus integrantes, mecidos por el éxito de la mayoría absoluta. Sin embargo, distintos interlocutores asumen que el poderoso jefe de gabinete de la líder desoja su futuro. ¿Seguirá en su actual responsabilidad cuando acabe 2024? “Ni idea, en política todo cambia muy rápido”, responde una fuente gubernamental conocedora de las alternativas que se le han ido presentando al exsecretario de Estado de comunicación, que cumplirá 60 años en enero.

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