La encrucijada de Begoña Villacís ante la crisis de Ciudadanos: sopesará su futuro en el partido si se impone Edmundo Bal y tiene abierta la puerta del PP
La vicealcaldesa de Madrid pide una lista de consenso para renovar el partido y se juega su futuro en los comicios de 2023
La Navidad todo lo puede. El pasado viernes, Inés Arrimadas, Edmundo Bal y Begoña Villacís posaron juntos en la cena que reúne a los afiliados de Ciudadanos en Madrid con motivo de las fiestas. Era una pausa dentro del conflicto interno que amenaza con destruir lo que queda del proyecto que hizo soñar a Albert Rivera con ser presidente de España. Bal quiere liderar el partido. ...
La Navidad todo lo puede. El pasado viernes, Inés Arrimadas, Edmundo Bal y Begoña Villacís posaron juntos en la cena que reúne a los afiliados de Ciudadanos en Madrid con motivo de las fiestas. Era una pausa dentro del conflicto interno que amenaza con destruir lo que queda del proyecto que hizo soñar a Albert Rivera con ser presidente de España. Bal quiere liderar el partido. Arrimadas también. Y eso deja el gran activo electoral que le queda a Cs, Villacís, en una encrucijada de difícil solución: a las puertas de las municipales de 2023, la vicealcaldesa de la capital no quiere que Bal lidere su partido; escucha cantos de sirena del PP para que cambie de formación; y sabe que gran parte de la supervivencia de su formación depende de lo que ella misma decida sobre su futuro. Las encuestas aún auguran que Cs podría tener representación en el Ayuntamiento de Madrid.
“Nada ha cambiado”, dice, tajante, una fuente que cuenta con la confianza de Villacís, en referencia a que no se plantea ahora mismo un cambio de siglas. “Begoña apuesta por una lista de consenso para liderar Cs, por una candidatura de unidad, y en la medida que pueda influir en los afiliados lo hará para que Bal no sea el próximo líder, porque se opone a una lista de fragmentación del partido y cambio ideológico”, añade sobre la vicealcaldesa, que también está al frente del equipo encargado de pilotar la refundación de su formación. “Bal no tiene intuición política, sus líneas estratégicas son distintas, como demuestra que apoyara leyes de Podemos como la del solo sí es sí, y no ha gustado cómo se ha portado con Arrimadas, igual que tampoco parece lo mejor que Arrimadas se presente también, porque todo deriva en un enfrentamiento interno que no conviene a nadie”, prosigue sobre Villacís, que en principio descarta aspirar a liderar el partido para así concentrarse en la batalla electoral de las municipales de 2023. “Está trabajando en encontrar una persona de consenso [para liderar el partido]”.
Ese posicionamiento diáfano dejará a Villacís ante varias disyuntivas clave en el caso de que Bal se haga con el poder interno. ¿Seguir o no seguir en política? ¿Defender las siglas de un proyecto en el que ya no creería, o no hacerlo? ¿Luchar hasta el final como mejor baza de Cs en las municipales, o no?
Una situación que ha puesto al PP en alerta. Los estrategas que asesoran al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, tienen el convencimiento de que Villacís jamás aceptará acudir a las urnas en una lista encabezada por las siglas del partido conservador. “Ella siempre ha dicho que no iría en listas del PP. Y lo ha dicho en público y en privado. Aquí es un debate zanjado”, afirma una fuente próxima al regidor, que se frota las manos ante el desgaste de su rival electoral, que ha incluido una reciente crisis en el grupo municipal de Cs. “El alcalde ni se lo plantea”.
En el PP madrileño, además, recuerdan que cualquier fichaje para las listas electorales de la región debería contar con el visto bueno de Isabel Díaz Ayuso, que preside el partido autonómico desde el congreso de mayo. No es un dato menor. La también presidenta autonómica está decidida a hacer valer sus galones, como demuestra que ni siquiera haya ratificado aún a Almeida como candidato a la alcaldía: el regidor tuvo que autoconfirmarse como aspirante este fin de semana, sabedor de que el equipo de Ayuso no dirá nada al respecto hasta después de las Navidades, pues quiere marcar los tiempos, y también dejar margen a los alcaldes para apurar la legislatura y completar su agenda de gobierno sin preocuparse de sus labores de candidatos.
Cuestión distinta es la dirección nacional del PP. Allí se observa lo que ocurre con Ciudadanos con el máximo detenimiento. Y se hacen sumas y multiplicaciones: las victorias autonómicas de Ayuso en Madrid; Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León; y Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, demuestran, a juicio de los estrategas que asesoran a Alberto Núñez Feijóo, que el PP está listo para recuperar a los votantes perdidos a manos de Cs.
“Vamos a ser muy respetuosos con los problemas internos de Cs”, explican. “No es momento de hablar de fichajes”. Pero recalcan: “Cualquier dirigente de cualquier partido tiene las puertas abiertas para ayudar a configurar una alternativa política a la ausencia de valores que representa el sanchismo. Si llaman al timbre les abriremos las puertas”.
¿Lo hará Villacís? “No, no se va a ir al PP”, asegura una fuente cercana a la vicealcaldesa. “Ella es de Cs. Y su intención es presentarse a las elecciones con su partido y pelear para mantener vivo el proyecto”.
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