El ‘cheque bebé’ y el feminismo entre las cuestiones más repetidas del debate de investidura de Madrid
Las más de cinco horas de intervenciones han terminado con 77 votos a favor de Isabel Díaz Ayuso como presidenta, 57 en contra y ninguna abstención
Arrancaba a las 10.05 el debate de investidura de la Asamblea de Madrid y se daban las mismas discusiones que en tantos otros plenos, y fuera de ellos, durante los últimos meses. El feminismo y la violencia de género, la vivienda y los fondos buitres, la educación pública, la sanidad pública, los mayores fallecidos en las residencias, la inmigración, las cañas en las terrazas. La gestión de la pandemia ha tenido menos presencia de lo habitual. Mucho espacio ha ocupado la palabra “libertad”. “Propaganda” ha sido la de Un...
Arrancaba a las 10.05 el debate de investidura de la Asamblea de Madrid y se daban las mismas discusiones que en tantos otros plenos, y fuera de ellos, durante los últimos meses. El feminismo y la violencia de género, la vivienda y los fondos buitres, la educación pública, la sanidad pública, los mayores fallecidos en las residencias, la inmigración, las cañas en las terrazas. La gestión de la pandemia ha tenido menos presencia de lo habitual. Mucho espacio ha ocupado la palabra “libertad”. “Propaganda” ha sido la de Unidas Podemos, sobre todo, para hablar de las promesas de Isabel Díaz Ayuso. “Violencia”, como término literal y en el contenido, por parte de Rocío Monasterio, de Vox. El mismo tono que antes del 4-M y desde los mismos escaños. También con la misma presidenta.
Este viernes, a las 15.26, ha quedado constituida la Asamblea que gobernará la Comunidad de Madrid durante los dos próximos años con Isabel Natividad Díaz Ayuso al frente por mayoría absoluta con 77 votos a favor, 57 en contra y ninguna abstención. Han votado 134 de los 136 diputados autonómicos. Faltaban Alicia Rubio, de Vox, que está en casa por ser contacto estrecho de un positivo de coronavirus; y Vanesa Lillo, de Podemos, expulsada de la Cámara antes de la votación.
Carolina Alonso y Alejandra Jacinto, de Podemos, se repartían la media hora inicial con la que contaban y subieron al estrado en primer lugar, por ser el de menor representación tras las elecciones del 4-M. Isabel Díaz Ayuso anotaba en sus cuartillas, sin mirarlas. Sí lo ha hecho cuando le ha tocado a Rocío Monasterio, el segundo partido con menos representación, con 13 escaños, pero al que necesita para gobernar. La del partido de ultraderecha adelantó enseguida que su voto sería un “sí” para la líder del Partido Popular, y entró rápido a advertir que va a “exigir” derogar “las leyes de género” vigentes en la región, “propias de la izquierda más radical”, e insistió en que la criminalidad ha subido en Madrid, ligándolo a los menas y a los inmigrantes.
El debate se cortó de repente ahí. Serigne Mbayé, diputado de Podemos, solicitó la palabra por alusiones. La presidenta de la Mesa de la Asamblea, Eugenia Carballedo, se la concedió y Mbayé pidió a Monasterio que retirara sus palabras: “El racismo no está permitido en esta Cámara”. Monasterio se negó, Carballedo le reclamó hacerlo y la cuestión se zanjó así hasta que dos horas después la misma cuestión acabó con la expulsión de la Cámara de Vanessa Lillo, de Podemos, por protestar sin turno de palabra ante el discurso de Monasterio. Tras la de Vox entró Hana Jalloul, portavoz del PSOE, que se estrenaba también hoy en el parlamento autonómico e inició su discurso hilando con lo que acababa de ocurrir: “La personas no son ilegales. En todo caso están en una ilegalidad administrativa”.
Tampoco a Jalloul miró Ayuso, ni lo hizo con la última de las diputadas, Mónica García, de Más Madrid, la que será la principal oposición que tendrá la presidenta y la que más incidió en cómo se ha manejado la crisis sanitaria. Ni siquiera con su compañero de partido, Alfonso Serrano, el último en tener la palabra, que usó parte de su tiempo con la defensa del adelanto de las elecciones y el análisis de ese resultado, y después se extendió explicando a qué se refería el PP con “la libertad”.
También en ella ahondó después Ayuso, que decidió responder a todos los grupos parlamentarios en bloque, y que habló de “pesar” y “decepción” porque, después de presentar 47 medidas, el resto de grupos apenas habían encontrado algo “positivo” en ellas. “Aquí da absolutamente igual lo que se haga”, dijo. Pero, ¿qué se va a hacer? ¿De qué han hablado? Estas son algunas de las cuestiones a las que más se ha hecho referencia.
El ‘cheque bebé’
La ayuda económica directa que ayer prometió Díaz Ayuso ha sido una de las medidas en las que más han incidido, sobre todo, los partidos de la izquierda. Para fomentar la natalidad a partir de 2022, la presidenta ha prometido dar a las madres menores de 30 años, que tengan una renta de menos de 30.000 euros anuales y que lleven al menos una década empadronadas en Madrid, 500 euros al mes desde el quinto mes de embarazo y hasta que el niño cumpla dos años.
“Nosotros apostamos por la vida”, ha dicho Ayuso, en referencia a las “mujeres con problemas” para seguir “adelante” con su embarazo. “Cuando uno apuesta por la vida, nunca se equivoca”. También fuera del tema del cheque bebé, Díaz Ayuso se ha referido al aborto diciendo que, para la izquierda, es la solución “fácil” cuando “algo molesta”. Ya en la Asamblea, hace meses, aseguró que el aborto no era un derecho ni un delito, sino “un fracaso, porque el embarazo no deseado se puede evitar”.
Alejandra Jacinto, de Podemos, ha sido la primera en hacer alusión: “La maternidad se garantiza con empleo estable y de calidad, acceso a la vivienda y servicios públicos de calidad”. Y ha expuesto cómo paga 500 euros por la escuela infantil a la que lleva a su hija, “porque no había plaza en la escuela pública”. Esto, ha añadido, “excluye a las mujeres migrantes, de dentro y de fuera de España, esto en Cataluña ustedes lo llamarían supremacismo, yo lo llamo discriminación institucional”.
También Jalloul, del PSOE, para la que el plan es “bastante decepcionante”, ha recordado a las mujeres que no están o no pueden estar empadronadas en la comunidad y propone subir la edad a los 32 [la edad media a la que las mujeres en Madrid tienen su primer hijo] y retirar el requisito del empadronamiento: “El 80% de los nacimientos son de mujeres mayores de 30 años y se olvida de las mujeres monoparentales y las migrantes”.
Mónica García ha dado otra cifra: “La medida de Ayuso cubre al 2% de las mujeres que podrían ser madres”. Más Madrid propone una prestación universal de 1.800 euros por hijo a cargo hasta los 16 años, además de una renta de cuidados para los padres y madres que se reduzcan la jornada para atenderlos y la construcción “urgente” de 30 escuelas infantiles públicas.
El feminismo y la violencia de género
Olivia, Rocío, Alicia, Caterina y Consuelo son los nombres de las cinco mujeres asesinadas en la última semana y con los que Alejandra Jacinto, de Podemos, comenzó su intervención: “En los tiempos que corren y en el lugar donde nos encontramos, todos debemos lanzar un mensaje nítido contra las violencias machistas, y le pido a Díaz Ayuso que se aclare y los llame por su nombre y los condene como violencia machista”. También le ha preguntado “dónde están los 32 millones de euros que la Comunidad ha recibido del Pacto de Estado y que no ha gastado”. Ayuso le respondió después que habían invertido ocho millones de euros en 2018 y 10 millones en 2019: “Estamos justificando los últimos gastos de 2020 y no hemos recibido nada de 2021″.
El contraste en este tema respecto al resto de grupos parlamentarios llegó con Monasterio, sin sorpresas: “Nosotros abjuramos del pacto de Estado contra la violencia de género. En Madrid están vigentes unas leyes de género propias de la izquierda más radical. Nosotros le vamos a exigir derogar las leyes de género”.
El portavoz del PP, Alfonso Serrano, no recogió ninguna de las alusiones de Vox aunque incluyó el feminismo en la primera parte de su discurso dando la “bienvenida a la izquierda al feminismo”. Serrano sacó pecho del PP, que lleva varias décadas con presidentas en Madrid, frente a una izquierda que en esta legislatura tiene a todas sus portavoces mujeres. Según ha defendido Serrano, los populares lo ha hecho por convicción, porque eran mejores candidatas, y no por que se lo imponga ninguna cuota.
García respondió: “Hoy somos un 80% de portavoces mujeres, tenemos una presidenta de la cámara, está presente también la presidenta del Senado y previsiblemente elegiremos una presidenta de la Comunidad de Madrid. Esto no podría haber ocurrido si no fuera por el avance imparable del feminismo, cuyos cambios culturales son ya irreversibles”.
Unos cambios que no se han filtrado en la composición final del Gobierno, para el que Ayuso ha elegido a siete hombres y tres mujeres. Enrique López, consejero de Presidencia, Justicia e Interior; Enrique Ossorio, portavoz del Gobierno y consejero de Educación, Universidades y Ciencia; Javier Fernández-Lasquetty dirigirá la cartera de Economía, Hacienda y Empleo; Carlos Izquierdo, de Administración Local y Digitalización; Enrique Ruiz Escudero, seguirá como consejero de Sanidad; David Pérez, consejero de Transportes e Infraestructuras. Paloma Martín será la responsable de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura; Concepción Dancausa estará a cargo de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social; y Marta Rivera de la Cruz volverá a ser consejera de Cultura y Turismo e incorpora Deportes.
La educación y las ratios
“Si fuera por la izquierda”, ha dicho Ayuso, 700 millones de euros anuales se quedarían ya “en el presupuesto y se fabricarían edificios y se contratarían profesores y se bajarían las ratios de aquí a septiembre”, como si fuese “fácil”. García le espetó: “Si quisiera, podría hacerlo”.
Este marzo, los alumnos y alumnas de primero y segundo de la ESO terminaron el segundo trimestre del curso covid con un 90% de éxito. Hace dos años estaba en un 75%. Esteban Álvarez, presidente de la asociación de directores de instituto (Adimad), afirmó esta primavera que “se ha notado de manera muy positiva la bajada de ratios en las aulas [menos alumnos por profesor]”.
Sin embargo, la Comunidad ya anunció que el próximo curso las ratios volverán a las de hace dos años, en contra de lo que prometió la propia Isabel Díaz Ayuso, que hoy ha asegurado que han presentado “el plan más ambicioso para bajar las ratios”. Los datos que ofreció el propio Ejecutivo dicen que los centros de Primaria volverán a contar con 25 alumnos por clase (en lugar de 20, como este curso), los de Secundaria 30 (en lugar de 23) y los de Bachillerato 35 (en lugar de 23).
La socialista Jalloul se lo ha recordado: “¿Cómo va a gestionar la educación concertada sin descapitalizar la pública? Ha incumplido su principal promesa de libertad de elección de centros. Usted despidió a los profesores de refuerzo. Usted habló de la bajada de ratios, pero hágalo desde ya. No a largo plazo”. La única razón por la que no se pone en marcha la bajada de ratios es, según la portavoz del PSOE, porque “no tiene intención de hacerlo”.
A lo que Ayuso ha respondido que están destinando “90 millones” a la construcción de centros y la creación de “6.685″ plazas, entre ellos el Isabel La Católica en Boadilla del Monte, u otros en Getafe o Torrelodones. También institutos de educación secundaria, como en Parla o el Ensanche de Vallecas.
Y Jacinto ha añadido la lista de espera para niños que requieren atención temprana. En Madrid, en febrero, había 1.531 esperando para una primera visita, en marzo, 1.706, en abril, 1.781 y en mayo, mes con últimos datos, en 1.926.
La crisis de las residencias
“Abandonaron a los ancianos en las residencias”, ha afirmado varias veces Mónica García, “y es de dignidad saber qué ha pasado”: “Y cuando pedimos investigar, ustedes [los populares] hablan de no remover el pasado o de no abrir heridas”. Jalloul, al plan que siguió la Comunidad para los centros de mayores que no fueron medicalizados, lo ha calificado “el protocolo de la vergüenza”: “Tiene la obligación política y moral de que se sepa lo que realmente ocurrió. Si veta esa comisión, ¿será usted capaz de mirarles a los ojos? En Madrid hubo más de 6.200 personas, el 20% en todas las residencias de España. Con más exceso de mortalidad, y son datos que dio ayer el INE”. La socialista se refería a la suspensión de la comisión de investigación sobre lo que ocurrió en los centros de mayores y a las cifras que hizo públicas ayer el Instituto Nacional de Estadística.
Esas cifras apuntan que, por comunidades, los peores datos son los de Madrid. Es la autonomía que mayor incremento de muertes en toda su población sufre respecto al año pasado, un 41,17% más, con 19.418 decesos más que el año anterior. Los dos territorios fronterizos con la Comunidad son el segundo y el tercero más afectados: en Castilla-La Mancha han crecido las muertes un 32,33 % y en Castilla y León, un 25,97%. Jacinto ha insistido en la comisión: “Nadie entendería que no se investigara lo ocurrido”.
Las políticas sanitarias
No ha sido una de las cuestiones en las que más se ha ahondado. Mónica García ha sido quien más ha hecho hincapié en la gestión sanitaria de la pandemia. “¿Ha pasado por algún centro de salud, señora Ayusp?”, le ha preguntado la de Más Madrid, que ha recordado la situación “precaria” de este ámbito, los cierres de los centros de salud —”ayer, el de Villamil”—, y las condiciones laborales de los profesionales: “Cerrar o tener abierto sin tener profesionales es lo mismo”. En su última intervención ha afirmado que un “buen resumen” de esa gestión era “ese 41%” de exceso de mortalidad en Madrid que publicó ayer el INE.
Ayuso ha insistido en recordar que la mayoría del presupuesto madrileño va a Sanidad. Algo que no coloca a la Comunidad en la mejor posición respecto al resto de autonomías. Es la que menos porcentaje sobre el PIB invierte en Sanidad —el 3,7%, frente a una media nacional del 5,6%, según la última Estadística de Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad— y en atención primaria y la segunda por detrás de Andalucía (1.262 euros) que menos gasta por habitante, 1.340 euros. También ha sido la más afectada por la pandemia.
Vivienda, empleo y otras cuestiones sociales
La frase de Mónica García para confrontar el liberalismo de Ayuso con un modelo de sociedad del bienestar basado en servicios públicos de calidad para toda la población resume el tono del debate entre la izquierda y la derecha en cuanto a cuestiones sociales: “Nosotros defendemos la libertad de vivir bien. Usted la obligación de pasar por caja para conseguirlo”. “No haga un alarde de ignorancia cada vez que habla de la desigualdad. Las colas del hombre son de Madrid”, le ha subrayado.
El centro del discurso de García ha sido una crítica a las políticas del PP en asuntos sociales como la vivienda, educación, sanidad, salud mental, desigualdad y cambio climático. Frente a la confianza en el “sacrosanto mercado” ha pedido inversiones en servicios públicos y para favorecer a los más vulnerables y ha cuestionado la escasa vivienda social o que Madrid sea la única comunidad que no ha dado ayudas a los trabajadores en ERTE.
Jacinto, otra de las diputadas que más ha insistido en las cuestiones sociales, hizo en su discurso inicial un recorrido a través de ejemplos concretos para reprochar al Gobierno popular sus medidas frente a distintos problemas: “Esperar 21 días para tener cita en tu centro de salud, trabajar sin derechos como becario, los murales feministas boicoteados por su partido y la extrema derecha, los menús del Telepizza [para los niños en situación de pobreza durante la primera ola de la pandemia], que haya una franquicia local ocupando la zapatería del barrio, o intentar controlar Telemadrid”.
La de Unidas Podemos zanjó su primera intervención recordando al escritor José Saramago, de cuya muerte se cumplen hoy 11 años: “Dijo que la derrota tiene algo positivo, que nunca es definitiva, y que la victoria tiene algo negativo, que jamás es definitiva”. Para la izquierda comienza este viernes una cuenta atrás para las próximas elecciones. Para el PP, empieza un “momento de ilusión y oportunidad”. En cualquier caso, dos años hasta la siguiente investidura.
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