Todo Madrid es central
La nueva propuesta de Más Madrid en el Ayuntamiento multiplicaría por 12 el perímetro de la zona centro
Dos meses después de la llegada de Almeida a Cibeles hay una imagen que se nos ha quedado grabada a muchas en la retina y que fue muy comentada en la prensa, incluida la internacional. Es una foto que muy pocos políticos se dejarían hacer, pero que Almeida y Villacís decidieron publicitar: ambos sonríen a la cámara mientras una excavadora acaba con un espacio peatonal. Una imagen sorprendente. Un Gobierno haciendo gala de su fobia a las peatonalizaciones y a la movilidad sostenible. Toda una declarac...
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Dos meses después de la llegada de Almeida a Cibeles hay una imagen que se nos ha quedado grabada a muchas en la retina y que fue muy comentada en la prensa, incluida la internacional. Es una foto que muy pocos políticos se dejarían hacer, pero que Almeida y Villacís decidieron publicitar: ambos sonríen a la cámara mientras una excavadora acaba con un espacio peatonal. Una imagen sorprendente. Un Gobierno haciendo gala de su fobia a las peatonalizaciones y a la movilidad sostenible. Toda una declaración de intenciones.
Dos años después, Madrid Central es suprimida. Poco ha importado que la evidencia científica de que ha funcionado sea abrumadora, que penda una millonaria multa de la Unión Europea sobre nuestras cabezas por incumplir los límites de contaminación o que la ciudadanía apoye masivamente esta zona de bajas emisiones, considerada como la más eficaz de Europa.
Y es una mala noticia: para la salud, para la economía (aún no sabemos qué va a pasar con las multas, por no hablar de los negocios que surgieron en torno al proyecto de ciudad sostenible) y, en general para nuestra ciudad, porque pone a Madrid en el mapa internacional como ejemplo desconcertante de lo que no se debe hacer. Pasamos de ser un referente internacional en la lucha contra la contaminación a ir en dirección contraria a toda velocidad.
Cuando somos la ciudad con más muertes por contaminación, la Comisión Europea está pidiendo más medidas contra la contaminación y la Ley de Cambio Climático empieza a obligar a las ciudades a implantar zonas de bajas emisiones, con una pandemia que sabemos que se agrava por causa de la contaminación, Madrid pierde Madrid Central. En Madrid retrocedemos.
Esto tiene que cambiar. Y para Más Madrid es una prioridad. Una ciudad con movilidad sostenible, inclusiva, universal y feminista, que apuesta por el transporte público, por dar un impulso definitivo a la bicicleta y por la movilidad peatonal y de cercanía, con más espacio para el encuentro y con más árboles y biodiversidad no es una utopía, está al alcance de la mano.
Por ello, nuestra propuesta, que llevaremos en unos días al Pleno del Ayuntamiento, pasa por un nuevo Madrid Central que incluya toda la almendra central. Se trata de multiplicar por 12 el perímetro de la zona centro, pasando de 472 a 5.890 hectáreas. La base de este proyecto es limitar al máximo el tráfico de paso por la ciudad. Y los beneficios para la salud, la movilidad y la calidad de vida son evidentes desde el primer momento: alrededor de un 25% menos de tráfico y reducción de unas 2.150 toneladas de NO2 al año y una importante pacificación del tráfico, imprescindible para una ciudad más amable.
Y esta ampliación a todo el interior de la M-30 no beneficiará solo a la almendra central, sino que será positiva más allá de estos límites, ya que se eliminará un foco de atracción de viajes y se producirá un importante cambio modal del vehículo privado al transporte público: nuestra propuesta incluye la puesta en marcha de otras medidas en estos distritos exteriores a la M-30. Así, es necesario crear un anillo de zonas de aparcamiento vecinal y zonas de bajas emisiones dentro de los propios distritos, poner en marcha Conecta Vallecas, nuestro proyecto para eliminar el scalextric que separa Vallecas y Retiro o transformar el eje Santa María de la Cabeza-Atocha-Castellana en un corredor verde… Porque todo Madrid es central.
En definitiva, se trata, ni más ni menos, de diseñar una ciudad del siglo XXI. En estos dos años de Almeida, las carencias han sido muchas. Ha habido muchas decisiones desacertadas y lentitud en solucionar problemas que no podían esperar, como la crisis provocada por Filomena o la emergencia alimentaria, pero, sobre todo, lo que hemos visto es un gobierno sin ideas y además, antiguo. Hemos visto a un alcalde centrado en el marketing, pero con nula capacidad de gestión y sin un proyecto de ciudad que mire al futuro. Madrid es moderna. Y por ello debe sumarse a la ola verde que inunda Europa con ciudades que ponen en el centro a las personas y al planeta. No puede quedarse atrás.
Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, y Esther Gómez, concejala de Más Madrid.
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