Homenaje a los compositores que buscaron vanguardia en tiempos de folclore

El Focus Festival recupera la música española de la segunda mitad del siglo XX con un concierto del director Nacho de Paz y el pianista Alberto Rosado

Nacho de Paz, director de orquesta ( de negro) y Alberto Rosado, pianista, en el Auditorio Nacional.Santi Burgos

La creación artística bullía en la Europa de la segunda mitad del siglo XX. La segunda guerra mundial había transformado la sociedad y el arte debía cambiar también. Borrar lazos con el pasado y renacer. Pero España vivía ajena y adormilada por melodías folclóricas, hasta que un grupo de jóvenes músicos no aguantó más la sed de vanguardia y cruzó las fronteras nacionales para beber el cambio y traerlo consigo de vuelta. A ellos homenajea el ...

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La creación artística bullía en la Europa de la segunda mitad del siglo XX. La segunda guerra mundial había transformado la sociedad y el arte debía cambiar también. Borrar lazos con el pasado y renacer. Pero España vivía ajena y adormilada por melodías folclóricas, hasta que un grupo de jóvenes músicos no aguantó más la sed de vanguardia y cruzó las fronteras nacionales para beber el cambio y traerlo consigo de vuelta. A ellos homenajea el Focus Festival, un proyecto de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) que este viernes ofrece, de la mano del director Nacho de Paz y el pianista Alberto Rosado, el último concierto de su primera edición en el Auditorio Nacional de Música.

“La música anterior a los años 50 en España se circunscribía al elemento nacionalista. Había alguna excepción, como Manuel de Falla, pero hay mucha de muy bajo nivel”, opina Rosado. Si el nacionalismo estaba tan presente era casi por una inercia de finales del siglo XIX. Países como Italia, Alemania, Polonia o Hungría recurrían a la música folclórica, entre otros elementos, para reforzar su identidad en un momento en que se estaban consolidando como naciones. Y a España llegó este impulso, aunque un poco más tarde. “También coleteó más y enlazó con la entrada del nuevo régimen, al que le vino de perlas continuar con ese nacionalismo”, explica De Paz. Pero los jóvenes artistas sabían que algo se agitaba en Europa y no estaban dispuestos a quedarse atrás. Viajan de festival en festival. Absorben las nuevas corrientes y crean teniéndolas de guías. Es el caso de Juan Hidalgo y Luis de Pablo, los dos músicos españoles que integran el programa del concierto.

Cuando estos creadores regresaron a España, intentaron replicar lo que habían aprendido. Al principio, de manera individual. Sin ayuda. “Se organizaban conciertos con mucha ilusión de música nueva y, al principio, se formaban escándalos”, cuenta risueño De Paz. Da cuenta de esto un Nodo de 1965, testimonio audiovisual de uno de los conciertos en los que participó Juan Hidalgo. El público, joven, toma asiento en una habitación que parece más un laboratorio que una sala de conciertos. Arranca el acto y hay quien pestañea incómodo y quien se tapa los oídos. El propio narrador transmite el evento con cierta guasa. “Este buen cepillado a las cuerdas del piano es ya casi una sinfonía. Un silencio que sirve de descanso para los oídos”. El primer contacto fue difícil, pero poco a poco el país se fue abriendo a la experimentación musical.

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“Investigando sobre esta época, me llamó mucho la atención que Manuel Fraga Iribarne [ministro de Información y Turismo durante el régimen franquista], quién lo hubiera dicho, organizó unos festivales de música contemporánea muy bestias, buenísimos. Sonaron músicas muy avanzadas. No sé si con la intención de mostrar que éramos un país muy moderno, pero es curioso porque los gestores actuales no se atreverían a hacer algo tan vanguardista. La España actual es, musicalmente, más conservadora que la de los años 60”. De Paz lo afirma con aplomo. Tanto él como Rosado son muy críticos con la gestión musical actual. “Cuando digo que quiero hacer un concierto de piano y electrónica me contestan: ‘es que para meter unos altavoces tienes que pagar un canon. Toca también Beethoven, para que venga más gente’. Estamos volviendo al público tonto. Y no lo es”, sentencia Rosado. Lo que falta, señala el pianista, son faltan ganas de defender la producción propia y actual.

De Paz menciona el Centro Nacional de Difusión Musical, dependiente del Ministerio de Cultura. Se pregunta: ¿Una ópera de Haendel necesita difusión financiada por el Gobierno español? “Yo creo que no”, se responde. Y continúa: “Los compositores que más apoyo necesitan son los actuales”. Cuenta el director que, cuando le ofrecieron dirigir para este concierto la obra Invenciones, de Luis de Pablo, lo primero que pensó fue: ¿Y dónde están las partituras? Las editó un sello alemán que cerró hace 30 años. Estaban perdidas. Esa obra apenas tiene 66 años y su compositor sigue vivo. Pero ningún registro las ha salvado del olvido. “¿Cómo puede ser que, en 70 años de historia, no se sepa donde están? Es muy fuerte.”, relata De Paz. Finalmente, cuenta el director, se lograron recuperar gracias a una inmensa labor de rastreo liderada por la Orquesta y Coros Nacionales de España.

Fusión entre artes

El último concierto del Focus Festival, en el Auditorio Nacional, no solo programa dos creaciones de músicos jovencísimos que hace varias décadas que no se interpretaban. También muestra cómo se funden entre sí las artes. “Hidalgo, que era un creador multidisciplinar, escribe su música desde el punto de vista de un pintor o un escultor. Y en el caso de Luis de Pablo, esta obra me recuerda a La colmena, de Camilo José Cela, que rompió la dramaturgia cronológica tradicional y creó múltiples historias paralelas. Luis escribe Invenciones de esta manera, sin una lectura lineal”, describe el director. El programa lo completa Música para cuerda, percusión y celesta, de Béla Bartók. Esta obra, explica De Paz, está inspirada en el crecimiento de la naturaleza. Pero también en un homenaje a Bach: “Las notas si bemol, la, do y si están por toda la pieza y corresponden a las letras b, a, c y h [según el sistema alemán de notación musical]. Es bonito ver la obra de Hidalgo y De Pablo frente a la de en frente de Bartók, que fue un modelo a seguir”.

Las tragedias y las tensiones políticas han dado lugar a periodos muy creativo y, por eso, De Paz cree que la estabilidad actual hace que, artísticamente hablando, el panorama sea ahora menos efervescente. Pero Rosado confía en que la pandemia traiga novedades: “El tiempo que he estado aislado me he creado un canal de Youtube con música actual y he invertido tiempo y dinero en ese proyecto. Esto me ha pasado a mí y a muchos. Estoy viendo nuevas propuestas, los compositores se están moviendo mucho. Quizás la pandemia pueda servir de revulsivo. Es una cuestión de apostar. Y yo apuesto porque así sea”.

Información: Focus Festival 03 Cuándo: viernes 19 de marzo a las 19:30 horas. Dónde: Auditorio Nacional de Música (Calle del Príncipe de Vergara, 146). Precio: 11 euros. Último minuto: Entradas a 1 euro para menores de 30 años.


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