EH Bildu adelanta al PNV en la última semana de la campaña vasca

La izquierda ‘abertzale’ es la gran beneficiada del desgaste de los peneuvistas y de la fractura a la izquierda del PSOE: ni Sumar ni Podemos lograrían representación, según el sondeo

La política española puede estar a punto de producir un acontecimiento impensable hace unos años: EH Bildu —una coalición cuyo núcleo duro es Sortu, la marca heredera de Batasuna— ganará las elecciones vascas del próximo domingo y consumará el sorpasso al PNV, el partido hegemónico en esa comunidad en las últimas cuatro décadas, según la encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la SER. Por otro lado, la fractura entre Podemos y Sumar les volvería a penalizar, como ya sucedió hace dos meses en las elecciones gallegas:...

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La política española puede estar a punto de producir un acontecimiento impensable hace unos años: EH Bildu —una coalición cuyo núcleo duro es Sortu, la marca heredera de Batasuna— ganará las elecciones vascas del próximo domingo y consumará el sorpasso al PNV, el partido hegemónico en esa comunidad en las últimas cuatro décadas, según la encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la SER. Por otro lado, la fractura entre Podemos y Sumar les volvería a penalizar, como ya sucedió hace dos meses en las elecciones gallegas: ambas fuerzas se quedarían sin representación en el Parlamento de Euskadi. Con un agravante: el mínimo para entrar en la Cámara autonómica gallega era del 5% de los votos por circunscripción; en el País Vasco es del 3%, y tampoco lo alcanzarían.

La campaña ha acelerado la tendencia negativa en el espacio a la izquierda del PSOE: Sumar pierde en tres semanas ocho décimas (2,2%) y Podemos cinco (2,3%). Vox mantendría su único asiento en la Cámara de Vitoria, por la provincia de Álava, si supera el 3% exigido como hizo en 2020.

La candidatura de Pello Otxandiano, cabeza de lista de EH Bildu, sería la gran beneficiada del hundimiento de la izquierda confederal (el espacio formado por Podemos y Sumar), que ahora mismo tiene seis diputados y fue la más votada en el País Vasco en las elecciones generales de 2016. EH Bildu, que en los comicios autonómicos de 2020 obtuvo 21 escaños y el 27,6% de votos, se dispararía con una estimación de apoyos casi un punto superior al PNV (35,4%) y 30 escaños. Rompería así el empate a 28 diputados que mantenía con el partido jetzale en el anterior trabajo demoscópico, publicado el 25 de marzo. El PSE baja ligeramente pero aguanta por encima del 13% y retendría sus 10 escaños, lo que daría la suma justa con el PNV para asegurar la mayoría absoluta en la Cámara vasca y reeditar una coalición de gobierno por tercera legislatura consecutiva. Por debajo de los 38 escaños, la gobernabilidad podría depender del PP (8,2%), que tiene asegurados los seis diputados que obtuvo hace cuatro años con Ciudadanos, su peor resultado desde 1990. La encuesta le pronostica una subida de un punto y medio que podría suponer el séptimo escaño.

La coalición de gobierno preferida, con un respaldo del 28%, sigue siendo la que el PNV y el PSE mantienen desde 2016, aunque se deja cuatro décimas respecto al sondeo de finales de marzo. Los socialistas son más entusiastas (63,9%) con esta fórmula que los votantes peneuvistas (48,7%). También genera el mayor agrado en el electorado del PP (39%) y apenas ninguno en la izquierda abertzale (0,2%).

La siguiente opción, con una subida de ocho décimas, es un Ejecutivo de PNV y EH Bildu (24,2%), por el que se inclinan respectivamente el 35,4% y el 57,7% de los participantes en la encuesta que se reconocen votantes de cada uno de estos dos espacios. Los partidarios de un Gobierno de EH Bildu y el PSE también se incrementan medio punto y llegan al 16,1%, aunque ese pacto, en principio, no tiene ninguna viabilidad por el veto de los socialistas a la izquierda abertzale. Esta alianza resulta curiosamente más atractiva entre los votantes de Elkarrekin Podemos (49,3%) que entre los socialistas (25,5%) y los de EH Bildu (34,5%). Todos los datos internos de la encuesta se pueden consultar en las web de EL PAÍS y la SER.

El trasvase de votantes de Podemos pero sobre todo de Sumar es determinante para entender la crecida de EH Bildu casi 13 años después del fin del terrorismo de ETA. La campaña ha ensanchado la fuga del antiguo electorado del espacio que aglutinaba Elkarrekin Podemos: el 34,2% permanece fiel a esa marca y el 18% opta por la plataforma de Yolanda Díaz, cuando hace tres semanas lo hacían el 39,6% y el 32,3% respectivamente. La izquierda abertzale se nutre de gran parte de esa transferencia de voto, que prácticamente se duplica: del 15,2% al 27,4%. El PSE, al que su cabeza de cartel, Eneko Andueza, reivindica como “la izquierda útil de verdad”, irrumpe con cierta energía en ese electorado y atrae al 7%, dentro de su pugna con EH Bildu por el voto de izquierdas en la semana final de la campaña.

Desde la restauración de la democracia, el PNV ha ganado todas las elecciones vascas —solo en las de 1986 fue superado por el PSE en escaños, aunque no en votos— y ha presidido siempre el Gobierno, salvo en la etapa en que lo hizo Patxi López (2009-2012). Ahora, el desgaste de los peneuvistas les lleva a perder 3,5 puntos entre sus fieles respecto al sondeo previo de 40dB. Lo peor para los intereses de su candidato, Imanol Pradales, es que el 8,5% del electorado del PNV ahora escogería la papeleta de EH Bildu. El PNV contiene en parte esos daños con la atracción del 7,8% de votantes del PP. Pero aun así su electorado potencial es de los menos movilizados —solo el 60% asegura que votará el 21 de abril—, justo lo contrario de lo que sucede con el de la coalición abertzale, el más activado de todos (72,7%). El siguiente es el del PSE con un 62,5%.

Uno de los condicionantes de la campaña es la renovación que los principales partidos han hecho de sus candidatos. El resultado es el escaso grado de conocimiento entre los ciudadanos. A Imanol Pradales, el relevo escogido por el PNV para suceder a Iñigo Urkullu, lo conoce el 61,5% de la población, seguido por el socialista Eneko Andueza (58,8%). Pello Otxandiano, de EH Bildu, supera por poco la mitad, aunque adelanta a Javier de Andrés, del PP, conocido por el 49,3%. Miren Gorrotxategi repite con Podemos (44,8%), al igual que Amaia Martínez con Vox (31,9%). Uno de los dramas de Sumar es que su candidata, Alba García, solo es conocida por uno de cada cuatro encuestados. Otxandiano es el mejor valorado, pero Pradales se impone cuando se pregunta quién sería el mejor lehendakari: es el elegido por el 23,5% —1,3 puntos menos que en la ola anterior de 40dB.—, frente a un 19,8% (21,5%) del candidato de EH Bildu. El socialista Andueza crece en el mismo periodo de tiempo más de dos puntos y sería la tercera opción (9,5%).

EH Bildu y el PNV, ambos nacionalistas, concentrarían el 70% del voto y 58 de los 75 diputados del Parlamento vasco, pero eso no se traduce en un apoyo proporcional de la ciudadanía a una Euskadi independiente (15,1%). Eso sí, la apuesta por el Estado propio crece durante la campaña 8,5 puntos entre los votantes de EH Bildu: se convierte en la alternativa prioritaria para el 49,7% de votantes de la coalición abertzale, mientras disminuyen en la misma proporción quienes piden más autonomía para Euskadi. El sentimiento independentista del electorado de Elkarrekin Podemos (19,7%) dobla al del PNV (10,6%), donde son mayoría quienes apuestan por el refuerzo del autogobierno (43,3%), aunque se acorta la distancia con quienes son partidarios de mantener la misma autonomía (38,7%).

La cuestión territorial o soberanista sigue en la cola de los principales problemas en Euskadi para la población en general. El electorado al que más inquieta es el de EH Bildu (24,5%), seguido de los votantes del PP (16,1%) y del PNV (9,2%). La inflación y el coste de la vida y la sanidad y la calidad de otros servicios públicos son las grandes preocupaciones entre las nueve opciones que se plantea a los encuestados. El deterioro del servicio vasco de salud (Osakidetza) es uno de los flancos por donde más críticas recibe el PNV, incluso entre el 63% de sus votantes.

En todo caso, el 53% de los encuestados valora la situación general en el País Vasco como buena o muy buena, frente al 10,6% que la considera mala o muy mala. Pero la perspectiva cambia cuando se compara con la de hace cuatro años: solo el 21,6% cree que ha mejorado, frente al 33,8% que piensa que ha empeorado. La labor del Gobierno vasco, que el PNV confía en seguir liderando un nuevo mandato, es positiva para el 36,3%, mala para el 19,2% y regular para el 41,4%.

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