Evitar un error que cambie la campaña: así diseña el PP de Díaz Ayuso el sprint final del 4-M

La formación se centra en el debate electoral y en mejorar la coordinación con la dirección nacional

Isabel Díaz Ayuso, durante una visita a Fuenlabrada este lunes. En vídeo, la candidata del PP pide el voto para proyecto "que trasciende las siglas del PP"Vídeo: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ / EUROPA PRESS
Madrid -

Las elecciones de la Comunidad de Madrid solo se parecen en una cosa a la batalla naval de la Segunda Guerra Mundial que retrata la película Greyhound, de Tom Hanks. Con 15 días de campaña por delante, en el cuartel general de Isabel Díaz Ayuso recuerdan ese filme para resumir que el peligro aún acecha, que da igual que la candidata vaya destacada en todas las encuestas, y que hay que prepararse para todo, e intentar evitar un error inesperado, para no poner en peligro...

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Las elecciones de la Comunidad de Madrid solo se parecen en una cosa a la batalla naval de la Segunda Guerra Mundial que retrata la película Greyhound, de Tom Hanks. Con 15 días de campaña por delante, en el cuartel general de Isabel Díaz Ayuso recuerdan ese filme para resumir que el peligro aún acecha, que da igual que la candidata vaya destacada en todas las encuestas, y que hay que prepararse para todo, e intentar evitar un error inesperado, para no poner en peligro la victoria el 4 de mayo.

Los campos de minas ya están identificados, según fuentes de la formación conservadora. El primero es el debate electoral del miércoles. El segundo, la coordinación con la dirección nacional. Y el tercero, las numerosas intervenciones de la candidata, que abren la puerta a un hipotético desliz.

El sábado, mientras decenas de personas se agolpan entre gin-tonics para oír a Díaz Ayuso, un escalofrío recorre a sus colaboradores al escucharle esta frase: “Los mantenidos subvencionados que ellos crean como las colas del hambre para que la gente dependa de ellos”. Esa identificación entre los ciudadanos más golpeados por la crisis y las subvenciones se viraliza. Son palabras que sirven de munición para sus rivales. Y un recordatorio para la candidata: un error en sus declaraciones, asumen sus asesores tras vivir de polémica en polémica la campaña de 2019, puede ser el desliz que reactive a la izquierda cuando la mayoría de la derecha pende de un hilo.

Ese problema se multiplica en el debate electoral, que organiza Telemadrid, al que Díaz Ayuso se presenta como rival a batir por todos los candidatos. Aunque su equipo ha logrado separar el cara a cara lo máximo posible de la cita con las urnas —será el 21, y no el 29, como se propuso inicialmente—, está claro que la candidata que lidera las encuestas es la que más tiene que perder. Por eso Díaz Ayuso solo acudirá a este debate.

Finalmente, está la relación con el equipo de Pablo Casado en la dirección nacional. El único borrón de la campaña de Díaz Ayuso ha tenido su origen, precisamente, en la sede nacional de Génova: el polémico fichaje de Toni Cantó —expulsado finalmente de su lista electoral por el Tribunal Constitucional— no solo ha quitado el foco de las propuestas de la candidata durante tres semanas. También ha subrayado que hay diferencias entre la Real Casa de Correos y Génova, porque Díaz Ayuso reclama autonomía para su campaña.

Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo”, dijo la pasada semana. Ahora está convencida de haberlo conseguido. En Génova, según el PP de Madrid, también ha calado un mensaje lanzado por el equipo de la candidata: la formación conservadora haría mal en considerar como propio el caudal de apoyos que parece estar captando Díaz Ayuso, traduciéndolo inmediatamente a escala nacional. No porque sea patrimonio de la candidata, sino porque es ideológicamente transversal y responde al hartazgo con la pandemia y un estado de opinión en el que pesa mucho la voluntad de castigar al Gobierno de Pedro Sánchez, sostiene una fuente del PP.

Frente a eso, la candidata ha diseñado un día a día absolutamente compartimentado. No lee la prensa, más allá de las portadas. Apenas sigue la radio o la televisión. Se informa con teletipos —quizás una deformación de sus tiempos de periodista— y con los resúmenes que hace su equipo. Conoce al detalle su planificación semanal y diaria y se centra en los mensajes que quiere transmitir en cada uno de los múltiples actos que tiene cada jornada. Y no hace cábalas sobre cómo será su Ejecutivo si logra gobernar, más allá de algunas líneas maestras: pasará de 13 a 10 consejerías; sus asesores actuales podrán cambiar de cartera; y Marta Rivera de la Cruz (Cs) volverá a la Real Casa de Correos si así lo quiere.

La cuenta atrás para la cita con las urnas del 4 de mayo ya ha comenzado. Para el PP, resume una fuente que cuenta con la confianza de Díaz Ayuso, esta quincena es como la ascensión al Tourmalet. La referencia al Tour de Francia está llena de simbolismos. En las etapas llanas, dice este interlocutor, todos los ciclistas ruedan y ruedan como si fueran gallos de pelea capaces de ganar la carrera. Pero es en las de montaña, escalando las cumbres míticas que muestran los televisores cada verano, cuando se separa el grano de la paja. Con el 4 de mayo en el horizonte, ahora arranca lo más difícil: la escalada.

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