Illa y Aragonès centran la pugna por la presidencia en el debate de TV-3
La posibilidad de un pacto con el PSC ofrece el único momento de choque entre Junts y ERC
Las encuestas dibujan un triple empate entre Junts, ERC y los socialistas en las elecciones catalanas del domingo, pero el debate de anoche en TV3 centró la carrera en Salvador Illa y Pere Aragonès. El candidato del PSC y exministro de Sanidad se llevó la mayoría de reproches por su gestión de la pandemia y, a diferencia de otros encuentros, se vio obligado a defenderse. El jefe del Govern en funciones logró sacar su perfil más presidencialista y buscó el tú a tú con Illa. Aragonès, de ERC, y la aspirante de Junts, Laura Borràs, intentaron ignorarse hasta que se puso sobre la mesa el tema de l...
Las encuestas dibujan un triple empate entre Junts, ERC y los socialistas en las elecciones catalanas del domingo, pero el debate de anoche en TV3 centró la carrera en Salvador Illa y Pere Aragonès. El candidato del PSC y exministro de Sanidad se llevó la mayoría de reproches por su gestión de la pandemia y, a diferencia de otros encuentros, se vio obligado a defenderse. El jefe del Govern en funciones logró sacar su perfil más presidencialista y buscó el tú a tú con Illa. Aragonès, de ERC, y la aspirante de Junts, Laura Borràs, intentaron ignorarse hasta que se puso sobre la mesa el tema de los posibles pactos. Vox, PP y Cs certificaron su particular lucha por la hegemonía en la derecha.
El candidato socialista y el republicano sacaron a relucir durante el debate a nueve su conocimiento de la primera línea de la gestión de la pandemia para intentar demostrar su solvencia. Aragonès e Illa ofrecieron su perfil más presidencialista, mientras Borràs perdió la fuerza que había tenido en las citas previas de la SER y TVE. La candidata de Junts logró centrar la atención de las respuestas del exministro, pero también se vio forzada a zafarse del cuerpo a cuerpo con la candidata de los comunes, Jéssica Albiach, quien le cuestionó en varias ocasiones por el modelo sanitario y fiscal.
Illa recordó que hasta que no se avance lo suficiente en la vacunación no se podrá acelerar la reconstrucción tras la pandemia y se ofreció como la única garantía de cooperación entre administraciones. El aspirante del PSC también propuso reforzar el sistema sanitario catalán elevando la inversión de la Generalitat a 1.700 euros por habitante, una cifra que Aragonès aseguró que ya se cumplía.
El resto de candidatos cargaron contra Illa por lo que consideraron una falta de autocrítica en su balance. Aragonès y Borràs reprocharon la falta de aportación de recursos del Gobierno, a lo que el exministro recordó la inyección de 3.100 millones a fondo perdido —el gasto adicional del Govern fue el año pasado de más de 5.000 millones—. El candidato de Vox, Ignacio Garriga, cargó incluso sobre las espaldas del exministro los “80.000 muertos” del coronavirus en España. La cifra oficial asciende a 63.061. “No doy lecciones pero tampoco recibo”, replicó Illa tras pedir que no se mienta con las cifras.
Aragonès se quedó solo en la defensa de la gestión de la Generalitat y, también acosado por Albiach, reconoció los problemas registrados en las residencias de ancianos y propuso a los otros grupos aprobar las leyes del tercer sector y de servicios sociales para blindar un nuevo sistema que vincule lo sanitario y lo social. El candidato de Esquerra y Borràs se ignoraron prácticamente durante todo el debate, y fue Illa quien criticó a la presidenciable de Junts que sus posiciones parezcan más las de alguien que no está en el Govern. El tema de los pactos si hizo que los dos socios el Govern se interpelaran directamente sobre el posible apoyo del PSC. Aragonès le recordó a la líder de Junts el pacto en la Diputación de Barcelona y ella el apoyo a los Presupuestos en el Congreso.
Borràs llevaba bajo la manga un golpe de efecto: anunció que, si llega a la presidencia, nombrará al secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, como consejero de Salud. Illa ya ha anunciado que su candidata para ese puesto es Olga Pané, la gerente del hospital del Mar de Barcelona. Aragonès, que dice que no quiere hablar de nombres hasta el lunes, quedó en una situación comprometida al no revelar su propuesta.
El debate, que duró más de dos horas, se estructuró en cuatro bloques: la pandemia, la recuperación económica, el modelo territorial y los pactos poselectorales, además del minuto para solicitar el voto.
Vox volvió a usar la inmigración como arma arrojadiza cuando su candidato acusó al resto de partidos de financiar la inmigración ilegal. Garriga sostuvo que los menores extranjeros tutelados reciben cuando llegan a la mayoría de edad una mensualidad específica. Tal subvención no existe, ya que la Generalitat da una asignación a todos los menores tutelados sin importar su origen. “Ustedes permiten que esta gente aterrorice a nuestras hijas, a nuestras madres”, llegó a asegurar. Y añadió: “Hay abuelas que no se atreven a bajar al parque con sus nietas por miedo a ser asaltadas por estos que ustedes financian”.
Los candidatos del PP, Alejandro Fernández, y Cs, Carlos Carrizosa, acusaron a Garriga de populista y lamentaron sus recursos para intentar frenar al independentismo. El choque con el representante de Cs caldeó especialmente el ambiente, aunque el momento más tenso se produjo cuando Garriga aseguró que quería encarcelar a Aragonès.
Diálogo e independencia
Aragonès aprovechó el discurso de Vox —Garriga defendió cerrar TV3 y suprimir el Parlament en el que aspira a un escaño— para reclamar a Illa que aclare si aceptará los votos de la ultraderecha en caso de que los necesite para ser elegido president. “Ni por activa ni por pasiva ni por perifrástica”, respondió rotundo el socialista, poniendo fin a una discusión con la que el independentismo intenta machacar cada día al PSC.
Fernández cargó contra Illa en la cuestión sobre el conflicto en torno a la independencia. El candidato del PP trató de mostrarse como una derecha con sentido de Estado en comparación con Vox y tildó de traición a la integridad estatal la mesa de diálogo sobre Cataluña. Albiach replicó que ese foro es una “oportunidad histórica”. El exministro de Sanidad se ciñó al guion de su campaña para pedir que el resto de grupos se sumen al diálogo y “pasen página” al procés.
En este punto el secesionismo sí mostro unidad, aunque la representante de la CUP, Dolors Sabater, fue la más ausente. Aragonès dijo a Illa que no se puede pasar página mientras los dirigentes independentistas condenados por el procés sigan en prisión. “Ustedes quieren amnesia, quieren una Cataluña que ya está superada”, añadió el candidato de ERC.
”El único modelo que tiene España para Cataluña es el ‘A por ellos”, abundó Borràs, en alusión a los cánticos que se produjeron en algunos lugares de España el 1 de octubre de 2017 para apoyar a los policías y guardias civiles destinados a frenar el referéndum ilegal.
Àngels Chacón, del PDeCAT, centró sus ataques en Borràs —los escaños que pueda ganar su formación serán, sobre todo, a costa de los de Junts— y le pidió realismo y que se olvide, por imposible, de la independencia unilateral.