El PSC recupera la propuesta de trasladar el Senado a Barcelona

El programa de los socialistas defiende ubicar sedes de instituciones del Estado en Cataluña

El teniente de alcalde de Barcelona Jaume Collboni frente la imagen del candidato del PSC, Salvador Illa.PSC

Trasladar la sede del Senado a Barcelona ha sido una reiterada declaración de intenciones de los socialistas catalanes. Ahora, y a diferencia de las elecciones autonómicas de 2015 y 2017, el PSC introduce en su programa electoral el compromiso de “defender la cocapitalidad estatal de Barcelona con la localización de sedes de instituciones estatales”. El texto no concreta de qué instituciones se trata, pero la número dos de la candidatura socialista, Eva Granados, señala a EL PAÍS la propuesta de reubicar la Cámara Alta en la capital catalana.

“Desde los Gobiernos de Pasqual Maragall y J...

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Trasladar la sede del Senado a Barcelona ha sido una reiterada declaración de intenciones de los socialistas catalanes. Ahora, y a diferencia de las elecciones autonómicas de 2015 y 2017, el PSC introduce en su programa electoral el compromiso de “defender la cocapitalidad estatal de Barcelona con la localización de sedes de instituciones estatales”. El texto no concreta de qué instituciones se trata, pero la número dos de la candidatura socialista, Eva Granados, señala a EL PAÍS la propuesta de reubicar la Cámara Alta en la capital catalana.

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“Desde los Gobiernos de Pasqual Maragall y José Montilla [2003 a 2010] hemos defendido el traslado del Senado a Barcelona como cámara territorial”, recuerda Granados. La viceprimera secretaria del PSC opina que el nombramiento de Miquel Iceta como ministro de Política Territorial “intensificará la idea de capitalidad española de Barcelona”. El partido evita establecer un plazo de tiempo para conseguir la reubicación de la sede del Senado.

Tanto Granados como su cabeza de cartel, Salvador Illa, han puesto como ejemplo del peso que podría tener Barcelona la candidatura que presentó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2017 para ganar la sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), ubicada por entonces en el Reino Unido. La EMA fue finalmente desplazada a la ciudad holandesa de Ámsterdam. “Que Barcelona perdiera la oportunidad de ser la capital de la medicina europea estuvo provocado en gran medida por la deriva procesista del gobierno de la Generalitat”, dice Granados. Aquel 2017 se produjo la declaración unilateral de independencia, la intervención de la administración catalana por parte del Estado y el traslado de las sedes de las principales entidades financieras catalanas a otras comunidades autónomas.

Otros objetivos en los que el PSC asegura contar con el apoyo del ejecutivo de Pedro Sánchez son resucitar la figura de Barcelona como plaza de diálogo para los conflictos en el Mediterráneo y en Oriente Medio, y promocionar la ciudad para que “sea de nuevo la capital de la industria editorial en castellano”. En su estreno como candidato, el pasado jueves, Illa aseguró que su primer viaje fuera de Europa sería a América Latina, “para reforzar y recuperar la capitalidad editorial de Cataluña”. El presidenciable del PSC ha insistido en que Barcelona es el principal activo de Cataluña. Dos de sus prioridades son las infraestructuras y la imagen exterior de la capital, y para ello quiere que la Generalitat cuente con “una agenda propia” para la región metropolitana.

Las medidas socialistas en estas elecciones para proyectar una bicapitalidad de España son poco precisas en comparación con otras iniciativas del pasado, como la que planteó en 2014 Jaume Collboni, hoy primer teniente de alcalde de Barcelona, de incluir en la Constitución un reconocimiento de la ciudad como cocapital del Estado. El PSC defendió en las elecciones municipales de 2019 la creación de un “superalcalde” para el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), una demarcación en la que vive casi la mitad de la población catalana. La unificación de la región metropolitana –que abarca más extensión y población que la AMB– ha despertado tradicionalmente suspicacias en el nacionalismo catalán, que lo ve como una amenaza para el poder de la Generalitat.

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