Las izquierdas ahondan su crisis en Andalucía e intentan salvar la apuesta de Yolanda Díaz
Teresa Rodríguez y la coalición respaldada por la vicepresidenta se cruzan acusaciones por el resultado, mientras Podemos evita dar explicaciones
Las izquierdas andaluzas ahondan su crisis. Con apenas cinco escaños obtenidos en los comicios de este domingo, la coalición Por Andalucía, que reúne a Podemos, IU, Más País y otras tres formaciones, no ha logrado revertir la tendencia electoral de los últimos años, que ha registrado un declive de ese espacio político prácticamente convocatoria tras convocatoria. La desunión ha redundado esta vez en una nueva pérdida de escaños...
Las izquierdas andaluzas ahondan su crisis. Con apenas cinco escaños obtenidos en los comicios de este domingo, la coalición Por Andalucía, que reúne a Podemos, IU, Más País y otras tres formaciones, no ha logrado revertir la tendencia electoral de los últimos años, que ha registrado un declive de ese espacio político prácticamente convocatoria tras convocatoria. La desunión ha redundado esta vez en una nueva pérdida de escaños, y ahora está en cuestión el futuro de algo más amplio: la plataforma política de Yolanda Díaz para las elecciones generales, un experimento aún embrionario que había tomado la coalición Por Andalucía como punto de partida.
La traumática ruptura en la pasada legislatura del grupo Adelante Andalucía —Teresa Rodríguez y otros siete diputados fueron expulsados entre acusaciones de transfuguismo después de haber abandonado Podemos— y la fragmentación de ese espacio en dos candidaturas para estos comicios del 19-J han lastrado los resultados de ambas. Por Andalucía, con Inmaculada Nieto (IU) a la cabeza, ha logrado apenas cinco escaños; Adelante Andalucía, liderada por Teresa Rodríguez, dos. En 2018 la lista unitaria había obtenido 17 diputados (y 134.000 votos más que ahora).
Ambas dirigentes rompieron la tregua nada más conocerse los resultados en la noche del domingo y se responsabilizaron mutuamente de esa pérdida de apoyo popular. Pero este lunes, a excepción de Podemos ―que más allá de un tuit de su secretaria general ha guardado silencio sobre el resultado―, las direcciones nacionales de los partidos han tratado de pasar página y desvincular el batacazo electoral de Por Andalucía del futuro proyecto que prepara la vicepresidenta Yolanda Díaz. “Es más necesario que nunca”, ha zanjado la portavoz federal de IU, Sira Rego.
“La fragmentación de la izquierda no ha ayudado y tampoco el propio proceso de configuración de la marca”, ha reconocido la eurodiputada en alusión a las complicadas negociaciones y al embrollo político y jurídico que provocó que Podemos y Alianza Verde quedaran fuera del registro oficial de Por Andalucía. “Hay elementos que corregir”, ha insistido Rego, quien ha admitido que el resultado es “malo sin paliativos”. Para la portavoz, la debacle muestra que Sumar, el proceso que Díaz arrancará el 8 de julio, es “más necesario que nunca”. “Para hacer las cosas bien necesitamos incorporar a más sectores que ahora no están interpelados por las organizaciones políticas”, ha defendido, en la misma línea que el domingo hizo Nieto. Rego ha reivindicado la presencia de todas las fuerzas políticas en el futuro proyecto: “Tiene que estar todo el mundo. Sería ridículo empezar dividiendo”.
“Hay que tomar nota, hacer autocrítica, analizar los errores que se han cometido y corregirlos para que no se vuelvan a repetir“, ha afirmado el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos y portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens. La confluencia catalana se ha convertido en otro de los apoyos fundamentales de Díaz, distanciada de Podemos. “Hay que abrir un nuevo tiempo que mire al futuro y para nosotros la próxima parada es el día 8. Tienen que dejarse atrás las dinámicas del pasado”, ha concluido.
La propia Yolanda Díaz, quien tras implicarse en la campaña reivindicó en redes sociales a última hora del domingo la necesidad de “abrir un nuevo tiempo que mire al futuro”, ha evitado este lunes hacer cualquier otra valoración. Tampoco Podemos se ha pronunciado. Incluso el exvicepresidente Pablo Iglesias manifestó que había decidido “respetar el tiempo de reflexión” de las dirigentes de su formación para no generar “titulares”. En el partido de Ione Belarra, sin embargo, hay “enfado y preocupación” tras una campaña en la que han quedado difuminados, según fuentes de la formación. Con todo, la configuración del grupo parlamentario salido de las urnas otorga a Podemos mayoría: tres diputados frente a una de IU (Nieto) y otra de Más País (Esperanza Gómez). En la anterior legislatura, y tras la salida de Rodríguez y sus fieles, los seis parlamentarios eran de IU.
El lastre de la división
La lectura que hizo la candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, la noche del domingo se convirtió en un ataque directo a la líder anticapitalista, Teresa Rodríguez: “La unidad es imprescindible (...) Lamentablemente, la fuerza política que no se sumó ahora podrá ver el destrozo electoral, y por tanto social, que provoca la desunión”, afirmó Nieto, en alusión a la negativa de Rodríguez a entrar en Por Andalucía. Rodríguez replicó en la misma línea, instando a esa “parte de la izquierda” que un día fueron sus compañeros a “hacer examen de conciencia”.
El politólogo Pablo Simón sostiene que, en todo caso, “hay sumas que restan”, y que por tanto la unidad de las candidaturas de izquierdas tampoco habría garantizado el éxito. “El proyecto de Podemos en Andalucía se ha roto de manera virulenta. La división entre Teresa Rodríguez, de un lado, e IU del otro, ha generado animadversión entre organizaciones y votantes, que hace que los rechazos cruzados hayan aumentado y que la agregación no sea automática”, afirma. Las dos listas han castigado a la izquierda, opina también la analista política Ana Salazar. “Cuando eres un partido pequeño, no tienes capacidad para competir. La rentabilidad de ese voto en provincias donde se reparten 11 escaños ha sido minúscula”.
Sin encuestas postelectorales no es posible saber con exactitud que ha pasado con los votos perdidos para la izquierda en estos comicios. Los sondeos previos sí revelaban que en torno a un 75% de los antiguos votantes de Adelante Andalucía iban a repartirse entre las dos coaliciones. El resto, o se planteaba votar al PSOE o estaba aún indeciso. Salazar apunta a una doble transferencia: “Es posible que hayan ido a parar a los socialistas por tacticismo. Y que el voto del PSOE más centrado se haya desplazado al PP para frenar a Vox”.
En todo caso, la reconciliación entre las izquierdas en el Parlamento andaluz no parece factible.Rodríguez ha pedido este lunes “respeto” entre las distintas formaciones. “Tienen que acabar los ataques, las vendettas y los dardos”, ha implorado. Pero de unidad, nada: “Que el resto de fuerzas entienda que el andalucismo ha venido para quedarse”. En Por Andalucía también descartan, de momento, una alianza electoral.