Los testigos ofrecen una frágil versión en defensa de la inocencia de Eduardo Zaplana
El juicio al expresidente de la Generalitat, a falta de las periciales y las conclusiones para quedar visto para sentencia
El juicio al expresidente de la Generalitat Valencia y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ha concluido este martes las sesiones de declaraciones de testigos durante las que se ha expuesto una frágil versión de la defensa del dirigente del PP, acusado de prevaricación, cohecho y blanqueo de capitales, entre otros delitos. La mayoría de las declaraciones testificales han estado dirigidas a trat...
El juicio al expresidente de la Generalitat Valencia y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ha concluido este martes las sesiones de declaraciones de testigos durante las que se ha expuesto una frágil versión de la defensa del dirigente del PP, acusado de prevaricación, cohecho y blanqueo de capitales, entre otros delitos. La mayoría de las declaraciones testificales han estado dirigidas a tratar de desmontar el delito que, en principio, está más apuntalado, el del amaño de adjudicaciones de contratos públicos por los que Zaplana cobró cuantiosas mordidas, según la acusación.
Para sostener su tesis, la fiscalía contó con el testimonio del presidente de la mesa de contratación de las estaciones de las ITV, el ex jefe de gabinete del propio Eduardo Zaplana, Juan Francisco García, que admitió que se redactó el pliego para que una determinada mercantil, la de la familia Cotino, “estuviera en situación de ventaja”. García, que también se sienta en el banquillo de los acusados, reconoció su participación con el fin de obtener una rebaja en la petición de condena por parte del fiscal. A la confesión del presidente de la mesa de contratación se unió la de los Cotino. Tanto José como Vicente Cotino, sobrinos de quien fue director general de la policía, Juan Cotino, reconocieron que el concurso estuvo “predeterminado” para que una de las empresas del grupo empresarial familiar se llevara uno de los lotes y que, posteriormente, pagaron por ese acuerdo, es decir, un soborno. También declaró el interventor que, hasta dos horas antes de la adjudicación, participó en el concurso sobre el que puso algunas pegas y alegó que las arcas públicas se hubieran visto más beneficiadas por la adjudicación en el caso de que se le hubiera dado más valor a la oferta económica. Entre los testigos llamados por Eduardo Zaplana ha habido exconsejeros, directores generales y secretarios autonómicos, todos ellos cargos de libre designación y nombrados por el PP que entonces lideraba el propio Zaplana, que aseguraron que las adjudicaciones se realizaron con transparencia y correctamente y que nunca recibieron presiones para elegir a una determinada empresa. Sin embargo, antes que ellos, un técnico ya había indicado que, en el caso de existir amaño, este no se da en el momento de las reuniones de la mesa de contratación, sino antes, con la redacción de los pliegos de condiciones.
Los testigos llamados a declarar por la defensa del expresidente se han centrado en tratar de defender la limpieza de las adjudicaciones, es decir, aplacar la acusación de prevaricación. En el caso de no existir este delito, la acusación de cohecho se complica. Además, Zaplana nunca puso nada a su nombre pese a que los testigos le hayan situado en las negociaciones de unas parcelas en la urbanización de lujo La Finca, de Pozuelo de Alarcón, de unos áticos en Altea (Alicante), viviendo en un piso de la calle Núñez de Balboa, en Madrid, o disfrutando, casi en exclusiva, de un barco del que, supuestamente, solo tenía un pequeña parte. La investigación sostiene que, todo ello se adquirió con el dinero cobrado por la adjudicación de las ITV y que, aunque lo cobró Joaquín Barceló, amigo de la infancia de Zaplana, el destinatario fue realmente el dirigente del PP. El propio Barceló se confesó además como testaferro del expresidente valencianos.
Además de los cargos públicos que han acudido al juicio a defenderle, Eduardo Zaplana ha contado con otros dos testimonios a favor que, sin embargo, han resultado inverosímiles en ocasiones. Por una parte, el excomisario José Manuel Villarejo apuntó que toda la acusación es una conspiración aupada por el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por su temor a que Zaplana le disputara el liderazgo del partido. Para ello contó con el trabajo del CNI y de la Guardia Civil, según dijo. El otro testimonio fue el de Marcos Benavent, el autodenominado Yonqui del dinero, que pasó de querer colaborar con la justicia a declarar que se lo había inventado todo.
El juicio del llamado caso Erial, que sienta en el banquillo además de al expresidente q otros catorce procesados, ha dado por concluida este martes la fase de declaración de testigos. Mañana miércoles comenzará con la pericial, de modo que previsiblemente el próximo martes comenzará la fase final de conclusiones e informes, tras la que quedará visto para sentencia.