Collboni aumentará el control de velocidad y las multas a bicis y patinetes en la superilla de Colau
El concejal de l’Eixample Jordi Valls explica que habrá “un proceso de sanción mucho más exigente” para los vehículos que incumplan la señalización de carga y descarga
La seguridad de los peatones resultó ser la prioridad en la sesión plenaria, este martes, para los vecinos del distrito de l’Eixample de Barcelona sobre la mejora de los ejes verdes, las actuaciones de peatonalización de calles del último mandato de la ex alcaldesa Ada Colau. El actual equipo del alcalde Jaume Collboni presentó los datos recogidos con un radar pedagógico en la calle Consell de Cent durante el verano, que demuestran que vehículos circulan por la calle a 20 kilómetros por hora, 10 por encima de la velocidad a la que deberían ir. Según otro cálculo manual, la mayoría son bicicletas y patinetes eléctricos. La solución a este problema pasa por aumentar la presencia de agentes cívicos, dando instrucciones a los conductores (sin multar), y también porque la Guardia Urbana adopte una posición “más exigente”, dijo el concejal de l’Eixample Jordi Valls. “Somos conscientes de la dificultad de poner multas a vehículos sin matrícula”, reconoció Valls, pero explicó que con los agentes pueden aplicar la normativa para “sancionar a quien supere la velocidad o ponga en peligro a los viandantes”.
La calle pacificada de Consell de Cent, uno de los planes estrella de Colau en el programa Superilla Barcelona, fija condiciones para todos los tipos de vehículos. La carga y la descarga debe realizarse siempre en el lado mar de la calle y en unos horarios específicos, pero después de las quejas de los vecinos sobre las furgonetas aparcadas en ambos lados, la señalización se ha aumentado. El concejal consideró que ahora “el volumen de señalización ya es suficiente” y que a partir de ahora habrá “un proceso de sanción mucho más exigente”. Durante el año que ha durado el análisis del plan de mejoras, el número de denuncias recogidas por la Guardia Urbana se ha triplicado (ha aumentado un 223%) explicaron la gerente del distrito Anna Terra y la coordinadora María Bonet. También admitieron que la presencia de mobiliario urbano hace más visible el incivismo.
A finales de octubre empezará la obra de ampliación de la acera en el cruce de la Rambla de Cataluña con Consell de Cent. En este punto se confunden tanto los peatones que caminan por la rambla, como los vehículos que cruzan. La solución consistirá en conectar la acera de la Rambla por encima de la zona actualmente asfaltada, de manera que los coches no puedan atravesar en línea recta. Se trata de una actuación puntual para mejorar la convivencia del cruce. El objetivo de la obra, según Valls, será reiterar “la posición prioritaria de este entorno de los viandantes de la Rambla” que se cruzan con los vehículos que circulan por la calle pacificada.
Los vecinos que acudieron a la sesión plenaria lamentaron la actitud de los repartidores de comida por encargo (riders) que circulan por la calle peatonal cometiendo imprudencias y señalaron que, con un máximo de velocidad de 10 kilómetros por hora, deberían aprovechar los carriles bici de las calles paralelas, Valencia y Aragón. El vecindario pidió menos pedagogía y más Guardia Urbana para asegurar que los vehículos no excedan la velocidad máxima, que las furgonetas descargando no obstruyan el paso, que las terrazas no excedan los horarios nocturnos y más civismo en el barrio.