Una segunda vida para la Colonia Vidal

Una empresa especializada en proyectos de capital natural planea reformar el centro de Puig-reig para hacer agricultura, investigación y promover residencial

Antigua fábrica de Cal Vidal, una de las antiguas colonias textiles junto al río Llobregat.Albert Garcia

La promotora inmobiliaria Hines adquirió en 2006 la antigua colonia textil de Can Vidal, en Puig-reig (Berguedà). Pagó 15 millones de euros y tenía intención de arrancar un proyecto de 120 millones con el que rehabilitar y promover hasta 500 viviendas y poner en marcha un hotel rural que permitiera explotar el turismo en la zona. Pero el momento no era el más propicio: lo que llegó después es tan histórico como el lugar, una gran crisis que desarboló cantidad de proyectos y también el de esa sup...

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La promotora inmobiliaria Hines adquirió en 2006 la antigua colonia textil de Can Vidal, en Puig-reig (Berguedà). Pagó 15 millones de euros y tenía intención de arrancar un proyecto de 120 millones con el que rehabilitar y promover hasta 500 viviendas y poner en marcha un hotel rural que permitiera explotar el turismo en la zona. Pero el momento no era el más propicio: lo que llegó después es tan histórico como el lugar, una gran crisis que desarboló cantidad de proyectos y también el de esa superficie del parque fluvial del Llobregat. Total, que el lugar resiste como puede la degradación sufrida desde su cierre en 1981. El actual museo que revive la vida en la colonia convive con la cooperativa Vidàlia, que tiene un contrato de masovería urbana con la propiedad y sus 30 miembros dan una nueva vida al lugar.

Pero Nactiva, una sociedad de reciente creación que busca proyectos de activación de capital natural, vuelve a tener un plan de futuro para la colonia Vidal en el que se mezcle la actividad agrícola, investigadora e industrial, inmobiliaria y turística. Su idea, al menos en cuanto a inversión, no es tan ambiciosa como la del grupo inmobiliario estadounidense y consideran sus promotores que podría lanzarse con alrededor de 25 millones de euros de inversión. El consejero delegado de la compañía, Joan Cabezas, asegura tener el apoyo de empresas interesadas en el proyecto, cada una con su grado de especialización: construcción, agricultura y gestión del agua. “Quieren participar en el diseño del negocio y cofinanciar el estudio de viabilidad”, apunta, si bien desde Vidàlia no han tenido de momento noticia alguna sobre esos planes, según explican cuando son preguntados por EL PAÍS. La empresa está pendiente de la adjudicación de una ayuda pública de 200.000 euros para redactar ese proyecto, aunque esa cantidad probablemente se tenga que aumentar inicialmente, con el objetivo de captar el interés de otros inversores y participantes en el proyecto.

La Colonia Vidal tiene ciertas ventajas, y dos de ellas son su fácil acceso y una extensión suficiente para conseguir la viabilidad suficiente en algunos proyectos. Además, podría ser autosuficiente desde el punto de vista eléctrico, gracias a su capacidad de generar energía hidroeléctrica, pero también eólica y solar. El proyecto persigue crear una zona multidisciplinar. Por un lado, explotar 7.000 metros cuadrados de suelo para cultivos y laboratorios enfocados a la maximización de la agricultura. Por el otro, en la zona que antiguamente albergaba a la fábrica textil, combinar diferentes usos, desde espacios para celebrar congresos hasta centros de investigación o universitarios. Desde el punto de vista turístico, los ideólogos de este último proyecto piensan en crear una zona de wellness. Y, cómo no, no faltaría zona de promoción inmobiliaria. Los 12.000 metros cuadrados de suelo residencial permitirían construir cerca de 120 viviendas o 500 habitaciones de hotel, o darle a la zona un uso combinado.

Un grupo escolar durante una visita a la zona residencial y de servicios de la Colonia Vidal.Albert Garcia

“El proyecto tiene todo el sentido”, señala Cabezas, consciente de que la idea que tienen entre manos es a muy largo plazo (diez años) y que no tiene que ser Nactiva quien lo desarrolle, sino un promotor especializado. El negocio podría generar una rentabilidad mínima del 10%, en función de cada actividad que se desarrolle. Aunque en la idea inicial de los promotores no se olvida que podrían participar en el proyecto agentes públicos, como la Diputación de Barcelona. La cuestión, señala el directivo, es la posibilidad de extender el modelo multifocal de la Colonia Vidal a otras que hay en el curso del Llobregat, donde se llegaron a construir hasta una veintena para aprovechar la fuerza del agua del río.

La empresa está convencida de que sus proyectos se beneficiarán de la nueva regulación de la Unión Europea sobre restauración de la naturaleza. En 2007, cuando los planes de Hines continuaban en pie, la Generalitat aprobó el plan director urbanístico que pretendía controlar el desarrollo de nuevas actividades en las antiguas colonias textiles al margen del río Llobregat, subrayando el aspecto del paisaje cultural. El documento evitaba que se pudieran practicar un monocultivo inmobiliario y limitaba los crecimientos residencial a un máximo del 25% o el 30% existente. Asimismo, se prohibía que más del 50% de las viviendas rehabilitadas o de nueva construcción fueran segunda residencia y se obligaba a que la mitad de estas fueran de alquiler. Y los edificios históricos se tienen que mantener.

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