Una depuradora del Besòs tardará 15 días en operar con normalidad tras el vertido de tóxicos

Más de mil peces han muerto en el río tras el incendio en una empresa de almacenaje químico en Polinyà. El alcande del daño ecológico definitivo aún es una incógnita

El Parc Fluvial del Besòs, cerrado por el vertido tóxico a raíz del incendio de Polinyà (Barcelona).EUROPA PRESS (Europa Press)

Agua contaminada, peces muertos, playas cerradas y ahora una depuradora dañada. Los efectos del incendio del viernes en una empresa de almacenaje de productos químicos de Polinyà (Barcelona) se acrecentan. La depuradora de La Llagosta (Barcelona) no podrá funcionar de manera óptima durante dos semanas, según se desprende de los primeros análisis del Consorci Besòs Tordera, el gestor de la planta, realizados este sábado. Tras dañarse los reactores biológicos (el ecosistema de bacterias que trata el agua) por el vertido de residuos contaminantes al río Besòs, la calidad del agua que emite la depuradora al cauce será menor durante este periodo.

El Consorci analiza desde el viernes los elementos que se vertieron el viernes en el Besòs y que afectan a 11,5 kilómetros de río, según Agentes Rurales. El resultado no se conocerá hasta este lunes, tres días después del incendio que se inició en la industria química Barnastock y que luego se expandió a otras cinco naves que contenían productos tóxicos, inflamables y corrosivos. Casi 40.000 metros cúbicos de agua de la extinción, con elementos nocivos procedentes de la industria, acabaron en el río y la depuradora consiguió contener 9.000 en un tanque. Cuando la planta no pudo absorber más agua, esta se devolvió automáticamente al Besòs.

Durante este proceso, la composición del vertido mató e inhibió a las bacterias con las que trabaja la depuradora para tratar las aguas antes de su evacuarla al cauce del Besòs. Este sistema de depuración biológica se basa en un ecosistema de bacterias que se alimentan de la propia contaminación del agua y en el que se evitan los aditivos químicos. El problema es que la contaminación de este ecosistema por la llegada de residuos químicos para los que estas plantas no están preparadas, impide actualmente el buen funcionamiento de la depuración.

“Cuando estas bacterias se mueren necesitan unas dos semanas para volver a regenerarse como mínimo”, comparte Pere Aguiló, director de operaciones del Consorcio. Para acelerar este proceso, la planta se reforzará con bacterias de otras depuradoras. “Ahora el proceso de depuración no es óptimo y la calidad del agua está afectada. Amortiguamos el vertido, pero el tratamiento no es total, aunque confiamos en poder mejorar la situación pronto”, añade Aguiló, que confía en una mejora “gradual” hasta recuperar la optimización del servicio en dos semanas. La lluvia de este sábado, en todo caso, ha aliviado la situación al aumentar el cabal, lo que ayuda a diluir los restos químicos.

Los expertos, en todo caso, confían en que la fauna de la zona no se vea más afectada tras la muerte de más de mil peces en el paso del río por Santa Coloma de Gramenet, aunque admiten que en los próximos días se verá el nivel global de la afectación. “Lo ocurrido es comparable al desastre de 2019″, plantea Tomas Carrión, director de medio ambiente del municipio, en relación al vertido de productos químicos en el agua que acabó hace cinco años con la vida de centenares de peces. En el parque fluvial de Santa Coloma, donde centenares de personas pasean y hacen deporte a diario, no hay nadie. El espacio está cerrado por precaución y aún no hay fecha de reapertura.

Las especies afectadas son mayoritariamente carpas, bagres, barbos de montaña y anguilas: en total, entre 2,5 y 3 toneladas de fauna afectada. Entre las carreteras que recorren el río, van pasando el sábado por la mañana coches de los ADF (Agrupaciones de Defensa Forestal). “El viernes participaron 90 miembros de los ADF, veterinarios, servicios medioambientales y policías locales en el operativo”, concreta Carrión.

Los expertos monitorizarán la fauna de la zona para comprobar si las aves también están afectadas. “No hemos detectado de momento ninguna afectación, pero por el ciclo de la cadena trófica (se alimentan de peces) puede que encontremos algún ejemplar intoxicado”, añade el responsable municipal de medio ambiente. Carrión compara la situación actual con la de 2019, cuando un incendio en una planta de residuos de Montornès del Vallès (Barcelona) contaminó las aguas del Besòs. “Por el volumen de fauna intoxicada, es comparable”, remarca.

La afectación de la depuradora de La Llagosta no alcanza al agua de consumo porque la planta trata aguas residuales, aunque las próximas horas determinarán el alcance de la contaminación del agua en el punto posterior a su ubicación en el Besòs, antes de que el cauce llegue a la depuradora de Montcada i Reixac. “En este tramo el riesgo de afectación animal puede ser mayor”, avisa Aguiló.

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