Los alumnos catalanes empiezan a remontar los resultados, excepto en Catalán e Inglés

“La tendencia es esperanzadora, pero debemos ser prudentes porque es poco tiempo para ver un avance claro”, admite la consejera de Educación, Anna Simó

Alumnos de primaria realizando el examen de final de etapa, el pasado mes de abril.Gianluca Battista

Tras el cataclismo de la pandemia, y la caída de años anteriores, los resultados de los alumnos catalanes de primaria y secundaria empiezan a mejorar tímidamente, aunque no es una tendencia global, ya que la excepción la marcan la Lengua Inglesa, que empeora en ambas etapas y la Lengua Catalana en la ESO, que sigue en caída libre. Durante la presentación de los resultados de las evaluaciones de final de etapa -que realizaron alumnos de 6º de primaria y 4º de ESO en abril-, la consejera de Educación en funciones, Anna Simó, se ha mostrado moderadamente satisfecha, pero prudente. “Si el año pasado hablábamos de brotes verdes, este año hablamos de avance y consolidación. La tendencia es esperanzadora, pero debemos ser prudentes porque dos años es poco tiempo para ver un avance claro”.

Entrando en detalle, los resultados más positivos se registran en primaria. Las notas de las pruebas -que realizaron 70.380 alumnos (el 87% del total)- muestran una recuperación generalizada en todos los ámbitos, a excepción del Lengua Inglesa, que se sitúa en 73,2 puntos (cuatro puntos menos), la más baja de todas las materias. En cuanto al resto de ámbitos, la mejor media se la lleva la Lengua Catalana (74,7, dos puntos más que hace un año), el mismo crecimiento que la Castellana (73,9). Medio natural es el que más crece, casi tres puntos, hasta 74,3, la misma media de Matemáticas, que remonta más discretamente (0,7 puntos).

La mejora generalizada también se percibe en que disminuye la proporción de los alumnos con notas más bajas, que se sitúan entre el 12 y el 14% (la OCDE marca como límite óptimo el 15%), al mismo tiempo que aumenta la franja de alumnos con notas excelentes. La excepción la marca la Lengua Inglesa, donde estos dos indicativos empeoran como reflejo de esa caída en la nota media.

A pesar de la recuperación en el ámbito lingüístico, hay aspectos donde el movimiento es el contrario: la comprensión oral disminuye, tanto en catalán como en castellano, así como la expresión escrita. En cambio, la comprensión lectora -sobre la que habían alertado algunos informes internacionales como PIRLS- mejora en las dos lenguas oficiales.

El panorama al final de la etapa obligatoria es más preocupante. En los resultados de los exámenes de competencias -que realizaron 71.818 alumnos (81% del total)- destaca la caída en Lengua Inglesa, hasta los 73,1 puntos (0,8 menos), pero especialmente la de Lengua Catalana, y ya van tres años consecutivos, hasta los 70,7 puntos (1,6 puntos menos), la más baja de toda la serie histórica. En esta materia, siguen cayendo tanto la comprensión lectora como la expresión escrita.

Según Simó, esta mala salud del catalán en los institutos “es fruto de una realidad sociolingüística que supera a los centros y que se repite en toda la sociedad, con una disminución de su uso”. Educación espera que las diferentes medidas adoptadas en este ámbito -impulso de las bibliotecas escolares, un plan de comprensión lectora, talleres para fomentar el uso del catalán en los centros…- empiecen a dar frutos pronto. “Las medidas no se improvisan, pero tampoco tienen resultados de un año para otro. Son medidas que tienen que continuar en el tiempo, pero que tampoco se pueden limitar al ámbito educativo”, ha añadido la consejera en funciones.

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Por el contrario, la asignatura de Matemáticas protagoniza una importante recuperación de 2,6 puntos hasta los 64,9 puntos, casi llegando a los niveles que tenía antes de la pandemia. Pese a ello, continúa ostentando la etiqueta de materia con nota más baja y, de hecho, es la única asignatura de todas las analizadas, tanto en primaria como secundaria, que no supera los 70 puntos de media, que es el umbral que se considera óptimo. En el caso de los alumnos de 4º de ESO, uno de cada cinco suspende la materia (aunque el año pasado eran uno de cada cuatro) y la mitad de los estudiantes se sitúan dentro de la franja del nivel medio-bajo.

La nota positiva la ponen la Lengua Castellana, que tras dos años de caída protagoniza un aumento de cuatro puntos hasta los 75,9, el mismo crecimiento que vive el ámbito científico-tecnológico (72,6).

El informe de resultados de las pruebas incluye factores comparativos como la cuestión de género o el tipo de centro. En este sentido, uno de los aspectos destacados es que se reduce la diferencia de resultados según el género del alumno en ambas etapas. Y es que tradicionalmente, las niñas obtienen mejor resultados en las materias lingüísticas y los niños, en las matemáticas y las ciencias. También acorta la distancia entre los resultados de los centros, según su complejidad (el porcentaje de alumnos vulnerables). Lo que no incluye el informe es la comparativa entre centros públicos y concertados.

Pruebas diagnósticas estatales

El Departamento de Educación también ha facilitado los resultados de las pruebas diagnósticas que se han estrenado este año como consecuencia de la nueva ley educativa estatal, la Lomloe, y a las que se sometieron también en abril los alumnos de 4º de primaria y 2º de ESO, los que están a mitad de etapa. En primaria, las notas son peores que en las pruebas de la Generalitat, ya que los suspensos oscilan entre el 7,6% de Lengua Inglesa al 27% en Medio natural. En secundaria, los resultados son más dispares: son mucho mejores en las lenguas oficiales (con un nivel de suspensos del 4 al 7%), mientras que en el resto de materias son notablemente inferiores, con unos porcentajes de no aprobados muy altos que van del 25% del ámbito científico al 30% del Inglés y el 44% en Matemáticas.

Educación no ha querido a entrar a comentar ni analizar estos datos porque asegura que evalúan aspectos diferentes de las pruebas de la Generalitat. “Este es el primer año de estos exámenes y hay que usar los resultados para dar instrumentos a los centros para reconducir las cosas que no funcionan, pero no son evaluaciones diseñadas para sacar conclusiones a nivel de sistema”, ha zanjado Núria Marín, presidenta en funciones del Consejo Superior de Evaluación.

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