La Inesperada, el festival que diluye los márgenes de la ficción, vuelve a la Filmoteca de Cataluña

A Miquel Martí, programador y crítico de cine, no le ha temblado la voz al afirmar que el séptimo arte vive una época dorada: “Aunque no lo parezca, la gente consume tanto o más cine que antes pero a través de las plataformas de video”. Levantar a los espectadores del sofá y llevarlos a las salas de cine requiere convertir la proyección en una experiencia que vaya más allá de la película. Sorprender al espectador es el objetivo de La Inesperada, el festival d...

A Miquel Martí, programador y crítico de cine, no le ha temblado la voz al afirmar que el séptimo arte vive una época dorada: “Aunque no lo parezca, la gente consume tanto o más cine que antes pero a través de las plataformas de video”. Levantar a los espectadores del sofá y llevarlos a las salas de cine requiere convertir la proyección en una experiencia que vaya más allá de la película. Sorprender al espectador es el objetivo de La Inesperada, el festival de cine de no ficción, dirigido por Martí, que este miércoles abre la claqueta de su cuarta edición. Del 21 al 25 de febrero, la Filmoteca de Cataluña y el Cinema Zumeig proyectarán siete sesiones con 24 películas, entre las que destacan títulos como As filhas de fogo (Las hijas del fuego) del portugués Pedro Costa, Man in Black (Hombre de Negro), del cineasta chino Wang Bing, o Laberint Sequences, rodado en el barcelonés Laberint d’Horta por el canadiense Blake Williams.

La Inesperada pone el foco en la producción cinematográfica de no ficción, un género que ha evolucionado hasta difuminar los límites entre lo real y lo ficticio. Para adaptarse a los nuevos tiempos, el festival ofrece un abanico de proyectos que va desde las propuestas cinematográficas―con documentales deconstruidos y ficciones realistas―, hasta proyectos multidisciplinares de las artes visuales. La Inesperada acerca al circuito cinematográfico catalán novedades culturales de latitudes tan diversas como Burkina Faso, Lituania o China. Este miércoles, en la inauguración del festival, el perfil internacional está representado por dos títulos galardonados en los mejores festivales de 2023: As filhas do fogo, el cortometraje donde Pedro Costa funde los paisajes de Cabo Verde en el dolor ancestral; y Man in Black, el largometraje con el que el director Wang Man rinde homenaje al compositor chino Wang Xilin.

Dos proyecciones en 3D harán de una noche en el cine “una experiencia envolvente e inolvidable”, subraya Martí. En este formato se proyectarán el domingo Laberint Sequences, del cineasta canadiense Blake Williams quien viajó a Barcelona para capturar los paisajes del parque del Laberint d’Horta. Al coloquio con el director le seguirá el largometraje lituano Čiulbanti siela, de Deimantas Narkevičius, una narración mágica sobre los seres mitológicos que protagonizan las leyendas decimonónicas del país báltico. El mismo día se podrá ver por segunda vez ―la primera proyección es este jueves― la sesión de cortometrajes “Mundos poco perceptibles”, una selección de obras enigmáticas que apuestan por las imágenes insólitas con el sello de autores como Viktoria Schmid, Shambhavi Kaul, Alice Brygo, Maryam Tafakory y Maria Castan de Manuel.

Castan debuta como directora con Pompeia, un corto de producción independiente hecho a partir de las cintas de vídeo VHS que sus padres rodaron durante su luna de miel, hace 35 años. “Fue durante una sobremesa familiar, decidimos poner los videos y vi a mis padres tan enamorados que decidí dar a las cintas un nuevo significado en lugar de dejarlas cogiendo polvo en el cajón”, recuerda la directora. El vestido de novia ochentero y los rizos al viento en una moto por la costa de la isla de Mikonos (Grecia) son el marco vintage a través del que Castan narra la historia de dos enamorados al margen del mundo. Antes de pasar por el festival de Málaga, Castan estrena Pompeia en La Inesperada, el festival donde, asegura, le han dado la oportunidad de darse a conocer, junto al “cariño y el cuidado” propios de un proyecto de pequeñas dimensiones.

“La sociedad está abrumada con ofertas culturales muy extensas y nuestra filosofía es llevar a cabo un evento muy pequeño pero bien localizado en el marco de la no ficción”, explica Martí. En La Inesperada, siete sesiones de cine son suficientes para dar al espectador la oportunidad de conocer la oferta cinematográfica menos popular. “Su propio nombre lo indica, la pantalla te revela un cine que se aleja de todas tus expectativas”, subraya Castan.

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