El aumento de temperatura del Mediterráneo está matando a las gorgonias rojas y blancas en la Costa Brava
Los expertos auguran que posiblemente en 15 años sólo se podrán ver estas especies a partir de los 30 metros de profundidad
Las olas de calor marinas de los últimos años están pasando factura a la vida en el Mediterráneo. Un ejemplo de ello es que las gorgonias que históricamente se han podido ver en la Costa Brava entre 15 y 30 metros de profundidad están muriendo. La situación “es muy grave”, dicen los expertos, que auguran que en quince años solo se encontrarán a más de 30 metros, con la afectación que con...
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Las olas de calor marinas de los últimos años están pasando factura a la vida en el Mediterráneo. Un ejemplo de ello es que las gorgonias que históricamente se han podido ver en la Costa Brava entre 15 y 30 metros de profundidad están muriendo. La situación “es muy grave”, dicen los expertos, que auguran que en quince años solo se encontrarán a más de 30 metros, con la afectación que conlleva tanto a nivel ecológico, con pérdida de biodiversidad, como a nivel de merma de atractivo de patrimonio natural para los miles de buceadores que acuden a contemplar la riqueza de esta costa. Para saber el impacto real sobre la salud de las gorgonias, en septiembre y octubre del año pasado se celebraron unas jornadas de ciencia ciudadana marina con inmersiones de voluntarios y científicos. Los resultados han permitido concluir que todas las poblaciones muestran mortalidad. En la gorgonia roja en más de la mitad de los casos existe una afectación severa (más del 60% de gorgonia afectada) y en la blanca asciende al 80%.
Las jornadas “Coralligenous Weekends” forman parte de las actividades del proyecto CorfunTED2021-131622B-I00, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y por la Unión Europea (con fondos Next Generation), en colaboración con los Observadores del Mar y coordinado por los biólogos marinos Cristina Linares de la Universidad de Barcelona (UB) y Joaquim Garrabou, del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. Con la ayuda de 70 voluntarios y 6 centros de buceo se evaluó el impacto de las olas de calor en más de 10.000 gorgonias blancas (Eunicella singularis) y rojas (Paramuricea clavata), tanto en el Cap de Creus como en el litoral del Baix Empordà, entre Begur y Palamós. La zona norte presenta una mayor afectación, es decir, un mayor porcentaje presenta tejido muerto por estrés térmico.
Tras un entrenamiento teórico fuera del agua, voluntarios y científicos se sumergieron en 17 puntos distintos y realizaron 95 censos donde categorizaron las poblaciones dependiendo del porcentaje de gorgonias afectadas. Esta especie, que además es un gran atractivo para el sector del buceo, antes se hallaba a 10 y 15 metros de profundidad, ahora estas están todas muertas o muy afectadas y solo se encuentran algunas sanas más allá de los 30. El estudio ha concluido que en los primeros 20 metros predomina la afectación severa, entre 20 y 30 metros una afectación moderada y no es hasta llegar más allá de los 30 metros que se hallan poblaciones con baja afectación -menos del 30% de las gorgonias afectadas-.
El coralígeno es un hábitat endémico del Mediterráneo formado por la acumulación de algas calcáreas con una biodiversidad asociada muy elevada -con más de 1600 especies que representan el 10% de las especies marinas mediterráneas-. En la Costa Brava lo podemos encontrar a partir de los 15 metros de profundidad. Destaca por aportar una elevada complejidad estructural que da refugio a muchas especies, las principales son gorgonias, esponjas, algas calcáreas, briozoos o ascidios. El aumento de la temperatura del agua, un grado y medio desde hace medio siglo con puntas máximas de 27,5 grados centígrados en agosto de 2022, ha hecho que muchas especies de la comunidad del coralígeno, como gorgonias, corales, moluscos o las mismas algas, sufran mortalidades preocupantes. “Estas especies empiezan a morir a partir de los 25 grados, ya se ha superado la temperatura máxima a la que pueden vivir, en esto ya no podemos hacer nada, sí podemos actuar en otros impactos que podemos gestionar, como disminuir el efecto de la pesca de arrastre y el buceo”, apunta. Todo suma.
El riesgo de la pérdida de gorgonia
“Las gorgonias actúan como los árboles en los bosques, ofrecen refugio a gran cantidad de especies, por eso su degradación genera la pérdida de funciones y de servicios ecosistémicos importantes”, alerta Linares. En las zonas evaluadas están más afectadas las blancas porque viven a menor profundidad. “Creíamos que resistiría más que la roja por sus características biológicas, y no ha sido así”, indica la experta. Ambas son especies longevas de crecimiento lento. La roja puede vivir un siglo y crece más lentamente que la blanca, que tiene la mitad de esperanza de vida. La científica destaca que “los datos obtenidos en este estudio son extrapolables al resto del Mediterráneo. La diferencia es que la afectación no había llegado a la Costa Brava y la hemos empezado a detectar relativamente tarde, sobre 2016 y 17. En Francia e Italia fue en 1999″.
Este año la idea es repetir el estudio con la red de colaboradores en el resto de costa catalana, más desconocida. “La presencia de gorgonias es señal de buen estado de salud del mar y de elevada biodiversidad. No viven donde hay contaminación”, explica Linares. Cree que “falta información de donde hay gorgonias en Barcelona, -saben que crece una naranja- y conocemos pocos lugares donde haya en Tarragona”.
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