Contadores electrónicos en el epicentro del derroche de agua en Begur: “A pesar de lo que se cree, las piscinas no son el problema”

Las sanciones y amenazas de bajar drásticamente el caudal frenan en seco los altos consumos en la población de Begur, en la Costa Brava

Zona residencial de Begur.

El Plan de Emergencia de Sequía de Begur, que fija 160 medidas, está dando resultados. Aunque el consumo permitido por la Agencia Catalana del Agua (ACA) de 239 litros por habitante y día todavía no se cumple, los grandes consumidores, detectados, sancionados y amenazados con dejarles con un caudal con el...

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El Plan de Emergencia de Sequía de Begur, que fija 160 medidas, está dando resultados. Aunque el consumo permitido por la Agencia Catalana del Agua (ACA) de 239 litros por habitante y día todavía no se cumple, los grandes consumidores, detectados, sancionados y amenazados con dejarles con un caudal con el que no funcionarían los electrodomésticos, han entrado en razón. Algunos directamente han cerrado el grifo. El técnico de medio ambiente de Begur, Xavier Turró, ideólogo del Plan de emergencia, ha lidiado desde el primer día con ellos. Alguno ha llegado a consumir como si hubiera más de 300 personas habitando la casa. La digitalización de los contadores permite controlar en todo momento qué se está haciendo con el agua, si regar o ducharse.

Begur es un pueblo de 4.177 habitantes en el corazón de la Costa Brava que en verano supera los 30.000 vecinos. Casi una cuarta parta de sus empadronados son extranjeros y la mayoría de vecinos trabaja en el sector de los servicios. Cuenta con 1.650 viviendas principales y más del doble de segundas residencias, 3.970. Dispone de 28 hoteles, dos campings, 1.652 viviendas de uso turístico y 1.812 piscinas. “A pesar de lo que se cree, las piscinas no son el problema, realmente el daño lo hacen las fincas con amplios jardines que sus dueños se resisten a no mantener verdes”, asegura el técnico. En agosto han detectado varios casos de riegos automáticos durante horas de madrugada.

En diciembre de 2022 el consumo de Begur era de 576 litros por habitante y día; y el pasado septiembre se consiguió reducir a 356 litros. Desde que el ACA decretó el estado de excepcionalidad por sequía el consistorio ha velado “con mucha valentía” destaca Turró, por el estricto cumplimiento de las medidas de restricción de agua establecidas y para hacer pedagogía entre vecinos y visitantes. Como dispone de todos los contadores domésticos e industriales digitalizados (un total 5.737), puede ver quienes son los grandes consumidores y cuándo se derrocha. Cada semana se vuelca todo el contenido de los contadores y se analiza. Se han detectado 24 consumidores industriales que gastan el 18% del total del agua.

Las medidas llevadas a cabo en plena emergencia por sequía permitieron descubrir, al inicio de los controles, que un 30% del agua se perdía en fugas, por ello, para no exceder el cupo permitido, decidieron disminuir los litros que podía consumir cada habitante al día. Se estableció el máximo en 159 litros y se consideró permitido por vivienda un consumo equivalente a ocho personas. Es decir, 1.272 litros por vivienda al día. El técnico, que reconoce su “indignación”, ha detectado casos flagrantes de consumos equivalentes a 170, 232 o 326 personas en una sola casa. En el caso de Sa Tuna, se gastaron 363.141 litros entre el 31 de julio y el 8 de agosto. El estricto control ha permitido localizar empresas que han emitido facturas que los técnicos sospechan que son falsas, expresamente realizadas para justificar consumos desorbitados. Y también cédulas de habitabilidad fraudulentas que cifraban en 50 personas los habitantes de un domicilio.

En el global de la campaña se mandaron 1.290 notificaciones de advertencia y por el momento se ha sancionado con 750 euros a 63 grandes consumidores, con un perfil similar: vecinos no empadronados, con alto poder adquisitivo, que viven en urbanizaciones. Nacionales y extranjeros. Estas sanciones llevan incorporada una “advertencia-amenaza”: en caso de reincidencia, se instalará un dispositivo -elemento metálico colocado en la acometida de agua- que disminuirá el caudal hasta el punto de que no funcionará ningún electrodoméstico y se acabará cortando el suministro por horas o totalmente. ”Esta medida les debe haber atemorizado a todos, porque han frenado en seco sus consumos”, sostiene Turró.

La reciente visita a Begur por parte del director del ACA, Samuel Reyes, le ha permitido “entender muy bien cómo conocer los datos”. “Si queremos hacer limitaciones tenemos que conocer los datos, su servicio de digitalización me pareció impecable, se puede ver cuando riegan, cuando se duchan, etc. y esto permite determinar en que ámbitos de la localidad es donde se está consumiendo más y tomar medidas correctoras”, afirma. En este sentido destaca que “a pesar de que todavía está por encima de la dotación permitida, se ha reducido en más de 200 litros el consumo y esto debe reconocerse”. Begur también ha sustituido el césped de los parterres de la entrada del municipio por plantas autóctonas de bajo consumo hídrico.

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