El Liceo se reencuentra con su barrio en una ópera “comunitaria” creada junto a centenares de vecinos del Raval
‘La gata perdida’, con funciones el 5 y 7 de octubre, dará inicio a `Opera Prima´, un programa social del teatro de la Rambla para desarrollar proyectos operísticos de nueva creación cada tres años en diferentes comunidades de Cataluña
A finales de 2018 comenzó a germinar en el Raval una idea que, con el tiempo, ha fortalecido los lazos y el sentimiento de comunidad en este tradicional barrio de Ciutat Vella, en Barcelona: la creación conjunta, entre profesionales y vecinos, de una ópera en el Gran teatro del Liceo que refleje las luces y sombras de su propia realidad. El próximo 5 y 7 de octubre, cuatro años después de que empezara a rodar el proyecto, se estrenará La gata perdida, la obra en la que han participado más de 1.000 vecinos ...
A finales de 2018 comenzó a germinar en el Raval una idea que, con el tiempo, ha fortalecido los lazos y el sentimiento de comunidad en este tradicional barrio de Ciutat Vella, en Barcelona: la creación conjunta, entre profesionales y vecinos, de una ópera en el Gran teatro del Liceo que refleje las luces y sombras de su propia realidad. El próximo 5 y 7 de octubre, cuatro años después de que empezara a rodar el proyecto, se estrenará La gata perdida, la obra en la que han participado más de 1.000 vecinos de la localidad, entre particulares y las 70 asociaciones e instituciones que han formado parte del proyecto. Una ópera “comunitaria”, según describen en el teatro de la Rambla, que se inaugurará en la misma sala que ha visto representar el Parsifal de Wagner o, recientemente, la Norma de Bellini. Con la puesta en escena, también se dará inicio al programa social Opera Prima, con el que el Liceo buscará desarrollar proyectos operísticos de nueva creación cada tres años en diferentes comunidades de Cataluña.
Este viernes, durante una rueda de prensa que reunió a representantes de las partes implicadas en el proyecto, destacó un sentimiento de satisfacción. Han sido cuatro años de trabajo (pandemia por delante), que empezaron con 12 meses de entrevistas en el barrio, de la mano –inicialmente– de la Fundación Tot Raval y el Distrito de Ciutat Vella. Posteriormente se sumaron distintos colectivos. La contribución ha ido desde el asesoramiento a la hora de abordar las particularidades del barrio, hasta la confección de parte del vestuario, en el que han colaborado Dona Kolors y Top Manta, dos proyectos sociales propios del Raval.
Durante la representación también se escuchará la voz de los 11 coros del barrio, dando forma a un personaje colectivo que es la propia comunidad. “El gran coro del Raval”, como lo definió Cristina Colomer, que los ha dirigido, reunirá a personas de distinta procedencia, en un barrio que en poco más de un kilómetro cuadrado reúne más de 40 nacionalidades. “Representamos la multiculturalidad que hay detrás de esta obra”, destacó durante la presentación Àlex Yang, uno de los integrantes del coro. La obra también plantea, sin embargo, la precariedad histórica que se extiende por las calles de este distrito de Ciutat Vella.
“La dicotomía entre oscuridad y luz nos ha traído mucha discusión. Es cierto que hemos hablado de no estigmatizar, pero tampoco de blanquear, porque es evidente que el Raval padece una precariedad, además de una historia de resistencia”, destacó Victoria Szpunberg, la dramaturga, que escribió la obra tras una dilatada investigación bibliográfica y una veintena de entrevistas con los vecinos. “Teníamos claro que la parte política sería importante, pero también la parte épica, o la fantaseosa”, agregó Szpunberg.
La obra presenta una tensión tradicional en la operística como es el conflicto entre el pueblo y el poder, este último representado por un magnate ambicioso que quiere controlar el Raval junto a tres personajes de visos cómicos. Intentan convertir el barrio en un museo global, transformando el paisaje urbanístico, lo que destaca en medio de los debates actuales sobre la gentrificación. En este proceso, los vecinos del barrio intentan oponerse a las injerencias de los poderosos; todo en medio de unas transiciones musicales cuya composición han estado a cargo de Arnau Tordera, que ha integrado elementos clásicos de la ópera como el bel canto o rasgos del expresionismo germánico junto a realidades musicales propias del barrio.
El proceso de creación de ‘La gata perdida’, que ha recibido fondos, entre otros, de un proyecto de la Comisión Europea para la difusión de la ópera entre el gran público, también se podrá apreciar del 4 al 7 de octubre en la Sala Miralls del teatro de la Rambla, con una instalación interactiva elaborada por el colectivo artístico Domestic Data Streamers y el despacho de arquitectura Takk. Más adelante también se estrenará una serie documental, realizada por TV-3, que expondrá la gestación del proyecto.
Durante la presentación, que también contó con la presencia de algunos de los solistas entre el público, representantes del Liceo, como el director general, Valentí Oviedo, o el director artístico, Víctor García de Gomar, así como de Alfons Reverté, director musical de esta ópera, hubo un momento que iluminó la sala: “Nos hace mucha ilusión esta apertura del Liceu, que a veces desde el barrio se ha visto como un mundo elitista”, dijo Pilar García, una vecina del Raval, integrante del coro, que continuó: “Nos hemos emocionado, y es lo que queremos que llegue al público. Ahora somos una familia. Nos hemos ido conociendo, nos hemos mezclado. Todo ha sido muy enriquecedor”, agregó, antes de que se elevaran los aplausos.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal