Antonio Banderas: “Soy actor gracias a ‘Jesucristo Superstar’ y ‘Hair’

El intérprete arropa en Barcelona el regreso al Tívoli de su musical ‘A chorus line’, suspendido por la pandemia

Antonio Banderas, durante la presentación de la vuelta del musical 'A Chorus Line' a Barcelona.Carles Ribas (EL PAÍS)

Antonio Banderas ha arropado esta mañana el regreso a Barcelona de su montaje del clásico musical A chorus line, que tuvo que suspender hace dos años a causa de la pandemia sus funciones en el mismo teatro Tívoli al que vuelve ahora (a partir del sábado y hasta el 15 de mayo). Banderas, en plena forma, simpático, moreno y atractivo, una estrella cercana a la que no le ha importado someterse a una rueda de prensa multitudinaria, y a alguna pregunta chorra, ha hecho una profesión de amor a los musicales –”soy actor gracias a Jesucristo Superstar y Hair”-, ha hablado de su am...

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Antonio Banderas ha arropado esta mañana el regreso a Barcelona de su montaje del clásico musical A chorus line, que tuvo que suspender hace dos años a causa de la pandemia sus funciones en el mismo teatro Tívoli al que vuelve ahora (a partir del sábado y hasta el 15 de mayo). Banderas, en plena forma, simpático, moreno y atractivo, una estrella cercana a la que no le ha importado someterse a una rueda de prensa multitudinaria, y a alguna pregunta chorra, ha hecho una profesión de amor a los musicales –”soy actor gracias a Jesucristo Superstar y Hair”-, ha hablado de su amor al teatro (en cambio muy poco de cine), de la muerte el pasado noviembre de Stephen Sondheim, del que ha dirigido también Company, que llega al teatro Apolo (doblete Banderas en Barcelona) del 2 de mayo al 12 de junio; y ha tirado balones fuera cuando se le ha preguntado cuándo le veremos actuar en la ciudad. Tanto en A chorus line como en Company ha sido él el protagonista en las funciones en su Teatro del Soho de Málaga -para el que ha reconocido que se reserva-, pero en Barcelona el papel de Zach de A chorus line lo interpreta ahora Manuel Bandera y el de Robert de Company Roger Berruezo.

Ataviado con una chupa de cuero muy rockera, tejanos ajustados, jersey sin camisa y mocasines con calcetines blancos, Banderas, flanqueado por la histórica coreógrafa y actriz de la versión original de A chorus line, Brayork Lee, y Bandera (con el que ha bromeado a costa de los apellidos y de que ambos tienen “cara de boquerones”) ha empezado recordando que “en verdad venimos a continuar lo que se interrumpió”. Ha evocado el amargo trago de cuando tuvo que comunicarle a la compañía que actuaba en Barcelona la suspensión. “Lo hice desde una furgoneta, regresando a Málaga de San Lorenzo de El Escorial, donde también había suspendido un rodaje; me di cuenta de la dimensión de lo que estaba pasando. Todos nos fuimos a casa, el mundo entero se fue a casa”. El actor ha continuado: “Traté de que no se deshiciera la compañía, era muy importante no dejarlos ir, hicimos una burbuja en Málaga, unos talleres, de los que salieron las ideas para desarrollar un segundo musical, mucho de Company ha salido de eso”.

Banderas ha proseguido recordando con nostalgia cuando “justo aquí, en el Tívoli”, fue a darles la noticia a la compañía de que los invitaban a actuar en Broadway. “Todo saltó por los aires, se fue al garete, por eso es importante estar aquí de nuevo, la compañía que ha conseguido mantenerse, como una metáfora de lo que nos ha pasado a todos”. El actor ha bromeado con que tiene tendencia “a la homilía” y ha dado paso a sus acompañantes. Lee, que fue Connie Wong en el montaje de original de Michael Bennet de 1975 y codirectora en el del Soho, ha agradecido a Banderas por traer A chorus line a España con un elenco de calidad y por respetar “el legado” de Bennet, añadiendo: “¡Queremos más!”. Por su parte, Manuel Bandera ha dado también las gracias a su casi homónimo director “por no dejar que la pandemia se llevara por delante el show”. Ha recordado cómo A chorus line ha acabado sus funciones en Madrid “con el teatro a reventar”.

Preguntado Antonio Banderas por qué escogió un musical para abrir el Soho en vez de, por ejemplo, un Macbeth, que le habría permitido gran lucimiento actoral, ha respondido que por dos razones. “La primera, porque soy actor gracias al musical. La primera vez que me impresionó algo fue un Jesucristo Superstar en 1973, cuando tenía 13 años. Y luego un Hair que llegó también de manera inesperada e insólita a Málaga en 1976, cuando Fraga era ministro del Interior. Los vi y pensé: ‘eso es, lo que yo quiero hacer’. Mis padres eran muy aficionados al teatro y desde niños nos llevaban, pero yo no había visto nada que me tocara personalmente así. Eso me llevo a la escuela de arte dramático”. En cuanto a la segunda razón: “Porque A chorus line habla de nosotros directamente, reflexiona sobre las vidas de los que hay detrás de esta profesión, el sacrificio, la disciplina. Era perfecto para abrir un teatro y no creo haberme equivocado”.

Banderas ha reflexionado sobre el hecho teatral: “Vivimos en la gran ceremonia del selfi, el narcisismo y lo virtual que puede ser revisado una y otra vez. Pero el arte del teatro, en cambio, es efímero, permanece sólo en el recuerdo y eso me parece precioso. Es algo que crece lento dentro de uno y se convierte en algo muy personal”. Y ha remachado: “El teatro que fue mi gran pasión ha vuelto a serlo”.

El actor, que ha afirmado que pasa “la época más hermosa de mi vida”, ha refrenado su apasionamiento al preguntársele cuándo vendrá a actuar a Barcelona. “Vamos a ver”, ha contestado, para explicar seguidamente que el hecho de que sólo actúe en Málaga es “una declaración de intenciones, necesito que el teatro se llene, primero he de poner en valor mi teatro Soho, cuando ya no me necesite veremos, pero ahora me necesita. Si salgo mato lo que hago en Málaga. Es una apuesta: sólo se me puede ver ahí”. Ha añadido que la opción ha dado resultado: “El 52 % del público del Soho vienen de fuera, eso me da la razón”. Ha recalcado que en el Soho “no buscamos el beneficio sino la excelencia” y ha reflexionado que no se puede trazar un plan para el éxito en teatro y “esa es su grandeza y su miseria, pero sí podemos garantizar la calidad y el compromiso con el público, algo que le parece esencial en la España que vivimos, en la que hace falta dar ejemplos y principios a los jóvenes”.

Ha hablado de su relación con su hija (y de Melanie Griffith) Stella del Carmen, que ha trabajado como segunda ayudante de dirección con él en el teatro y cuya carrera observa con amor de padre e interés profesional, y se ha referido al “shock” que le produjo la muerte de Sondheim, que le comunicaron durante una función, precisamente, de Company. Banderas ha explicado que conoció al compositor en 2003 en Nueva York cuando él representaba Nine en Broadway y Sondheim fue a ver el musical y luego hablaron en el camerino. Los representantes de Sondheim asistieron a una representación de Company en Málaga la noche anterior a la muerte del compositor, “estuvieron muy satisfechos por la versión, en la que me habían permitido introducir cambios como la edad del protagonista, de 25 a 50 años, y quedamos que le enviaríamos un vídeo del espectáculo, porque él ya no se atrevía a viajar”.

Al preguntársele, inevitablemente, que libro recomendaría por Sant Jordi, Banderas ha dicho que sólo uno le parece muy difícil, pero se ha inclinado por algo de teatro, La vida es sueño, de Calderón. Del hecho de que A chorus line esté sólo tres semanas en cartelera en Barcelona, donde al acabar se disolverá la compañía tras más de 300 funciones, ha señalado que es una opción debido a que “estamos en unos tiempos muy complicados; me quito el sombrero ante las personas que vienen al teatro, con la inflación al 9 % y la gente sufriendo al ir al mercado.

Banderas ha vuelto a emocionarse al afirmar que “me hubiera encantado ver a esta compañía caminando por Central Park antes de levantar el telón en Broadway”. Por último, ha apuntado que no sabe aún cuál será el siguiente musical que dirigirá e interpretará en el Soho de Málaga, tras el que va a dirigir Emilio Aragón la próxima temporada, Godspell, sin él. “Quiero hacer seis o siete, de referencia, no los que montan las grandes compañías, a las que respeto, sino lo que son más teatrales y no tan comerciales entre comillas. No sé cuál será el próximo que voy a hacer”. Ha avanzado que quieren tener un segundo teatro y que están empeñados en crear una escuela de técnicos. De su regreso a Broadway -se ha hablado de títulos como Zorba- ha avanzado que “hay posibilidades grandes, en relativamente poco tiempo”.

Acerca de las redes sociales, ha reflexionado que no sabe si han hecho la vida mejor “pero han hecho el mundo mucho más rápido y quizá ahí hemos perdido en complejidad y profundidad”. Y ha añadido: “Antes había que ir a una librería, ahora es muy fácil sacar información en un segundo, pero el conocimiento parece haberse volatizado y estamos sustituidos por un segundo cerebro que viaja en nuestro bolsillo”. Por eso, ha subrayado, “volver al teatro en el que una persona explica una historia, otra la escucha y no hay nada en el medio excepto un foco, para mí tiene mucho sentido”.

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