Esquerra vincula la reforma laboral a “gestos” sobre la mesa de diálogo

Fuentes de CC OO y UGT creen que es posible un viraje de la posición de los republicanos ante el decreto ley

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, pasa por delante del presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, en una imagen de archivoEduardo Parra (Europa Press)

“Se han pasado de frenada” o “si tan progres son por qué apoyaron presupuestos con recortes” son dos de las críticas que fuentes de los sindicatos mayoritarios de Cataluña —CC OO y UGT— dirigen a la que consideran “incomprensible” actitud de Esquerra Republicana sobre la reforma laboral, que el próximo jueves se someterá al trámite de convalidación en el Congreso de los Diputados. Fuentes de ambas centrales, que ostentan el 80% de la representatividad en Cataluña, tienen confianza en que la situación se recon...

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“Se han pasado de frenada” o “si tan progres son por qué apoyaron presupuestos con recortes” son dos de las críticas que fuentes de los sindicatos mayoritarios de Cataluña —CC OO y UGT— dirigen a la que consideran “incomprensible” actitud de Esquerra Republicana sobre la reforma laboral, que el próximo jueves se someterá al trámite de convalidación en el Congreso de los Diputados. Fuentes de ambas centrales, que ostentan el 80% de la representatividad en Cataluña, tienen confianza en que la situación se reconduzca. En ERC hay quienes afirman que en su oposición a la reforma pesan mucho la falta de gestos del Gobierno en la mesa de diálogo. “Había más motivos de oposición a la ley de audiovisual que a la de la reforma laboral y, sin embargo, tragamos”, reconocen.

Nada es lo que parece. En Cataluña, la gran patronal más socialmente avanzada de España sobre el papel —Foment— se ha negado a dar el sí a la reforma laboral, igual que Esquerra. En el primer caso hay quien apunta a problemas de protagonismo, mientras que en el segundo, tras rascar la primera capa del argumentario, aparece la gran apuesta estratégica de la formación: la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat.

Los republicanos están cansados de que sus aliados de Junts per Catalunya les echen en cara continuamente lo estéril de su apuesta por la negociación. La guinda para apuntalar el argumentario antiERC de los posconvergentes la reiteró el presidente Pedro Sánchez hace unos días. Esgrimiendo la gestión de la pandemia, el presidente rechazó poner fecha a la reunión entre ambos ejecutivos, aunque añadió que la convocaría dos veces a lo largo de 2022. Fuentes de ERC entienden que Sánchez “tiene que hacer el gallito ante su electorado con los comicios de Castilla y León a la vista”. Los republicanos, sin embargo, quieren poder obtener un acuerdo político que avale su estrategia negociadora, calme a sus votantes y acalle las críticas de sus incordiantes socios en el Govern. En Esquerra saben que políticamente no es un buen momento para Sánchez, pero podría cerrarse un acuerdo en diferido: lograrlo ya pero anunciarlo entre el 13 de febrero —elecciones catellano-leonesas— y mediados de marzo. Ese mes, Esquerra celebra su conferencia nacional para actualizar su estrategia y exponer su modelo de país.

ERC, sin embargo, es consciente de que debe dar el primer paso dando el sí a la reforma laboral. En este sentido, los republicanos defienden la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los de rango de toda España y que la Generalitat pueda autorizar las regulaciones de empleo. La clave es que las partes que han cerrado el acuerdo —Gobierno central, patronal y sindicatos— no están dispuestos a que se ceda a la petición de los republicanos de tramitar el procedimiento como un proyecto de ley que se abra a enmiendas a los partidos. Por ello defienden la convalidación del decreto. “Tramitarlo como proyecto de ley abre la caja de los truenos, pues entonces cualquier formación puede presentar enmiendas que rompan el acuerdo tan trabajosamente logrado”, aseguran fuentes sindicales, que subrayan el carácter histórico de consenso que ha supuesto la reforma.

Incidir en el reglamento

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En el argumentario de Esquerra se invoca al alma de izquierda de la formación y a su capacidad para liderar a los independentistas progresistas de todas las nacionalidades de España. Ambas cosas son ciertas pero también lo es que cuando conviene se sacrifican —como manda la liturgia política— en el altar del pragmatismo. A los sindicatos mayoritarios catalanes no les convencen esas razones. Y conocen de cerca el asunto, pues buena parte de la militancia asalariada de ERC está encuadrada en UGT. Jordi Salvador, portavoz laboral de ERC en el Congreso, fue secretario general del sindicato en cuestión en Tarragona. Ello no es excusa para que desde UGT se les critique abiertamente: “Podrían haber elegido otra ley para mostrar su oposición al Gobierno central; esto es un encaje entre muchos actores”, agregan fuentes del sindicato. En CC OO remachan el clavo subrayando que ERC puede trabajar en aspectos colaterales como en reglamentos o en reforzar la inspección de trabajo en Cataluña, pero sin tocar la médula del pacto.

En los últimos días, fuentes conocedoras de la negociación afirman que los republicanos están limando aristas y que el PSOE mantiene una actitud más abierta al pacto, como —según fuentes sindicales— la que sostenía la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Todo dependerá de si ERC decide hacer suya la máxima del Conde de Romanones: “Hagan ustedes las leyes y déjenme los reglamentos”.

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