El hedonismo vinícola capea la pandemia
La Consulta es el primer local de vinos del Pla de l’Estany y celebró su primer aniversario al estallar la crisis sanitaria
Algunos lo vieron como una idea esnob. “En Banyoles la gente no bebe vino, me dijeron, pero lo que pasa es que nadie lo había ofrecido”, explica el cofundador del local Adrià Juscafresa (Banyoles, 36 años). La idea triunfó y desde su apertura en febrero de 2019 La Consulta se ha posicionado como un bar de referencia en la oferta de ocio de la capital del Pla de L’Estany. La carta de la bodega se acerca al “hedonismo del vino” de forma global, con sellos catalanes y españoles; también con gran presencia de caldos franceses y alguno...
Algunos lo vieron como una idea esnob. “En Banyoles la gente no bebe vino, me dijeron, pero lo que pasa es que nadie lo había ofrecido”, explica el cofundador del local Adrià Juscafresa (Banyoles, 36 años). La idea triunfó y desde su apertura en febrero de 2019 La Consulta se ha posicionado como un bar de referencia en la oferta de ocio de la capital del Pla de L’Estany. La carta de la bodega se acerca al “hedonismo del vino” de forma global, con sellos catalanes y españoles; también con gran presencia de caldos franceses y algunos del continente americano.
En la calle del Born, con vistas a la plaza Major, La Consulta toma vida en un local con muros de piedra y techos de bóveda catalana en el centro histórico de Banyoles. La decoración bebe del material de transporte: una barra ensamblada con cajas de madera y una montaña de tapones de corcho en el escaparate. Paralelo a la terraza —amplificada a once mesas en unos tiempos en que la clientela rehúye los espacios cerrados— discurre un flujo acuático en un pequeño canal que llega de una desviación del rec Major, que sale del lago y pasa subterráneo por la plaza. Por el canal, en una de las visitas de este periodista al local, se asomó un simpático cangrejo.
En la carta de comida de La Consulta, al estilo taberna, figuran encurtidos, embutidos ibéricos, quesos 100% catalanes y bocatas trufados. También focaccias y dos básicos exquisitos: las banderillas y las patatas fritas de bolsa (de una casa de Sant Esteve Sesrovires, popular por ser el pueblo de la aclamada cantante Rosalía). Juscafresa ve la calidad del producto como un factor “innegociable”. No empezó de cero. Hace años que se dedica a la distribución de vinos a restaurantes y tiendas de la provincia de Girona. No llegó a la restauración por herencia, dice que fue por pasión. Pasó por un local con dos estrellas Michelin. “Conozco el sector y sé donde encontrar los mejores proveedores”, asegura el impulsor de un bar que ha resultado ser más nocturno de lo esperado. “A las doce de la noche coge un ambiente de pub, la gente toma copas, pero copas de vino”, cuenta el restaurador. Por ese motivo, inicialmente decidió no abrir hasta las seis de la tarde. Hasta que el coronavirus lo puso todo patas arriba, pocas semanas después de que La Consulta celebrara su primer aniversario.
”He aprendido que nada es seguro, pero tienes que dar la vuelta a la situación y salir de la zona de confort”, reflexiona Juscafresa, cuyo socio dejó el negocio durante las restricciones. Con el confinamiento más estricto, La Consulta se puso a repartir a domicilio con pedidos por WhatsApp y de su red de contactos: “Cada día teníamos encargos, pero llegábamos solo al 10% de la facturación habitual”. Juscafresa organizó también algunos talleres de cata, cuando se permitió reunir a pequeños grupos. El momento más duro fue en noviembre. “Solo podíamos abrir hasta las nueve y tenías que controlar mucho a la gente. Algunos se iban hasta la plaza con la copa. Los vecinos llamaban a la policía, el Ayuntamiento nos recomendó contratar a un guarda de seguridad”, explica el sumiller. Tras un año de pandemia, La Consulta abre ahora algunas mañanas, cubre la hora del vermú en fin de semana, y también se ha especializado en cafés.
La Consulta da vida a la antes desapercibida calle del Born de Banyoles junto al también flamante frankfurt Trobador. Ambos locales dan peso al ambiente urbano que ha ido adquiriendo la localidad en las últimas décadas, del que se enorgulleció el Ayuntamiento en la última campaña de promoción. De hecho, según la Ley municipal y de régimen local de Catalunya, Banyoles ya es ciudad. En 2020, superó el umbral de 20.000 habitantes (20.053, según Idescat). Sea cuales sean los números, el espacio natural junto al que vive el municipio, con el estany como centro, hace que no deje atrás algunas de las ventajas de vivir en el campo (o disfrutarlo como visitante).
”El nombre de La Consulta viene de un lugar donde se curan todos los males. Siempre decimos que la mejor medicina es estar sentado en una mesa con buena compañía y una buena botella de vino”, resume el responsable de un bar que, manteniendo sus tres trabajadores, ha sabido capear la pandemia y ha llegado a este verano con unos números de normalidad. Hasta han podido colgar durante dos semanas el cartel de cerrado por vacaciones.
Tomar una copa antes de cenar
Año de fundación y dueños del bar: En 2019, Adrià Juscafresa.
Un plato o una bebida recomendada: Describir lo que te apetece y dejar que te sugieran (¡La gracia del bar de vinos!).
La mejor hora para ir: Antes de cenar.