Los ingresos por covid suben un 54% en Cataluña en dos semanas
El Departamento de Salud dejará de hacer test a todos los contactos estrechos asintomáticos ante el aluvión de casos y la presión asistencial que pesa sobre atención primaria
La presión asistencial se recrudece en la sanidad catalana a causa de la covid. La atención primaria se está llevando la peor parte de esta quinta ola, que amenaza con desbordar los centros de salud. Pero, con una incidencia disparada por encima de los 600 casos por 100.000 habitantes a 14 días y la curva epidémica en ascenso vertical, el impacto del aluvión de cont...
La presión asistencial se recrudece en la sanidad catalana a causa de la covid. La atención primaria se está llevando la peor parte de esta quinta ola, que amenaza con desbordar los centros de salud. Pero, con una incidencia disparada por encima de los 600 casos por 100.000 habitantes a 14 días y la curva epidémica en ascenso vertical, el impacto del aluvión de contagios ya se ha trasladado también a los hospitales: los ingresos a causa de la covid han crecido un 54% en Cataluña en dos semanas y ya hay 663 personas hospitalizadas.
Como la inmensa mayoría de las infecciones se producen entre la gente joven, que suele cursar la enfermedad de forma asintomática o leve, los expertos presumen un impacto hospitalario menor que en olas anteriores y, de hecho, el efecto en cuidados intensivos es todavía mínimo. La presión sobre atención primaria, no obstante, ya ha obligado al Govern a dejar de hacer test a los contactos estrechos asintomáticos para poder reordenar los flujos de trabajo de los centros de salud.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha llamado a la responsabilidad de los ciudadanos para seguir usando la mascarilla cuando sea necesario y ha pedido a las personas positivas y sus contactos estrechos que respeten las cuarentenas. En Barcelona, con más de mil nuevos casos diarios, el Ayuntamiento ha instado también a los vecinos a tener “responsabilidad y civismo”, limitar el uso del espacio público y ha pedido que la gente no acuda a las playas de noche durante el fin de semana, aunque no las cerrará. Este fin de semana coincide, además, con un nuevo cierre del ocio nocturno, aunque la ciudad celebra el festival Cruïlla en el Fòrum, con 25.000 asistentes diarios que pasarán pruebas de antígenos antes de acceder al recinto.
“Tenemos un sistema sanitario está rozando el colapso, en el sentido que tenemos altísima dificultad para gestionar flujos. Estamos viendo unas colas en atención primaria que no tienen sentido”, ha admitido este jueves la directora del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Gemma Craywinckel. Y en los hospitales, aunque en menor medida, también se ha empezado a notar el repunte de contagios que ha disparado la incidencia entre veinteañeros por encima de los 2.000 casos por 100.000 habitantes a 14 días. De los 431 ingresos por covid que había el 25 de junio se ha pasado a los 663 de este jueves en los hospitales catalanes. “Observamos una repercusión en los hospitales, que es menor en personas vacunadas”, ha matizado la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas.
En cualquier caso, las cifras nada tienen que ver con los más de 3.000 enfermos que se llegaron a tener hospitalizados el pasado enero en plena tercera ola. Ni tampoco el impacto en las unidades de cuidados intensivos (UCI) es el mismo que en oleadas anteriores: hay 138 personas con covid en estado crítico, aunque la cifra fluctúa diariamente y desde principios de mes registra un ligero ascenso. “Lo que vemos es cómo ha cambiado el perfil de personas que atendemos en las UCI. Tenemos una disminución de la edad media de 11 años”, ha agregado Cabezas.
A pie de cama, los profesionales también notan este incremento de la presión asistencial en los hospitales. “Lo que vemos es que hemos triplicado los números en hospitalización convencional y hemos aumentado los números en la UCI en un 20%. El prototipo de paciente es más leve porque es más joven”, tercia Joaquín López-Contreras, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sant Pau de Barcelona. El infectólogo señala, además, que “está habiendo más bajas de las esperables y de las deseables” entre los sanitarios por contagios o contactos estrechos con personas positivas. En este sentido, Craywinckel ha puntualizado que hay 700 profesionales que han dado positivo por coronavirus, una situación que tensiona todavía más el sistema en un momento de alta presión asistencial y en pleno período de vacaciones del personal.
Para contener el flujo incesante de actividad, sobre todo en los centros de atención primaria, el Departamento de Salud ha puesto en marcha el plan delta que, además de imponer nuevas restricciones como el cierre del ocio nocturno, implica una reorganización de la vigilancia epidemiológica. Así, Salud dejará de hacer test de diagnóstico a todos los contactos estrechos asintomáticos. Las personas próximas a un positivo recibirán un SMS donde se les indicará una cuarentena de 10 días (excepto si están completamente vacunados, que no tienen que hacerla), además de un enlace a la web contactecovid.cat para tramitar, si fuese preciso, su baja laboral.
“Mientras no tengan síntomas, cuarentena y ya está. Si desarrollan síntomas, se les atenderá en el sistema. La idea es que en este momento tenemos transmisión comunitaria y lo principal es cortarla. No es tanto una cuestión de contar el número de casos como de cortar cadenas de transmisión” ha justificado Cabezas. El infectólogo Joaquín López-Contreras asume que esta medida puede “desdibujar la foto” de la curva epidémica porque no se registrarán todos los casos, pero agrega: “A veces el semáforo no tiene que ser perfecto para orientar los pasos. Y ahora lo importante es orientar los pasos para evitar que la atención primaria quiebre”.
Craywinckel ha indicado, además, que Salud está estudiando el ofrecimiento de los colegios de farmacéuticos para hacer test de antígenos en las boticas, pero no concretó cómo se articulará este dispositivo ni si está destinado a algún grupo poblacional concreto.