ERC anuncia un Govern en solitario pero sin tener los apoyos necesarios
Junts dice que seguirá negociando pero abre la puerta a ceder votos si los republicanos cierran un acuerdo con la CUP y los comunes
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) quiere gobernar en solitario Cataluña. Tras más de 80 días de negociaciones infructuosas con Junts per Catalunya para reeditar su alianza de poder, el candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado este sábado que solicitará ser investido con el apoyo de la formación liderada por Carles Puigdemont pero sin integrarlos en el Ejecutivo, al menos en un primer momento.
ERC quiere recoger el guante lanzado por el propio secretario general de Junts, Jordi S...
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) quiere gobernar en solitario Cataluña. Tras más de 80 días de negociaciones infructuosas con Junts per Catalunya para reeditar su alianza de poder, el candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado este sábado que solicitará ser investido con el apoyo de la formación liderada por Carles Puigdemont pero sin integrarlos en el Ejecutivo, al menos en un primer momento.
ERC quiere recoger el guante lanzado por el propio secretario general de Junts, Jordi Sànchez, que afirmó el viernes, y ha ratificado este sábado, que su formación daría apoyo a un Gobierno en solitario de republicanos en el caso de no llegar a un acuerdo de coalición. Sànchez ha asegurado que solo podrían permitir la investidura en solitario de Aragonès si ERC amarra el apoyo de la CUP, el partido anticapitalista, y de la izquierda alternativa de En Comú Podem. Junts someterá además la propuesta que harán a ERC a la votación de sus bases.
Las negociaciones entre ERC y Junts están en rotas y si antes del 26 de mayo no hay un nuevo Gobierno, se produciría de forma automática una repetición electoral que nadie dice querer. Aragonès ha lamentado que las conversaciones para reeditar la coalición independentista no solo no han avanzado, sino que “han retrocedido” a donde se encontraban en febrero, tras las elecciones autonómicas. Los republicanos insisten en que desde Junts se les quiere imponer la unión de acción en el Congreso —ERC tiene 13 diputados y Junts, 4— y controlar la estrategia en favor de la independencia de Cataluña que tiene que liderar Aragonès como presidente de la Generalitat.
Sànchez, que ha comparecido este sábado tras un congreso extraordinario de Junts, niega que su formación quiera “tutelar” la presidencia de Aragonès, y ha insistido en la necesidad de plantar cara al Estado. “No es cierto que Junts haya propuesto ninguna tutela al presidente de la Generalitat. Hemos dejado bien claro desde el primer momento y por escrito que el Govern no podía ser tutelado y que tiene que liderarlo todo”.
ERC y Junts se acusan mutuamente del desacuerdo. “Solo quedan 18 días para la repetición automática de elecciones y la distancia todavía es demasiado grande”, ha afirmado Aragonès en una comparecencia en la sede del partido, en Barcelona. “Seguiremos hablando [con Junts], pero el Govern tiene que ponerse en marcha en plenas funciones porque el país lo necesita de forma urgente”, ha dicho el presidente en funciones. Sànchez ha respondido: “Estamos convencidos de que este acuerdo es posible. No valen excusas”.
Fórmula envenenada
Sànchez, sin embargo, sí ha dejado la puerta abierta a que ERC pueda gobernar en solitario, aunque poniendo sobre la mesa una fórmula envenenada y con pocas posibilidades de salir adelante. Esta fórmula pasa por investir a Aragonès en segunda vuelta: Junts daría cuatro votos afirmativos a Aragonès si este consigue cerrar un acuerdo con la CUP y los comunes. Republicanos, comunes y anticapitalistas suman 50 escaños. Los cuatro votos de Junts permitirían superar los 53 votos en contra que sumarían el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), la extrema derecha de Vox, Ciudadanos y Partido Popular. El presidenciable de ERC saldría investido en la segunda votación, con el resto de la bancada de Junts limitándose a dar su abstención.
En Comú Podem ya ha enfriado esa posibilidad. Su propuesta no ha variado: palntea un govern con Esquerra y con el apoyo externo de los socialistas. Los comunes se muestran dispuestos a hablar de todo pero tienen serias dudas de que Junts se avenga a apoyar un ejecutivo con fuerzas progresistas. Antes de conocer la propuesta de los cuatro votos de Sànchez, Jéssica Albiach, líder de los comunes, ha reprochado a Aragonès que no pase página y se olvide de gobernar con Junts. “No entendemos por qué insiste en lo mismo, ya que quiere contar con Junts sea bien dentro o fuera del Ejecutivo”, ha recordado Albiach. La CUP hasta ahora no ha mostrado intención de tomar parte en el Ejecutivo. ERC y CUP firmaron en marzo un acuerdo programático en el que los anticapitalistas se comprometían a dar apoyo a la investidura de Aragonès. Los comunes, por su parte, no rechazan el contenido del preacuerdo existente entre ERC y la CUP.
Pero ERC no quiere saber nada de pactos con el PSC. En campaña incluso firmó un documento con el resto de fuerzas independentistas en el que se comprometía a no suscribir ningún acuerdo de poder con los socialistas. El presidente del grupo parlamentario del PSC, Salvador Illa, que fue el candidato más votado en las elecciones autonómicas de febrero, ha afirmado que la mayoría independentista ha fracasado y ha pedido a Aragonès que renuncie a optar a la presidencia de la Generalitat.
Una negociación en medio de la desconfianza
El anuncio de Aragonès es un nuevo golpe de timón en una negociación con múltiples escollos y envenenada por la desconfianza entre ambos partidos por el rumbo que debe seguir el plan secesionista del nuevo Govern, pero también por el margen negociador que puede haber con el Gobierno central. Mientras que ERC sigue apostando por la mesa de diálogo pactada con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, las diferencias con Junts son grandes porque estos no ven recorrido a esta apuesta, y solo están dispuestos a intentar el diálogo durante un tiempo limitado y sin renunciar a la vía unilateral.
Jordi Sànchez hizo público el viernes un optimista resumen de las negociaciones con ERC, un balance que para algunos miembros de la cúpula de Junts fue demasiado favorable a ERC. La negociación para revalidar la coalición ha estado dividida en cinco carpetas. Dos ya están cerradas: los mecanismos de coordinación de la coalición (las maneras de trabajar los posibles conflictos entre socios) y la soberanía parlamentaria (garantizar la mayoría en la Mesa del Parlament, por ejemplo). Las otras tres, de acuerdo con Sànchez, estaban encarriladas: el acuerdo programático, la estructura del Govern y el plan estratégico independentista. “Tenemos un 90% de este plan estratégico cerrado. Faltan los redactados de la coordinación en [el Congreso de los Diputados] en Madrid”, afirmó Sànchez.
En Junts hay voces que discrepan de la línea marcada por Sànchez de facilitar la investidura de Aragonès en un Gobierno de ERC en solitario. En caso de no estar en la Generalitat, el partido heredero de Convergència no solo perdería la opción de influir como miembro del Ejecutivo, también perdería la oportunidad de nombrar a cerca de 250 altos cargos de la Administración catalana. Desde ERC piden responsabilidad a Junts y recuerdan que su formación ya dio apoyo en 2012 sin condiciones al Gobierno de CiU presidido por Artur Mas, y que Laura Borràs es presidenta del Parlamento catalán gracias a los votos de los republicanos.