El puerto de Barcelona prepara una terminal para vehículos eléctricos
Los planes de la Autoridad Portuaria coinciden con los de Seat para fabricar coches propulsados por baterías en 2025
Seat quiere fabricar vehículos eléctricos en Martorell a partir de 2025 y las administraciones no descartan todavía que los actuales terrenos de la Nissan sean ocupados por un fabricante de vehículos eléctricos. Ante ese nuevo contexto, el puerto de Barcelona ultima la licitación de una nueva terminal de carga para tráfico de coches ...
Seat quiere fabricar vehículos eléctricos en Martorell a partir de 2025 y las administraciones no descartan todavía que los actuales terrenos de la Nissan sean ocupados por un fabricante de vehículos eléctricos. Ante ese nuevo contexto, el puerto de Barcelona ultima la licitación de una nueva terminal de carga para tráfico de coches nuevos, especialmente dirigida a los impulsados por baterías. Prevé sacar a concurso la licitación en el segundo semestre de este año y ha avisado al Ministerio de Industria que tenga en cuenta la iniciativa como un activo más en la búsqueda de posibles inversores.
La nueva terminal ocupará 18 hectáreas en el muelle Príncipe de España, donde ha estado ubicada históricamente la de Tercat. Dispondrá de una línea de 600 metros de atraque para buques y limitará con una de las terminales ferroviarias del puerto. Pero el hecho diferencial de esta nueva instalación es que, por primera vez, tendrá un enfoque directo a coches eléctricos. Previsiblemente Cataluña será un exportador neto de este tipo de vehículos si acaban materializándose los planes de Seat de ensamblar un modelo de pequeñas dimensiones en Martorell a partir de 2025 para diferentes marcas del Grupo Volkswagen, su propietario.
“Estamos hablando con muchas compañías de que el puerto ofrecerá estas instalaciones”, afirma la presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Mercè Conesa, en un intento de desvincular la nueva infraestructura de ninguna marca concreta. Desde el puerto matizan que en el concurso que se hará público en los próximos meses “se valorará especialmente la apuesta por el vehículo eléctrico”. Fuentes del sector de la automoción apuntan a la necesidad de asegurar puntos de recarga para asegurar el funcionamiento de vehículos que llevarán días sin recarga de batería y, posiblemente, otros de seguridad inherentes a este tipo de vehículos.
Pero la apuesta llega también en un momento complicado. Nissan ultima el cierre de su fábrica de la Zona Franca, consecuencia del repliegue de la multinacional japonesa forzada por su crisis económica. Conesa afirma que el fin de esa planta de ensamblaje supondrá para el puerto la pérdida de miles de vehículos que en los últimos años se ensamblaban en esa factoría y se lanzaban a la exportación desde el puerto barcelonés, donde Nissan cuenta también con un centro logístico en el que hasta ahora se han gestionado los movimientos de vehículos de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi para el sur de Europa.
480.000 vehículos en 2020
Por la Autoridad Portuaria acabaron pasando el año pasado un total de 480.000 vehículos, una cifra relevante pese a haberse reducido un 38,2% por el impacto de la pandemia, que redujo toda la actividad del puerto en 2020.
Conesa afirma que ha trasladado los planes de crear la nueva terminal al secretario general de Industria del Gobierno central, Raül Blanco. La cuestión es que se tenga en cuenta como un activo más para intentar captar la instalación en Cataluña de fabricantes de vehículos eléctricos. Dos de ellos, uno asiático y otro estadounidense, han manifestado su interés en poder ocupar los terrenos de Nissan en Barcelona, si bien no lo han concretado con una manifestación de interés, por lo que no hay una posición al respecto en firme.
En estos momentos, la mayor apuesta en vehículo eléctrico en Cataluña es la que ha hecho pública Seat, que cuenta con unos planes que pasan por producir más de medio millón de vehículos eléctricos en Martorell.
La nueva terminal estará próxima a la nueva subestación eléctrica que Red Eléctrica de España prevé construir en el puerto para asegurar su electrificación, base de una inversión de 90 millones de euros para reducir las emisiones de dióxido de carbono. La zona portuaria, a causa de las emisiones de los buques, es la causante del 7% de la contaminación de la ciudad, por lo que ha puesto en marcha un plan con el que electrificar sus muelles y evitar que los barcos continúen utilizando sus motores de fuelóleo, grandes emisores de azufre a la atmosfera.