Barcelona afronta su reactivación a varias velocidades y sin turismo

El Ayuntamiento estima que la recuperación de la economía pos-covid-19 no se vislumbra antes de un año y medio

Barcelona -
Acceso a Barcelona por la Meridiana en la quinta semana de confinamiento.Albert Garcia (EL PAÍS)

Barcelona sin apenas turistas será una imagen que impactará en una ciudad que los recibía a millones. La recuperación de la economía postcovid-19 no se vislumbra antes de un año y medio, estima el Ayuntamiento, que prevé que costará remontar un paro importante, que en marzo era de 320.000 expedientes de regulación temporal de empleo. Una reactivación a diferentes velocidades. Más lenta e incierta en el sector de la hostelería, que daba trabajo a unas 120.000 personas; más dinámica en el comercio de proximidad y del consumo local.

La reactivación de la ciudad puede ser la oportunidad par...

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Barcelona sin apenas turistas será una imagen que impactará en una ciudad que los recibía a millones. La recuperación de la economía postcovid-19 no se vislumbra antes de un año y medio, estima el Ayuntamiento, que prevé que costará remontar un paro importante, que en marzo era de 320.000 expedientes de regulación temporal de empleo. Una reactivación a diferentes velocidades. Más lenta e incierta en el sector de la hostelería, que daba trabajo a unas 120.000 personas; más dinámica en el comercio de proximidad y del consumo local.

La reactivación de la ciudad puede ser la oportunidad para reforzar y promover la economía de las tecnologías y del sector digital, reformular el modelo turístico y desarrollar la atención a las personas. Es el diagnóstico que hace Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, que añade otro ingrediente: lanzar el mensaje de que Barcelona es una ciudad segura sanitariamente. “Deberemos tener unos protocolos propios de seguridad como factor competitivo en el panorama mundial. Impulsar un sello de ciudad Covid-free, que inspire confianza”. En esa idea de generar mensajes positivos insiste Mateu Hernández, director de Barcelona Global, que opina que será el barcelonés quien asuma el papel central de la recuperación.

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“El comercio de proximidad se recuperará antes que las grandes superficies porque generará más confianza al consumidor”, señala Gabriel Jené, de Barcelona Oberta. Todos los negocios de cara al público trabajan ya en fijar protocolos de seguridad sanitaria: limitar aforo y desinfectar instalaciones. Y todos piden ayudas proactivas de las administraciones, no solo diferir el pago de impuestos.

“Puede ser la oportunidad para cambiar el modelo turístico y poner en el centro la sostenibilidad y las estrategias para captar un turismo cultural y de convenciones que es el que más aporta y el más respetuoso”, afirma Marian Muro, directora del consorcio Turismo de Barcelona. De entrada, se lanzará una campaña para promover el turismo local, que es el segmento minoritario: un escaso 20% frente al 80% del extranjero, que copa las 82.000 plazas hoteleras y los miles de apartamentos turísticos. “Antes de poder abrir hay que saber cuáles serán las medidas sanitarias y hará falta bastante tiempo para normalizar el tráfico aéreo y que la gente no tenga miedo”, opina Manel Casals, director del Gremio de Hoteles. No se atreve a pronosticar cuántos podrán abrir a corto plazo y cuántos hibernarán. La incógnita es parecida entre los 8.500 bares y restaurantes: “Esta crisis se puede llevar por delante el 25% de los negocios y para evitarlo necesitamos más apoyo y ayudas”, se queja Roger Pallarols, director del gremio, que ha planteado que las terrazas puedan crecer para dar seguridad al cliente.

“Barcelona está afectada, pero saldremos adelante”, apunta el director de 5G de la Mobile World Capital, Eduard Martín. “Será esencial que los poderes públicos comprendan la situación de las nuevas empresas y que pongan al ciudadano en el centro de la tecnología para mejorar aspectos como el transporte, el teletrabajo y la contaminación”, subraya.

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Innovación y marca

El presidente de Barcelona Tech City, Miguel Vicente, alerta de las dificultades del sector de las startups: “Entre un 30% y un 40% necesitarán ayuda porque sus balances no pasan los análisis de riesgo de los bancos”, informa Jordi Pueyo.

En el mundo de la moda, Marta Coca, jefe de moda del Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Catalunya (CCAM), dice que “hay que ver si, cuando se levante el confinamiento, el sector de la moda se recuperará al mismo ritmo que otros sectores, en una economía tocada, con menos renta disponible, con unos consumidores con miedo a gastar, las empresas están gravemente afectadas”. Una cosa positiva que ve Coca es “la dimensión de las marcas catalanas y sus estructuras flexibles, que son elementos a favor, muchas tienen el suministro en Cataluña y no dependen de mercados exteriores”, informa Mar Rocabert.

A medio plazo, ve el futuro “más positivo” porque se aceleran los cambios que la industria necesitaba, “el cambio de paradigma en un sector como el textil-moda”. La marca Barcelona saldrá reforzada de esto porque “el consumidor comprará menos y de más calidad”, añade, convencida de que la gente “apostará por lo local y sostenible”.

Incertidumbre en la cultura

Teatros, museos y equipamientos culturales, fueron los primeros en bajar la persiana, un día antes de decretarse el estado de alarma el 14 de marzo y, posiblemente, serán los últimos en vivir el desconfinamiento, por lo que la cultura vive con gran incertidumbre el futuro tras la superación de la pandemia. Los teatros públicos de Barcelona, Lliure, Mercat y TNC han anunciado que dan por acabada la temporada y los museos no saben ni cuándo, ni cómo podrán volver a abrir sus puertas; ni qué tipo de visitantes recibirán, acelerando un cambio de modelo que ya se anunció desde el Icub de Barcelona antes del coronavirus.

Festivales de música como el Sónar (18 y 20 de junio) y el Primavera Sound (con nuevas fechas, el 26-30 de agosto) y el Grec, que el Ayuntamiento anunció que prolongaría durante agosto para reprogramar los espectáculos que se han cancelado, ven como los días avanzan y la prorroga del estado de alarma amenaza su celebración. Los cines, por su parte, tampoco saben cuándo, ni cómo podrán abrir; se han cancelado los festivales de exhibición y los rodajes (50 en toda Cataluña). Ada Colau anunció cuatro días después de decretarse el cese de actividad, la inyección de dos millones de euros a la cultura y exenciones fiscales en el IBI de librerías, cines y teatros, que son, a todas luces, insuficientes, informa José Ángel Montañés.

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