Todos los pacientes son VIP

800 enfermos del Covid-19 se recuperan en hoteles de Barcelona cedidos al sistema de salud durante la epidemia

Barcelona -
Dos enfermos en el trámite de entrada en la recepción del hotel Melià-Sarrià de Barcelona.Joan Sanchez (EL PAÍS)

“Bienvenidos al hotel Melià Sarrià”. La bienvenida provoca una ligera sonrisa en las caras de los enfermos del Covid-19 que acaban de salir de la residencia del Vall d’Hebron y llegan al hotel en un autobús de TMB. Enrique Aranda, director del hotel, enfundado en bata de quirófano, con mascarilla y guantes, suele hacerles un pequeño discurso de bienvenida a un hotel de cinco estrellas de Barcelona que participa en el proyecto Hotel Salud. Luego les acompaña uno a uno al interior y les lleva la bolsa con sus pertenencias a la recepción: “Todos los pacientes son VIP en este hotel”.

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“Bienvenidos al hotel Melià Sarrià”. La bienvenida provoca una ligera sonrisa en las caras de los enfermos del Covid-19 que acaban de salir de la residencia del Vall d’Hebron y llegan al hotel en un autobús de TMB. Enrique Aranda, director del hotel, enfundado en bata de quirófano, con mascarilla y guantes, suele hacerles un pequeño discurso de bienvenida a un hotel de cinco estrellas de Barcelona que participa en el proyecto Hotel Salud. Luego les acompaña uno a uno al interior y les lleva la bolsa con sus pertenencias a la recepción: “Todos los pacientes son VIP en este hotel”.

El lobby del Melià se ha alterado para organizar el check-in de los pacientes. El grupo que llegó el miércoles eran 17. Mujeres la gran mayoría. Todos iban a pasar la cuarentena al Melià Sarrià, un aislamiento que no pueden hacer sus casas porque conviven con personas vulnerables o porque se trata de pisos compartidos sin capacidad para hacer bien el aislamiento. “También hay personas que están en una situación precaria y otros que se encontraban en Barcelona de viaje cuando enfermaron. El cribaje se hace por los trabajadores sociales en los hospitales y también en los Centros de Atención Primaria (CAP)”, explica Conchita Peña, coordinadora del dispositivo del Consorcio Sanitario de Barcelona.

Unos 800 enfermos del Covid-19 han estado o están en los nueve hoteles que acogerán a pacientes. La mayoría son personas autónomas con sintomatología leve y están bajo control sanitario en los hoteles. En la entrada del Melià-Sarrià, el recorrido de los pacientes está pautado. La secuencia se repite uno a uno. Sin prisa y, sobre todo, con repetidos “Bienvenidos, aquí se pondrán estupendamente”. Primero firman el ingreso y facilitan el DNI. Todo es fotografiado, no se tocan ni papeles ni documentos. En otro espacio, se les toma la temperatura y el pulso y se coteja el historial médico. Por último, son conducidos a un ascensor- forrado de dibujos infantiles con la frase Tot anirà bé- y de allí a sus habitaciones donde estarán dos semanas antes de ir a sus casas.

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En una habitación de ese hotel está Raúl de la Torre:“Me trasladaron aquí hace cinco días, después de estar en la residencia del Vall d’Hebron a la que entré muy mal, directamente a la UCI con una neumonía grave en el pulmón derecho. Tenemos un personal sanitario espectacular. Lo mismo aquí, en el hotel. Todo el mundo se desvive”. Todavía tiene tos y admite que se concentra en relajarse y descansar. “Aquí estás más animado y te sientes más tú que en un hospital. Es el descanso después del infierno”, añade este barcelonés de 41 años al que le esperan en casa su pareja -que es sanitaria- y su hija. “Se les facilitan cosas que les pueden hacer falta, les llevamos lo que traen sus familiares, hablamos con ellos por teléfono para animarles” cuenta el director del Melià -Sarrià que tiene a más de 250 pacientes. Si antes lo suyo era hablar con empresarios y hombres de negocios, ahora se pasa el día en contacto con los servicios de emergencias, los hospitales y los bomberos: “Es admirable la entrega con la que trabajan”.

Un paciente de Covid-19 junto al director del hotel Melià Sarrià, Enrique Aranda, y una enfermera.Joan Sánchez

En el Hotel Praktik Bakery, en pleno Eixample, Manuel es uno de los voluntarios del hotel -todos con un ERTE bajo el brazo desde el estado de alarma- que intenta hacer la estancia de los enfermos lo más distraída posible. Hace unos días organizaron un bingo. “A cada paciente les dejamos tres cartones en la puerta de sus habitaciones. Luego con un megáfono cantábamos los números desde el patio, al que dan las habitaciones”, explica. “Sus familias nos envían fotos con mensajes, los imprimimos en papel y los metemos dentro de las cajas que contienen la comida”, comenta Magaly Julien, directora del hotel que junto con otros del mismo grupo, el Praktik Vinoteca y el Cotton House, fueron los primeros en hacer el ofrecimiento al Gremio de Hoteles para albergar a enfermos.

Unas cajas que se tienen que montar y en ellas colocar la comida: “Van todas etiquetadas porque hay menús distintos”, cuenta Carla, una joven que acaba de empezar a trabajar en uno de los Praktik y que, además de los guantes y la mascarilla, se tiene que poner una bata y unas gafas cuando va a dejar las cajas al pie de cada una de las puertas. Llama y se va. “Lo que más impacta es el agradecimiento”, resume esta estudiante universatario barcelonesa en Torino que se desplazó a Barcelona para pasar unos días y no pudo regresar a Italia.

Más hoteles y 1.200 camas

No todas las habitaciones del dispositivo de Hotel Salud se han utilizado: “Hay más de 2000 en los nueve hoteles y si hacen falta más, los hay disponibles”, cuenta Manel Casals, director del gremio hotelero que ha cedido gratuitamente los edificios al frente de los cuales siguen sus directores, personal de mantenimiento y, en algunos casos, recepcionistas. Los servicios de cátering- en la mayoría de ellos- limpieza y toda la atención sanitaria corresponde a CatSalud. Los convenios se han firmado entre cada uno de los hoteles adscritos a los hospitales de Vall ‘Hebron, Clínic, Sant Pau y Hospital del Mar. Todos los hoteles han sufrido una metamorfosis y han separada zonas, ascensores y recorridos entre contaminados y no. En el caso del hotel Plaza, la prolongación del Clínic, se ha hecho, también, una conducción de oxígeno en una planta. “El compromiso es que en el retorno todo esté como al inicio”, aclara el director del gremio que también ha cedido 1.200 camas para algunos de los hospitales de campaña.

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