Junts se deja querer por Sánchez pero mantiene líneas rojas fuera de su alcance
La formación de Puigdemont minimiza las concesiones del Gobierno y se agarra al listón de sus exigencias
El adiós de Junts per Catalunya a Pedro Sánchez sigue siendo una despedida. El reconocimiento de los “incumplimientos” y la asunción de responsabilidad que hizo en público el presidente del Gobierno este martes, en dos entrevistas a medios catalanes, no ha bastado para que el partido que comanda Carles Puigdemont valore retomar una relación que se rompió hace cinco semanas, tras dos años de tira y afloja y cargando más enfados que reconciliaciones. ...
El adiós de Junts per Catalunya a Pedro Sánchez sigue siendo una despedida. El reconocimiento de los “incumplimientos” y la asunción de responsabilidad que hizo en público el presidente del Gobierno este martes, en dos entrevistas a medios catalanes, no ha bastado para que el partido que comanda Carles Puigdemont valore retomar una relación que se rompió hace cinco semanas, tras dos años de tira y afloja y cargando más enfados que reconciliaciones. “Hemos roto y hemos roto de verdad”, subrayó este miércoles Miriam Nogueras, líder del partido en el Congreso de los Diputados y la voz escogida para dar respuesta a la propuesta del líder del Ejecutivo.
Junts asegura que no tuvo idea de qué pensaba anunciar Sánchez, hasta que lo escucharon en directo en RAC1, primero, y respondiendo, después, a las preguntas de Gemma Nierga en el canal catalán de RTVE. En la dirección del partido independentista ha caído bien el cambio de tono del Gobierno (“no niego la gravedad de la crisis que tenemos con Junts”, repitió Sánchez), después de que durante días el relato del presidente y sus ministros fuese que no hay mucha diferencia entre poder contar con Junts o no. Pese a todo, la premisa es repetir que la credibilidad del Ejecutivo está en números rojos y que hacen falta más concreciones que buenas intenciones.
¿Qué concesión tiene que hacer el Gobierno para que Junts se plantee relajar su distanciamiento? El partido independentista no concreta y da a entender que corresponde al PSOE mover ficha y que, si acaso, luego ya se harán las valoraciones oportunas. “Ojalá dentro de un mes os tengamos que volver a convocar para explicar qué hace Junts”, indicó Nogueras ante la prensa. Por lo pronto, la confianza escasea. En la dirección de Junts se repite que el Gobierno no tiene voluntad real para recoser el roto que separa las dos partes, y se admite que solo avances claros en unos asuntos troncales harían comprensible un cambio de posicionamiento.
En ese horizonte de expectativas luce la demanda para que el catalán sea oficial en la Unión Europea, una aspiración que el propio Puigdemont reconoce como asunto capital y que, si llegara a lograrse, haría complicado a Junts mantenerse en una situación de desapego al Gobierno. El Ejecutivo alega que ha hecho lo que está a su alcance pero que la luz verde no está en su mano. Caso parecido es el de la delegación de competencias sobre inmigración a la Generalitat, que ha bloqueado Podemos, al sumarse a Vox y PP.
Un escollo de naturaleza distinta es la aplicación de la amnistía. Carles Puigdemont sigue en Bélgica sin poder beneficiarse del carpetazo judicial al procés pero para Junts es complicado defender públicamente que la amnistía para su líder es una línea roja que guía la toma de decisiones. Junts criticó duramente en su día a Esquerra por negociar los indultos para los líderes políticos del desafío separatista, señalando que el partido republicano se movía solo para satisfacer sus intereses.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, señaló este miércoles que le “aburre mucho” el “teatro” de la ruptura entre el PSOE y Junts, pero aseguró que, tras las manifestaciones del presidente del Gobierno el martes, “se acaban dos ridículos”, el del propio Pedro Sánchez haciendo ver “que no pasaba nada” por perder el apoyo de Junts y el del partido de Puigdemont “haciendo ver que no le afectaba votar con PP y Vox”.
Dentro de Junts se han instalado algunos focos de nerviosismo después de que algunas encuestas, la última divulgada por el CEO, el CIS catalán, vaticinen malas perspectivas electorales, incluso situando el partido por detrás de la ultraderecha independentista de Aliança Catalana. Además, Junts no renuncia a erigirse en la alternativa al Govern de Salvador Illa y el PSC, y se hace complicado combinar ese papel de oposición a los socialistas en Cataluña mientras se tienen tratos abiertos con la casa madre en la capital del Estado.
En este sentido, Nogueras negó expresamente que la ruptura con el PSOE se haya producido por estrategia electoral, para desmarcarse del partido que gobierna España, y que ahora a Junts le interese más marcar distancias que poder aspirar a lograr concesiones de Sánchez y su equipo. “Junts ha demostrado que toma sus decisiones pensando en el bien de los catalanes. Nunca hemos decidido pensando en el partido ni en clave electoral” defendió la portavoz en el Congreso.
La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, mostró la disposición del Gobierno a hacer todo lo que sea necesario para recuperar la relación con Junts y salir del bloqueo. “Confiamos en que el cumplimiento de los compromisos reestablezca la relación con Junts”, dijo. “Los partidos españoles solo reaccionan cuando están acorralados”, remachó Miriam Nogueras.