La presidenta del Congreso anuncia que no consentirá las apologías del franquismo
Un diputado de Vox le espeta a otra de Podemos durante un debate sobre la dictadura: “Tómate la pastilla”
Dos días después de que un diputado de Vox ensalzase en el pleno del Congreso los supuestos logros del franquismo, el partido de extrema derecha se presentó este jueves en la Cámara baja como el baluarte de “la libertad de conciencia, de expresión, de cátedra, de asociación”, es decir, de todo aquello que suprimió la dictadura. Fueron palabras pronunciadas en el hemiciclo por el parlamen...
Dos días después de que un diputado de Vox ensalzase en el pleno del Congreso los supuestos logros del franquismo, el partido de extrema derecha se presentó este jueves en la Cámara baja como el baluarte de “la libertad de conciencia, de expresión, de cátedra, de asociación”, es decir, de todo aquello que suprimió la dictadura. Fueron palabras pronunciadas en el hemiciclo por el parlamentario de Vox Juan José Aizcorbe, que hasta se adornó con citas de George Orwell y Clara Campoamor. Lo hizo para oponerse a una iniciativa socialista que abre la puerta a ilegalizar asociaciones que hagan apología del régimen de Franco.
Aizcorbe calificó de “absolutamente totalitaria” esa proposición de ley socialista ante un salón donde aún resonaban las palabras de su compañero Manuel Mariscal defendiendo que los vencedores de la Guerra Civil trajeron “progreso y reconciliación”. Poco después, la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, anunciaba que a partir de ahora no consentirá ninguna apología de la dictadura en la Cámara.
Desde su ingreso en la vida parlamentaria hace algo más de un lustro, los diputados de Vox habían dejado afirmaciones que tácitamente defendían el franquismo, como cuando su líder, Santiago Abascal, afirmó que el de Pedro Sánchez es “el peor Gobierno en 80 años”. Pero nunca nadie había hecho una defensa de la dictadura tan nítida y directa como Mariscal, periodista y, con 32 años, uno de los diputados más jóvenes de Vox. Durante el debate, el pasado martes, sobre la elección del presidente de RTVE, Mariscal leyó como parte del discurso que llevaba escrito: “Gracias a las redes sociales, muchos jóvenes están descubriendo que la etapa posterior a la Guerra Civil no fue una etapa oscura como nos vende este Gobierno, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación para la unidad nacional”. Sus compañeros de bancada lo jalearon con un aplauso.
En la vida del Congreso se han vuelto tan habituales las palabras más gruesas, tan cotidiana la imputación de gravísimos delitos, que casi nadie se inmutó. Apenas se percibió un leve murmullo y no hubo ninguna réplica ni protesta formal. Si el asunto tomó un cierto relieve fue porque un socialista, Sergio Gutiérrez, diputado por Toledo al igual que Mariscal, lo difundió luego en las redes sociales.
Este jueves, al final del debate sobre la enmienda a la totalidad presentada por Vox contra la propuesta de ley socialista, Armengol pidió disculpas por no haber reparado en su momento en las palabras de Mariscal. Anunció que las retirará del Diario de Sesiones —en realidad no se retiran, sino que se colocan entre corchetes— y agregó: “Hago advertencia a todos los diputados y diputadas que no pueden hacer apología del franquismo, que fue una dictadura que causó terror, asesinatos y odio en nuestro país, y que esta casa está precisamente para garantizar la democracia y los derechos de todos y de todas”.
Hasta no hace mucho, los diputados de Vox se revolvían y protestaban airadamente ante la Mesa cuando alguien los calificaba de fascistas. Ahora tampoco ellos se inmutan. El diputado del BNG Néstor Rego se lo espetó con todas las letras este jueves comentando las palabras de Mariscal: “Aunque les moleste, esto los retrata como lo que son: fascistas”. En la bancada de Vox no se escuchó ni un quejido. En la misma idea, aunque de forma menos directa, incidiría después la socialista Rafaela Romero, así como Gerardo Pisarello, de Sumar, y Martina Velarde, de Podemos. También Gabriel Rufián, de ERC, que se dirigió expresamente a la presidencia para pedirle que no permita manifestaciones que están proscritas por la Ley de Memoria Democrática. Y aprovechó para denunciar que cuando Velarde, que se sienta muy próxima a él, regresaba a su escaño después de intervenir, un diputado de Vox le había soltado: “Tómate la pastilla”. “Están envalentonados”, avisó Rufián.
Velarde reveló más tarde en las redes sociales que el parlamentario que la había dicho eso era Pedro Fernández, uno de los abogados que llevó la representación de su partido en el juicio del procés en 2019. “Es lo que soportamos las mujeres que hacemos política teniendo a Vox en el Congreso”, escribió la diputada de Podemos, mientras su grupo registraba una queja formal en la Cámara, informa Paula Chouza. Armengol también deploró el “comportamiento machista” del diputado. Fuentes de Vox señalaron que Fernández pidió disculpas a Velarde posteriormente y lamentaron que los medios “no tengan la misma sensibilidad” cuando son sus diputadas las que reciben ataques.
La portavoz del PP que intervino en el debate, María Jesús Moro, también expresó su apoyo a Velarde, lo que provocó un infrecuente aplauso común en los dos lados del hemiciclo. Otra cosa es la propuesta socialista, que los populares no apoyarán. Moro no entró a discutir el fondo de la iniciativa. Simplemente se amparó en que, a su juicio, no es “la máxima prioridad de los españoles” sino una “estrategia de escapismo” de los socialistas para que no se hable de la corrupción. Y reconvino a Vox: “No entren en su juego, no les den una bombona de oxígeno”.