La renovada fuerza en la derecha española de los viejos propagandistas católicos

La centenaria asociación promotora del CEU gana presencia política a base de campañas de agitación, creación de nuevas organizaciones y actos contra el Gobierno

El presidente de la Asociación Católica de Propagandista y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un homenaje al fallecido político Eugenio Nasarre celebrado en marzo.ZIPI (EFE)

Poco antes del 12 de octubre, Fiesta Nacional, en plena polémica con México por su exigencia a Felipe VI de que pida “perdón” por la conquista de América, aparecen en marquesinas de más de 60 ciudades españolas unos carteles que rezan así: “1492. Ni genocidas, ni esclavistas. Fueron héroes y santos”. Menos de un mes antes, ...

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Poco antes del 12 de octubre, Fiesta Nacional, en plena polémica con México por su exigencia a Felipe VI de que pida “perdón” por la conquista de América, aparecen en marquesinas de más de 60 ciudades españolas unos carteles que rezan así: “1492. Ni genocidas, ni esclavistas. Fueron héroes y santos”. Menos de un mes antes, María Corina Machado, líder de la oposición al chavismo, participa a distancia en un foro sobre la “bolivarización de España” celebrado en Madrid. Más atrás, en julio, un asesor de Viktor Orbán presenta en la capital de España un ensayo en defensa del Gobierno húngaro. Bastante más lejos, en 2022, carteles en más de 30 ciudades proclaman que “rezar frente a una clínica abortista está genial”.

Este recorrido podría alargarse 115 años hacia atrás. Porque todos estos eventos tienen en común su conexión con la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la organización detrás de las universidades y colegios CEU, fundada en 1909 por el jesuita Ángel Ayala. Pieza clave de la derecha española durante la Segunda República, a la que aportó nombres como Ángel Herrera Oria y José María Gil-Robles, “los propagandistas nacieron para combatir la influencia de la izquierda en la política, la universidad y los medios, y llegaron a acumular un gran poder en los tres ámbitos”, explica Carlos Rodríguez López-Brea, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III especializado en democracia cristiana. Un dato: la ACdP colocó a nueve ministros en los gobiernos de la dictadura franquista, entre ellos Alberto Martín Artajo (Exteriores, 1945-1957), Joaquín Ruiz-Giménez (Educación Nacional, 1951-1956) y Federico Silva (Obras Públicas, 1965-1970).

Pero el apogeo no duró para siempre. “Con el ascenso de la tecnocracia del Opus Dei [en el régimen], los propagandistas entraron en un largo periodo mortecino”, repasa Rodríguez López-Brea, que da por terminado este eclipse con el mandato de su actual presidente, el historiador especializado en el carlismo, la II República y la Guerra Civil Alfonso Bullón de Mendoza: “Precisamente ahora, coincidiendo con cierto declive del Opus y de los Legionarios de Cristo, están recuperando protagonismo y ensanchando su espacio como una especie de referente ultraconservador de la Iglesia cada vez más activo”.

Del CEU al activismo

La ACdP es una organización poliédrica, cuya fachada más conocida es la educativa. Entre las diversas ramas con las que desarrolla su actividad –que la ACdP denomina “obras”–, destaca el Centro de Estudios Universitarios, el CEU, un grupo propietario de cuatro universidades en Madrid, Barcelona, Valencia y Bormujos (Sevilla) y diez colegios, ocho de ellos con conciertos. “Formamos élites”, presume el grupo en su web.

Además de la formación, la ACdP practica el proselitismo, que desborda lo religioso y llega a la política. Ahí entran sus campañas, como la lanzada antes del 12 de octubre, que se completa con un vídeo que simula un concurso televisivo en el que “un intelectual de corte progresista” se queda sin argumentos en su defensa de “la leyenda negra contra la Hispanidad”, todo ello mientras el público se carcajea. Hubo otra en 2020, Vividores, centrada en el rechazo a la Ley de Eutanasia y que incluyó el despliegue sobre la fachada de un edificio de Madrid de una lona gigante con el dibujo de una calavera con las dos tibias cruzadas y la palabra “eutanasia” entre interrogaciones. En este terreno, el del rechazo a la eutanasia, la ACdP y tres de sus fundaciones –San Pablo CEU, San Pablo CEU Andalucía y Herrera Oria– forman parte de la Plataforma Los 7.000, de oposición a la ley que impulsó el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. A estas campañas se suma Cancelados, una llamada a la rebelión contra la “corrección política” y la “cultura de la cancelación” que promueven los “ofendiditos”. En la misma se inscriben los carteles contra la reforma del Código Penal para castigar el acoso a las puertas de las clínicas abortivas.

Cartel de la Asociación Católica de Propagandistas con motivo de la conmemoración de la Fiesta Nacional del 12 de Octubre en el barrio de El Retiro de Madrid.Jaime Villanueva

La asociación utiliza sus plataformas para fines como difundir un “manifiesto de condena” de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, elevado a máxima expresión del izquierdismo woke, o dar voz a figuras como Eduardo Verástegui, popular rostro de la ultraderecha mexicana, autor de un rap para cosechar apoyos latinos a Donald Trump en la campaña estadounidense. “Hay grupos en política que quieren legalizar la pedofilia. Es satánico”, titula la ACdP su reciente entrevista a Verástegui. No especifica qué grupos son esos, pero la pregunta iba precedida de un vídeo de Irene Montero (Podemos).

Aunque es una organización de seglares, la ACdP forma parte de la Iglesia. Su naturaleza es de “persona jurídica privada de la Iglesia” y de su cúpula forma parte el arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez. La presencia de obispos es usual en una de sus citas anuales más emblemáticas: el congreso Católicos y vida pública. La 26ª edición, en noviembre, contará con un estandarte de la línea dura de la jerarquía, el obispo de Orihuela-Alicante, Ignacio Munilla, partidario de que los cristianos den la “batalla cultural”.

Lejos de lo que podría esperarse de una centenaria entidad tradicionalista, el lenguaje de la ACdP trata de ser fresco, juvenil. La pose, rebelde. Los propagandistas presumen en Cancelados de la “gamberrada” de “desafiar en las calles el plan pro-aborto del Gobierno” y parecen mofarse del lenguaje inclusivo dirigiéndose a los “ministros, ministras, ministres y menestras”. No hay en las formas de la ACdP asomo del envaramiento característico de la comunicación diocesana. “Su sello original fue la utilización de técnicas modernas de comunicación y propaganda. Eso es lo que han recuperado ahora”, afirma Rodríguez López-Brea.

Una plataforma contra el “Frente Popular”

Si en el campo educativo la ACdP se vale de fundaciones, en el terreno político y de las ideas también dispone de plataformas. La más activa es NEOS, que no es una “obra” de la ACdP sino una fundación en cuyo patronato está representada la asociación, que figura además como única “entidad promotora”. Además, la ACdP le aporta “financiación puntual para algún acto”, explica por teléfono Pablo Velasco, secretario nacional de Comunicación de la asociación. Nacida en 2021 para combatir la Agenda 2030, las “leyes LGTBI” o las que regulan el aborto, la eutanasia o la memoria histórica, NEOS tiene al frente a Jaime Mayor Oreja, miembro él mismo de la Asociación Católica de Propagandistas, con la cual inició su vinculación en 1976.

Presidente de honor de Red Política de Valores, la entidad que prevé celebrar en diciembre una cumbre contra el aborto en el Senado, Mayor Oreja imprime su sello en NEOS, altavoz que el exministro del PP, próximo a Aznar y a Santiago Abascal, usa para pedir la unidad de la derecha frente al “Frente Popular” y para alertar de la victoria postrera de ETA, de la que aún habla en presente. Según afirma en una breve conversación telefónica –que interrumpe tras apenas dos minutos alegando estar ocupado–, existe una “base social” conservadora “mucho más importante de lo que se piensa” que explica el auge de la ACdP, que a su juicio está sabiendo recoger ese sentir.

El presidente de Vox, Santiago Abascal (centro), y Alfonso Bullón de Mendoza (detrás, con corbata rosa), durante un desayuno informativo organizado el año pasado por el periódico 'El Debate', de la Asociación Católica de Propagandistas. Jesús Hellín (Europa Press)

Las dos entidades, ACdP y NEOS, colaboran con frecuencia. Esta semana, por ejemplo, participaron en la presentación en Sevilla del libro Pregón de combate para jóvenes de espíritu, que anticipa así su tesis central: “Un caballo de Troya, el de la corrección política, se ha colado en la ciudadela de la civilización occidental. [...] Tres arietes, en complicidad con el intruso, intentan derribar los portones: la ideología de género, la memoria histórica y el mito del cambio climático”.

En menos de tres años, NEOS se ha consolidado como punto de encuentro de diversas organizaciones de la derecha católica. Por un lado, funciona como un continuo difusor de contenido, como el vídeo ¿Tú también eres facha?, que denuncia que “si te sales del pensamiento único” te llamarán “facha”, o un artículo del exsenador del PP Luis Peral en en El Debate –periódico de la ACdP– que sostiene que existe “cierto paralelismo entre Pedro Sánchez y Adolf Hitler en su llegada al poder”, también “en su maltrato y desprecio a la oposición, en su pretensión totalitaria”. Por otro lado, NEOS es una fundación fija en la lista de convocantes de las últimas manifestaciones contra el Gobierno: la de este domingo en Madrid exigiendo “¡Elecciones generales ya!”, la de marzo también en Madrid por la dimisión de Sánchez, la de octubre del año pasado en Barcelona contra la amnistía... NEOS destacó como protagonista de una de las últimas grandes protestas contra el aborto, en junio de 2022.

NEOS organiza también foros y conferencias con participantes como José María Aznar; el líder del PP catalán, Alejandro Fernández; el dirigente de Vox Ignacio Garriga; la fundadora de UPD Rosa Díez; el opositor venezolano Leopoldo López; o el filósofo Fernando Savater. Uno de sus actos de mayor relumbrón tuvo lugar en septiembre, cuando María Corina Machado cerró con un mensaje en vídeo desde un lugar no precisado de Venezuela un acto de NEOS en la sede de Mutua Madrileña que llevaba por título El Estado soy yo. El camino a la bolivarización de España. La líder opositora agradeció al “gran amigo Jaime Mayor Oreja, presidente de la Fundación NEOS”, la oportunidad de pedir ayuda al pueblo español.

“Expertos convocados por NEOS alertan de las similitudes de la España de Sánchez con la Venezuela de Maduro”, tituló sobre aquel evento El Debate, periódico que abrió en 2021 la ACdP con el mismo nombre que el que mantuvo entre 1910 y 1936, en otro gesto que evidencia el anhelo de influencia de la entidad. El Debate, a cuyos actos han acudido los líderes del PP, Alberto Núñez Feijóo, y Vox, Santiago Abascal, tiene como director a Bieito Rubido, que antes ocupó la dirección de ABC.

Entre EE UU y Hungría

Los nacimientos de NEOS y de El Debate, así como las campañas citadas, han tenido lugar desde la llegada en 2018 a la presidencia de la ACdP de Bullón de Mendoza, que ostenta además el cargo de “gran canciller” de las cuatro universidades y está también al frente de cuatro fundaciones de la asociación y de CEU-CEFAS, think tank y centro formativo fundado durante su mandato, en 2021. Colaborador de la Heritage Foundation, uno de los grupos que presionan hacia la derecha al Partido Republicano de EE UU, y del Centro de Derechos Fundamentales, laboratorio de ideas aliado del Fidesz, el partido de Orbán, CEU-CEFAS prolonga la lista de herramientas con las que los propagandistas actúan en el campo ideológico. Este año ha publicado un estudio sobre la “hegemonía de la ideología woke” y ha acogido la presentación en España de La estrategia húngara, un libro editado por el CEU en el que Balázs Orbán, director político de Viktor Orbán, “desmitifica las ideas tendenciosas” de los “medios occidentales” sobre el Gobierno magiar.

Pablo Velasco, secretario nacional de Comunicacion de la ACdP, señala que, a lo largo de su larga historia, la entidad ha tenido “momentos de mayor y menor actividad”, y que ahora vive un pico en el que “ha tenido mucho que ver” el empeño Bullón de Mendoza. ¿Aprovecha la ACdP un cierto decaimiento del Opus para ganar terreno? No, responde. Y niega rivalidad con La Obra, de la que destaca su “valiosa” aportación. Velasco, que evita poner etiquetas ideológicas a su entidad, inscribe su actividad en el terreno religioso y no en el político, aunque añade: “La fe no es un compartimento estanco”. Eso sí, recalca que la entidad no tiene adscripción “partidista”.

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