El malestar por la vivienda y el turismo sale a la calle a exigir atención política
Las manifestaciones vuelven este viernes a Baleares, con convocatorias en Ibiza y Formentera. Canarias, Madrid, Barcelona y Valencia se suman en octubre
La oleada veraniega de turistas ha pasado, pero la marea contra el turismo masivo sigue ahí. Esa corriente confluye con otra, de rechazo al ...
La oleada veraniega de turistas ha pasado, pero la marea contra el turismo masivo sigue ahí. Esa corriente confluye con otra, de rechazo al elevado precio de la vivienda. Se trata de malestares diferentes, pero conectados, que se harán visibles en los próximos días y semanas en las calles, con manifestaciones en los dos archipiélagos y en grandes ciudades como Madrid, Valencia y Barcelona, en este caso con una protesta contra la Copa América de Vela que incluye una crítica al modelo turístico y una denuncia de su impacto sobre la vivienda. La sucesión de movilizaciones ya cerradas o próximas a anunciarse hacen previsible que los problemas asociados a la llamada “turistificación” y a la dificultad de acceso a techo regresen al escaparate de los grandes asuntos políticos.
Las movilizaciones vuelven a Canarias, donde tuvieron lugar las protestas masivas del 20 de abril. Este viernes 27 de septiembre, Día Mundial del Turismo, tendrá lugar la presentación de una “gran manifestación” que se celebrará “a finales de octubre”, explica Iván Cerdeña, portavoz de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza, una de las impulsoras de la convocatoria. En Canarias existe ya toda una constelación de organizaciones vecinales, ecologistas, sindicales y por el derecho a la vivienda que coinciden en su crítica al modelo turístico. Eugenio Reyes, portavoz de Ecologistas en Acción en Canarias, afirma que las fechas más probables son los domingos 20 o 27 y que su planteamiento es distinto al del 20-A, con convocatorias en puntos especialmente turísticos y no en el centro de las ciudades, lo que puede –asume– mermar la participación pero “afinará más el mensaje”.
“Tanto el Gobierno regional [Coalición Canaria-PP] como el central [PSOE-Sumar] han hecho como que tomaban nota, pero, ¿qué ha cambiado? Nada. Todo sigue la misma senda: atraer más y más turistas”, denuncia Cerdeña, que afirma que la de octubre no será la única protesta y habrá todo un “otoño caliente”, expresión tomada de las luchas sindicales italianas de 1969. “En abril enseñamos músculo, logramos repercusión en la prensa internacional, pusimos nerviosos a los que defienden este modelo insostenible. Ahora toca ser más propositivos y forzar cambios políticos”, explica.
Este viernes 27, el mismo día en que está previsto anunciar la fecha de la movilización canaria, ya habrá protestas en Baleares. La plataforma Canviem el Rumb, con más de una decena de colectivos, ha convocado manifestaciones para ese día en Ibiza y Formentera. El lema es “poner límites al turismo”. Canviem el Rumb está difundiendo mensajes de distintos activistas, artistas e intelectuales en apoyo a las protestas. Entre ellos, del filósofo Jorge Riechmann. “En Ibiza y en Formentera hace falta menos turismo y más vida”, sostiene en un vídeo.
En Baleares ya hubo protestas en mayo y julio, con denuncias similares a las de Canarias: carestía de la vivienda, precariedad, daños al patrimonio cultural y natural... Pere Joan, portavoz de la red de organizaciones Menys Turisme Més Vida, explica que el objetivo es “mantener viva esa energía”. Además de “acciones simbólicas de apoyo” a las manifestaciones de Ibiza y Formentera, la plataforma trabaja en la organización de lo que pretende ser un golpe en la mesa. “Aunque la situación es diferente en cada territorio, estamos buscando una fecha para una manifestación en el máximo número posible de lugares en octubre”, explica Joan, para quien las protestas, pese a haber sido “desatendidas a nivel político, han calado en parte de la ciudadanía”. “Hay que ir paso a paso, primero despertar nuevos discursos y preocupaciones y luego forzar los cambios”, expone.
Grandes ciudades en octubre
Los archipiélagos fueron los puntos más calientes en primavera y principios del verano. Pero hubo también protestas en Barcelona, Málaga, Cádiz, Granada, Girona, destinos cántabros... No prendió en cambio la mecha en Madrid, donde hubo alguna protesta —en Lavapiés, por ejemplo—, pero nada multitudinario. Ahora una treintena de colectivos planean una movilización contundente. Y ya tienen fecha. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm), CC OO y UGT, Amnistía Internacional, sindicatos de inquilinas y de estudiantes, la PAH y grupos ecologistas como Greenpeace, entre otras entidades, han convocado una manifestación para el 13 de octubre con el lema La vivienda es un derecho, no un negocio. “La vivienda, que debería ser el cuarto pilar del Estado del bienestar, no lo es”, señala Quique Villalobos, presidente de la federación vecinal, que afirma que “entre los malestares” recogidos está el provocado por los efectos negativos del turismo. El Sindicato de Inquilinos, una de las organizaciones implicadas, combina sus llamamientos a acudir a esta manifestación con el anuncio de una “huelga de alquileres”.
También hay fecha ya para una manifestación en Valencia: 19 de octubre. El lema es València s’ofega, es decir, “Valencia se ahoga”. La convocatoria parte de más de veinte colectivos, aglutinados en la plataforma València no està en venda. Al igual que en los casos anteriores, coinciden las entidades vecinales, ecologistas y de vivienda. El manifiesto, que explica que el lema se refiere a la riada que inundó Valencia en octubre de 1957, llama contra la “turistificación” y en defensa del “derecho a la vivienda”. Son dos elementos que se repiten en todas las convocatorias.
En Barcelona la protesta se dirige contra un punto concreto: la Copa América de Vela, que se celebra en la capital catalana. “Los esfuerzos ahora se concentran ahí”, explica Daniel Pardo, integrante de la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, impulsora de la manifestación contra el turismo masivo que en julio reunió a miles de personas. La plataforma No a la Copa América, que reúne a más de cien colectivos, ha convocado una manifestación el 13 de octubre, el mismo día que la de Madrid. Sus llamamientos a la participación apuntan a la “precarización”, el encarecimiento de la vivienda y el daño ecológico que provoca “un modelo de sociedad” basado en el turismo y los “macroeventos”. Mientras tanto, este miércoles se están desarrollando protestas, convocadas por el Sindicat de Llogateres de Catalunya, a las puertas del congreso inmobiliario The District, que empieza en Barcelona.
Organizaciones contra la turistificación y por el derecho a la vivienda de Sevilla, Málaga y Cantabria consultadas por El PAÍS afirman que están trabajando también en movilizaciones para las próximas semanas y meses, aunque sin fecha cerrada todavía.
Impacto político
¿Es posible una manifestación de ámbito estatal? Daniel Pardo, de la Assamblea de Barris de Barcelona, explica que “hay grupos en contacto” de diversas partes país, pero admite la dificultad de un empeño así por “la diferencia de problemas y de ritmos”. Cristóbal López, portavoz de Ecologistas en Acción, una de las organizaciones que están trabajando en ello, ve deseable una manifestación estatal porque —dice— el impacto político será mayor “si todo el conjunto de organizaciones diversas” defienden juntas un programa de mínimos. “Todos tenemos claro que el turismo debe tener un límite por su impacto en el medio ambiente y la vivienda. Ahí podemos ponernos de acuerdo todos y hacer mucha más presión”, señala.
“En abril se abrió un ciclo de protestas que va a seguir, porque los problemas continúan y porque no hay reacción significativa de las administraciones”, afirma Ernest Cañada, investigador en Alba Sud, un centro crítico con el modelo turístico. Coautor del ensaño El malestar en la turistificación, Cañada afirma que, aun siendo diferentes en cada ciudad, las protestas tienen en común el rechazo a la “enorme desigualdad” que genera un modelo con “muy pocos beneficiarios”. El investigador cree que esta movilización tiene capacidad para marcar el debate político y que, de hecho, ya lo está haciendo. “Mira el cambio del discurso del PP sobre las viviendas turísticas a nivel municipal”, señala.