Pedro Sánchez vuelve este mes a Mauritania en una gira que incluirá Senegal y Gambia

El país africano, que vive su propia crisis de refugiados, es clave en la ruta migratoria hacia Canarias

Llegada de un cayuco a El Hierro el pasado 4 de febrero, cuando más del 80% de los migrantes llegados a Canarias habían salido de costas mauritanas.Europa Press Canarias / Europa Press (Europa Press)

Pedro Sánchez vuelve a Mauritania tan solo seis meses después de su última visita. El presidente realizará a finales de agosto una gira africana que, además de Nuakchot, incluirá las capitales de Senegal y Gambia, según confirman fuentes gubernamentales y locales. El viaje tendrá entre sus prioridades la colaboración migratoria en un momento en el que la ruta canaria, aunque con números más moderados que a comienzos de este año, se mantiene abierta en canal. Desde finales de 2023, Mauritania es principal punto de partida de los cayucos que han llegado a las islas y la previsión es que el tráns...

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Pedro Sánchez vuelve a Mauritania tan solo seis meses después de su última visita. El presidente realizará a finales de agosto una gira africana que, además de Nuakchot, incluirá las capitales de Senegal y Gambia, según confirman fuentes gubernamentales y locales. El viaje tendrá entre sus prioridades la colaboración migratoria en un momento en el que la ruta canaria, aunque con números más moderados que a comienzos de este año, se mantiene abierta en canal. Desde finales de 2023, Mauritania es principal punto de partida de los cayucos que han llegado a las islas y la previsión es que el tránsito se dispare pasado el verano, coincidiendo con las aguas calmas y en un contexto de creciente presión migratoria en el país, que acoge a decenas de miles de refugiados. Según fuentes españolas y mauritanas, está sobre la mesa la revisión de algunos acuerdos en materia migratoria que benefician a España y que el país africano quiere modificar a su favor.

La visita del presidente acentúa un interés excepcional del Gobierno por esta región del África occidental, en la que España es un interlocutor y mediador privilegiado. Sánchez no solo estuvo en Nuakchot hace seis meses con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un viaje en el que anunciaron un paquete de apoyo económico por más de 500 millones de euros, sino que en menos de dos meses Dakar ha recibido a dos miembros del Ejecutivo. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, viajó a Senegal —y a Gambia— a finales de junio y menos de una semana después lo hizo la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Todos los análisis de las fuerzas de seguridad españolas sitúan a Mauritania en un lugar prioritario en este momento. La ruta migratoria hacia Canarias, con 21.400 desembarcos en lo que va de año, sigue concentrando la inmensa mayoría de las entradas irregulares a territorio español: aproximadamente siete de cada diez inmigrantes que logra llegar a España sin pasar por los pasos fronterizos lo hace a través del archipiélago atlántico. Y más de un 50% de los mismos zarparon desde las costas mauritanas. El resto lo hace, por orden de magnitud, desde el sur de Marruecos y el Sáhara Occidental, Senegal y Gambia.

Tras la visita de Sánchez y Von der Leyen, con el anuncio de una lluvia de millones, se esperaba que el flujo de cayucos se frenase. Y lo ha hecho, según fuentes dedicadas al control de fronteras, teniendo en cuenta además que a principios de año más del 80% de los recién llegados había salido de costas mauritanas. Aun así, el número de llegadas desde la zona es relevante y se espera que aumente en los próximos meses, los más favorables para la navegación.

Nuakchot, cuentan varias fuentes policiales dedicadas al control de fronteras, quiere más dinero para ejercer como barrera de la migración, pero no se trata solo de dinero. “Las autoridades mauritanas quieren trasladar el mensaje de que el país sufre una enorme presión con la llegada de miles de extranjeros a su territorio y quiere transmitir la idea de que algunos de los acuerdos que se firmaron en el pasado con España no se pueden mantener en las condiciones actuales”, explica el periodista mauritano especializado en el Sahel Lemine Khattary.

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Entre esos acuerdos susceptibles de revisión está el que permite a España desde 2003 devolver a inmigrantes de terceros países que hayan salido de Mauritania, según confirman fuentes locales y españolas al tanto de la relación bilateral. Este tipo de acuerdo es muy ventajoso para España y ha sido ampliamente explotado en el pasado, aunque ahora apenas se aplica porque la mayoría de los que llegan desde Mauritania, refugiados malienses, piden asilo y no se los puede devolver. Su anulación, en cualquier caso, sería un contratiempo para las autoridades españolas porque ese perfil de migrante puede diversificarse y se recortarían las herramientas del Ministerio del Interior para ejecutar retornos. La revisión también puede afectar a los acuerdos por los que la Policía Nacional y la Guardia Civil patrullan tierra y mar junto a sus homólogos mauritanos. A España le interesa ampliar esos equipos, mientras que Mauritania quiere garantizar que se cumplan los protocolos pactados, que exigen, por ejemplo, que cada operación esté capitaneada por un enlace local.

El problema de Mauritania es que, aun volcándose en el control de sus costas, está experimentando una llegada creciente de refugiados de Malí, que huyen de un país en guerra. En mitad de la ofensiva contra los grupos yihadistas y el conflicto con los rebeldes tuareg, se suceden los asesinatos de civiles y la población maliense de las regiones del norte, estigmatizada y perseguida por su supuesta complicidad con los grupos armados, está protagonizando un éxodo difícil de parar. Muchos de esos malienses se hacinan en campos de refugiados —el campamento principal, con capacidad para 70.000 personas, alberga a más de 100.000—, pero miles de ellos han decidido dar el salto a Europa. A estos se suman senegaleses, guineanos o marfileños que se encuentran en el país con la misma intención. Las mafias prometen un pasaje de tres o cuatro días hasta Canarias por 1.500 euros, una travesía con un índice altísimo de naufragios fantasmas y en la que cualquier cifra oficial de mortalidad se queda corta.

El desafío migratorio se entrelaza con el de la seguridad para el que país requiere más medios técnicos y armamento. Mauritania tiene frontera con Malí y vive muy de cerca la desestabilización y violencia que se extiende por todo el Sahel. La situación, señalan fuentes locales, es una “amenaza” no solo para Europa sino para Mauritania. “Este mensaje ya fue trasladado a Madrid antes del viaje con Ursula von der Leyen. El Gobierno está muy agradecido a España por labor de mediación en Europa pero cree que necesita más. Hubo muchas promesas, pero no se han concretado aún”, añaden.

La previsión es que, después de hacer noche en Nuakchot, Sánchez se dirija a Senegal y Gambia. El Gobierno español lleva este viaje con absoluto secretismo, pero fuentes diplomáticas de ambos países dan algunas pistas de la agenda. En Gambia esperan poder concretar algunas de las promesas que planteó el ministro Albares en materia de migración laboral y abordar cuestiones de seguridad ante la amenaza yihadista en el Sahel. En Senegal, donde se acaba de producir un cambio de Gobierno que ha dado cierta esperanza a los más jóvenes que emigraban en desbandada a finales del año pasado, se enmarca este viaje dentro de “las relaciones amistosas y dinámicas” entre ambos países. “La migración, la cooperación policial, las cuestiones económicas y comerciales y la cultura son los principales temas que tratarán ambas partes con el deseo compartido de profundizar en ellos en el marco de una asociación mutuamente beneficiosa”, señalan fuentes diplomáticas senegalesas.

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