Feijóo se lanza a acusar sin pruebas a Sánchez de “saber y tapar” el ‘caso Koldo’
El líder socialista asegura que él “corta por lo sano” mientras “otros le cortan la cabeza a los que denuncian”
Al hiperventilado clima político español solo le faltaba el retorno de la nube negra de la corrupción. Y este miércoles volvió con toda su carga viscosa para impregnar el hemiciclo del Congreso durante la sesión semanal de control al Gobierno. El PP, con su líder a la cabeza y un disciplinado ejército de artilleros detrás, se entregó afanosamente a diseminar el caso Koldo por todo el Ejecutivo y a implicar al propio presidente en el sup...
Al hiperventilado clima político español solo le faltaba el retorno de la nube negra de la corrupción. Y este miércoles volvió con toda su carga viscosa para impregnar el hemiciclo del Congreso durante la sesión semanal de control al Gobierno. El PP, con su líder a la cabeza y un disciplinado ejército de artilleros detrás, se entregó afanosamente a diseminar el caso Koldo por todo el Ejecutivo y a implicar al propio presidente en el supuesto cobro de comisiones por la compra de mascarillas durante lo peor de la pandemia. La reacción de Pedro Sánchez y sus ministros fue replicar con el largo historial de escándalos pasados del primer partido de la oposición. El resultado: un lodazal en el que unos y otros chapotearon durante hora y media.
Francina Armengol, presidenta del Congreso, dio la palabra a Alberto Núñez Feijóo para abrir la sesión y el líder del PP se lanzó a tumba abierta. “Sin rodeos”, fueron sus dos primeras palabras, un aviso que preludiaba la grave acusación que arrojó de inmediato mirando hacia el escaño presidencial: “Usted lo sabía y lo tapó”. Así, sin matices, hablando “en nombre de todo un país” y basado solo en su palabra. “Consciente por la información que tenemos”, añadió, “de que usted lo sabía desde hace al menos más de tres años”. Tanto Feijóo como los diputados que repitieron luego la acusación se eximieron de ofrecer ningún otro tipo de prueba. Y como Sánchez optó por ignorarla, el líder del PP se sintió ratificado: “Está claro que lo sabía”. O “el que calla otorga”, que sentenciaría después su más fiel peón, el portavoz del grupo, Miguel Tellado.
Con todos esos ingredientes, Feijóo avanzó un paso más, aludió a la proximidad a la dirigencia del PSOE de Koldo García, el asesor del exministro José Luis Ábalos detenido por supuesto cobro de comisiones, para completar su relato y sostener que la corrupción ha acompañado toda la trayectoria reciente de Sánchez. Según el líder del PP, esa corrupción “surgió en la cabeza del PSOE”, se instaló “en el corazón del Gobierno” y constituyó la “partida de nacimiento de su carrera política”. En su intervención final, Feijóo se quedó sin tiempo y, ya con el micrófono apagado, se le oyó reclamar la dimisión de medio Ejecutivo.
Sánchez torcía el gesto en su escaño y cuando se levantó para responder, tampoco se anduvo con rodeos: “Causa sonrojo que usted piense que puede sacar tajada política de la corrupción”. En sus dos réplicas, el presidente se dedicó a presumir de que él ha sido “implacable” para “combatir la corrupción” sin escudarse en los “discursos vacuos” que atribuyó al PP. Aunque estaba implícito en sus palabras, evitó citar la marcha al Grupo Mixto del exministro Ábalos y prefirió ofrecer como prueba de su compromiso el anuncio de una comisión de investigación en el Congreso sobre los contratos de las mascarillas.
El líder socialista citó desde “los martillazos” para destruir los discos duros del extesorero del PP Luis Bárcenas, a las actuaciones de la llamada “policía patriótica” para tapar el escándalo de financiación ilegal. Se agarró sobre todo al modo en que Feijóo llegó al liderazgo de su partido, después de la defenestración de Pablo Casado por acusar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de favorecer que su hermano cobrase una comisión también por la venta de mascarillas en la pandemia. “Yo llegué para combatir la corrupción, usted para taparla. ¿Por qué cayó el señor Casado?”, remarcó. Más tarde, durante una pregunta sobre vivienda de la líder de Podemos, Ione Belarra, el presidente debió de recordar una frase que se había dejado en el tintero y la recuperó: “Yo corto por lo sano, otros le cortan la cabeza a quienes denuncian la corrupción”.
El barrizal ya fue incesante hasta concluir la sesión de control. El caso Koldo no solo ocupó la batería de preguntas que el PP había formulado a los ministros de Justicia, Interior, Transportes y Política Territorial. El asunto surgió en casi cada una de las intervenciones de la oposición, ya fuese por la igualdad en el deporte o por la gestión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Hablando sobre este último asunto, el popular Manuel Cobo remató con el chiste de la mañana: “Ustedes ocupan todas las instituciones, dejan tierra quemada y no quedan ni los res-coldos”.
En el duelo de Tellado con el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, quedó claro algo que ya se había intuido en las intervenciones de Feijóo: que Ábalos ha pasado en 24 horas de villano a objeto de deseo del PP. El portavoz del Grupo Popular hasta promocionó una entrevista que el exministro estaba ofreciendo a esa misma hora en Onda Cero. Tellado elevó aún más las afirmaciones de Feijóo sobre que Sánchez lo sabía todo desde el principio y concluyó: “El Gobierno está cercado por la corrupción política, moral y económica”.
Bolaños persistió en la línea argumental de Sánchez. Consideró “sorprendente” que se haya erigido en denunciante de la corrupción un partido que arrastra “cientos de casos”, comparó la reacción del PSOE estos días con la que mostraron en su momento los populares ante sus propios escándalos y acabó repitiendo: “Me repugna la corrupción”.
Bolaños replicaba con tal energía que, al acabar cada intervención, golpeaba bruscamente el micrófono para plegarlo. Hasta que se lo hizo notar el popular Manuel Cobo y desde entonces ya se tomó más cuidado. Por el medio aún tuvo que medirse a la portavoz de Vox, Pepa Millán, quien sacó las mismas conclusiones que el PP, con unas acusaciones incluso más gruesas y la misma tranquilidad para ahorrarse presentar alguna evidencia. Mientras los españoles estaban encerrados en sus casas, los socialistas “hacían caja y se llenaban los bolsillos”, según Millán. Porque este, prosiguió, es el “caso PSOE”, un partido que desde siempre se ha dedicado a “enriquecerse a base de robar a los españoles”.
En medio de la gresca no podía faltar el actual ministro de Transportes, el siempre aguerrido Óscar Puente. El PP argumentaba que Sánchez no podía desconocer lo que hacía un asesor como Koldo García, y Puente consideró que tal acusación se vuelve como un “bumerán” contra los populares. Y para ilustrarlo fue citando los escándalos que la dirigencia del PP siempre negó conocer, hasta acabar, cómo no, en el joven Feijóo que, según sigue diciendo hasta hoy, desconocía que su amigo de años era un capo del contrabando en Galicia.
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