Calviño esquiva los ataques por la amnistía en el Senado y reivindica un Gobierno que ha restablecido “la estabilidad de los mercados”
Bolaños asegura que ocho vocales del Poder Judicial están “a las órdenes estrictas de Génova”
Llegó Nadia Calviño al Senado entre los besos y apretones de manos de quienes se acercaban a su escaño para felicitarla por su futuro nombramiento como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), anunciado el pasado viernes. La aún vicepresidenta primera y ministra de Economía acudía en la tarde de este martes al cuadrilátero paralelo de la Cámara alta para intervenir en la primera sesión del control al Gobierno celebrado tras la investidura de Pedro S...
Llegó Nadia Calviño al Senado entre los besos y apretones de manos de quienes se acercaban a su escaño para felicitarla por su futuro nombramiento como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), anunciado el pasado viernes. La aún vicepresidenta primera y ministra de Economía acudía en la tarde de este martes al cuadrilátero paralelo de la Cámara alta para intervenir en la primera sesión del control al Gobierno celebrado tras la investidura de Pedro Sánchez, en un pleno que arrancó apenas una hora después de que se iniciase el debate sobre la ley de amnistía en el Congreso. Los senadores populares centraron también sus ataques en la medida de gracia los encausados por el procés y las cesiones a los socios en un día “aciago para la democracia”. Unos envites que Calviño despejó, enérgica, afirmando que Sánchez ha restablecido la “estabilidad de los mercados” y la “unidad de España”. Y en una jornada que subió de decibelios cuando el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la parlamentaria del PP, Marimar Blanco, se enzarzaron por las conversaciones con Bildu. “¿Piensan usar la ley de amnistía para perdonar a terroristas de ETA?”, lanzó la hermana de Miguel Ángel Blanco, concejal asesinado por la banda terrorista. El ministro se refirió luego al bloqueo del CGPJ y señaló que hay ocho vocales del Poder Judicial que están “a las órdenes estrictas de Génova”.
Calviño fue de las pocas ministras ausentes en la primera hora del debate sobre la amnistía en el Congreso y la primera en responder a las preguntas de los senadores en la Cámara alta, fortín del PP por su mayoría absoluta. La portavoz del grupo parlamentario popular, Alicia García, se estrenó en su nuevo puesto cargando contra el Ejecutivo por “dañar la Constitución y la convivencia de los españoles” por los pactos con Junts y ERC. “¿Cree que la estabilidad del Gobierno se puede gestionar fuera de España? Usted que ahora va a presidir el Banco Europeo de Inversiones, explíquenos: ¿qué clima favorable a la inversión puede ofrecer un país con un Gobierno en vasallaje?”, inquirió García, que finalizó entre aplausos de los 144 parlamentarios del PP y pidiendo a su portavoz adjunto, Javier Arenas, con golpecitos en el brazo, que cesaran las palmadas.
Contraatacó la vicepresidenta primera afirmando que en el PP “ni entienden ni respetan la diversidad” de España. “En 2018, los inversores internacionales solo me hacían una pregunta: ‘¿Qué pasa con Cataluña?’ Y hoy nadie me pregunta por una posible independencia de Cataluña”. Calviño capeó las preguntas sobre la amnistía, sin mencionarla expresamente, ensalzando el Gobierno de Sánchez, “que ha contribuido a la confianza de los mercados”, a “la estabilidad política”, a “la vertebración” del país y a “la unidad de España”.
—¿Cómo puede decir que a la gente no le preocupa lo que se vive en Cataluña? Vea los miles de personas que están saliendo a la calle. Ese mismo triunfalismo lo tiene cuando habla de la situación económica. La realidad económica no es la que usted describe—, agregó el senador popular José Manuel Barreiro.
—Llevan cinco años y medio diciendo que el fin del mundo se acerca. Y la realidad es que la economía ha evolucionado bien gracias a las medidas que hemos puesto en marcha—, sentenció la vicepresidenta.
En la bancada estaban sentados junto a Calviño otros miembros del Gobierno: Yolanda Díaz, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Mónica García, Ángel Víctor Torres, Óscar Puente y Elma Saiz. Que también intervinieron a preguntas de los senadores. Salió a relucir la Conferencia de Presidentes que reclaman los barones autonómicos del PP, los fallos en la red de Cercanías de Madrid y la falta de médicos de atención primaria.
Pero uno de los momentos más tensos se vivió cuando la senadora del PP, Marimar Blanco, dejó su puesto como secretaria de la Mesa para ubicarse en el escaño y dirigirse desde allí al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. La hermana de Miguel Ángel Blanco sostuvo que hay un “pacto encapuchado” detrás del sí de Bildu a Sánchez, a quien otorgaron su apoyo en la investidura sin contraprestaciones. “Bildu no es la madre Teresa de Calcuta para que regalen sus votos a cambio de nada. Dejen de vender la memoria de nuestros asesinados a cambio de un puñado de votos”.
Bolaños hizo suyas las palabras de Alberto Núñez Feijóo, que acusa a Sánchez de “levantar un muro” entre españoles con sus políticas y declaraciones, contribuyendo así a la polarización. “Parece mentira que me diga a mí que estamos levantado un muro con el tono que ha utilizado en su pregunta”, respondió el ministro de la Presidencia. “Afortunadamente, la democracia española acabó con ETA hace más de diez años. Gracias a gente valiente como el presidente Zapatero y el lehendakari Patxi López”, prosiguió Bolaños, que hizo revolverse en sus escaños a los senadores populares, que señalaban a Blanco entre gritos de “¡¿A ella?!”.
El ministro de la Presidencia fue uno de los últimos ministros en abandonar el Senado y cargó contra el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial por parte del Partido Popular. “Esos ocho vocales que tanto daño están haciendo a la reputación del Consejo y al Poder Judicial y al funcionamiento del servicio público de la justicia, son vocales que hacen lo que ustedes, del PP, les dicen. A las órdenes estrictas de Génova. Y por eso se extralimitan de la ley o emiten un informe sobre un folio en blanco”, aseveró. La Mesa del Senado aprobó la semana pasada pedir un informe al CGPJ sobre la ley de amnistía que el Congreso rechaza por tratarse de una proposición de ley y, por tanto, no ser obligatorio.