Sumar y Podemos descartan la escisión pese a las fuertes tensiones

Ione Belarra insiste en que partido actuará con “total autonomía parlamentaria” pero sin abandonar el grupo

La portavoz de Sumar, Marta Lois, este jueves en la sala de prensa del Congreso.J.J. Guillen (EFE)

Podemos tensa la cuerda, pero no la rompe. Y Sumar rehuye el choque y no entra el trapo. La actitud de los cinco diputados de Podemos, una vez que su partido ha quedado fuera del Gobierno, será uno de los ...

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Podemos tensa la cuerda, pero no la rompe. Y Sumar rehuye el choque y no entra el trapo. La actitud de los cinco diputados de Podemos, una vez que su partido ha quedado fuera del Gobierno, será uno de los muchos quebraderos de cabeza que esperan al Ejecutivo de Pedro Sánchez en esta legislatura. La secretaria general de la formación, Ione Belarra, ha insistido este jueves en que a partir de ahora actuarán en el Congreso con “total autonomía política y parlamentaria”, lo que no quiere decir que entre sus planes inmediatos figure pasarse al Grupo Mixto. En la dirección de Sumar aseguran que tampoco van a tomar ninguna medida que empuje a los de Belarra a romper con la coalición en la que concurrieron a las pasadas elecciones.

Tras el desenlace de la formación de Gobierno, las diferencias entre el partido fundado por Pablo Iglesias y la plataforma de Yolanda Díaz parecen ya irreconciliables. En Sumar se ha instalado además la certeza de que Podemos se presentará en solitario a las elecciones europeas de la próxima primavera. Nadie considera viable una reconciliación, pero al mismo tiempo nadie quiere aparecer como el responsable de la ruptura definitiva. Y ninguna de las dos partes se muestra dispuesta a dar pasos, al menos en el corto plazo, para quebrar el grupo parlamentario en el Congreso.

Podemos no solo niega que esté pensando en pasarse al Grupo Mixto, sino que desliza la idea de que es la dirección de Sumar la que podría enseñarle la puerta. Belarra lo había dejado caer el miércoles en una entrevista en TVE y volvió con ello este jueves en una comparecencia ante la prensa en el Congreso: “Así como Sánchez nos ha echado del Gobierno, yo no descarto que nos echen del grupo parlamentario de Sumar”. La portavoz del grupo, Marta Lois, lo desmintió públicamente y fuentes de la formación lo ratificaron en privado: “Parece que es eso lo que están buscando, pero no lo van a ver”.

Belarra insistió en su tesis de que, con la salida de Podemos, el Gobierno se ha quedado sin “izquierda transformadora”. Y su propósito a partir de ahora es “utilizar la autonomía política” para “impulsar” esas medidas transformadoras y “recuperar la fuerza política que tenía Podemos” en el pasado.

¿Hasta dónde puede llegar ese ejercicio de autonomía? Los responsables del partido aseguran que sus cinco votos tendrán que negociarse aparte de los de Sumar y que su apoyo a las medidas del Gobierno, incluso a los próximos Presupuestos, no se puede dar por garantizado sin un diálogo previo. Fuentes de la formación subrayan, en todo caso, que su principal manera de diferenciarse será criticando públicamente las actuaciones del Ejecutivo con las que estén disconformes. Belarra lo había demostrado con hechos en los últimos días y lo reiteró este jueves al sostener que el viaje de Pedro Sánchez a Israel como presidente de turno del Consejo Europeo solo ha servido para “blanquear” al primer ministro, Benjamín Netanyahu.

La pretensión de autonomía de Podemos choca con algunos obstáculos. La dirección de Sumar los excluyó de las portavocías adjuntas del grupo, lo que los ha privado de firma acreditada para poder presentar iniciativas por su cuenta o respaldar las de los grupos nacionalistas de izquierda, ERC, EH Bildu y BNG, con los que coincide a menudo en sus posiciones. Fuentes de Sumar aseguran además que en los acuerdos de adhesión de Podemos, la formación de Belarra se comprometió a permanecer dentro del grupo parlamentario conjunto. A cambio, recibirá una asignación de cerca de dos millones de euros, señalan las mismas fuentes. Si se fuese al Grupo Mixto, tendría las manos más libres políticamente, aunque debería repartir tiempo y recursos con BNG, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro (UPN).

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El reglamento interno de Sumar está todavía siendo negociado entre todos sus grupos. Las fuentes consultadas dan por hecho que incluirá medidas para salvaguardar la disciplina interna con un régimen de sanciones. Pero la imposición de una estricta disciplina de voto como en los grandes partidos resulta prácticamente imposible en un conglomerado de tantas formaciones diferentes. Compromís, por ejemplo, ya se garantizó en los acuerdos previos que dispondrá de libertad de acción en las cuestiones que afecten de lleno a la Comunidad Valenciana. En la anterior legislatura, dentro del grupo de Unidas Podemos se registraron en alguna ocasión diferencias de voto por parte de los catalanes de En Comú y de Izquierda Unida.

En la misma sala de prensa del Congreso donde Belarra había dejado sus avisos una hora antes, la portavoz parlamentaria de Sumar, sin entrar al choque directo, dedicó algún reproche a Podemos. Marta Lois emplazó a sus diputados a respetar la “cohesión” interna y se preguntó “qué entienden por formar parte del grupo” si están sugiriendo que podrían votar por libre en determinados temas. Lois señaló que es dentro del grupo donde Podemos debe plantear sus posiciones, porque allí se va a “negociar, discutir y acordar”.

En lo único que parecen de acuerdo Sumar y Podemos es en su voluntad de no forzar la ruptura. Lo demás son incógnitas: hasta dónde están dispuestos a llegar los de Belarra y hasta dónde están dispuestos a tolerar la disidencia los de Díaz. Y, también, si el PSOE aceptará a Podemos como un interlocutor aparte. La cuestión se la plantearon este jueves al portavoz socialista. Patxi López casi salió corriendo.

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