Feijóo se apoyará en la protesta de la calle frente a la mayoría parlamentaria a favor de la amnistía

El PP difunde el relato a la prensa extranjera de que España puede terminar sancionada por Bruselas como los países del Este y compara a Sánchez con el ultraconservador Viktor Orbán

Alberto Núñez Feijóo, el martes durante una reunión con una treintena de corresponsales extranjeros en España en la sede del PP, en una imagen distribuida por el partido.Tarek

Alberto Núñez Feijóo llega a la investidura de Pedro Sánchez cabalgando la ola de rechazo a la amnistía que se ha desatado con furia en la derecha. El presidente de los populares se siente reforzado por las multitudinarias movilizaciones de las últimas semanas y en su discurso en la investidura del ...

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Alberto Núñez Feijóo llega a la investidura de Pedro Sánchez cabalgando la ola de rechazo a la amnistía que se ha desatado con furia en la derecha. El presidente de los populares se siente reforzado por las multitudinarias movilizaciones de las últimas semanas y en su discurso en la investidura del líder socialista se apoyará en la legitimidad de la calle, defendiendo que “España es un clamor en contra de la amnistía”, según fuentes del PP, ante la legitimidad parlamentaria de la medida de gracia, que cuenta con el respaldo de la mayoría absoluta de los diputados en el Congreso. Frente a la tozuda realidad de los votos en el Parlamento, el líder del PP busca también el apoyo de la Unión Europea, difundiendo el relato de que España está incurriendo en una vulneración del Estado de derecho similar a la de los países del Este, como transmitió el martes a los corresponsables de prensa extranjera en España.

“Estamos viendo un clamor en las calles que no se había visto desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco”, les dijo Feijóo a una treintena de informadores de medios extranjeros, entre los que se encontraban el diario británico The Guardian (que respaldó el martes la ley de amnistía en un editorial) o la agencia Reuters, en una reunión en la sede nacional del partido en la madrileña calle de Génova, según las anotaciones de varios de ellos. En ese argumento se apoyará el líder del PP en su discurso, aunque en privado la dirección del partido cree que las movilizaciones han tocado ya techo y que aunque todavía serán intensas esta semana y el sábado 18 en Madrid, el pico máximo fue el del domingo y tras la investidura irán decayendo. “Después del puente de diciembre llega enseguida la Navidad y ya todo se relajará”, admiten en Génova, conscientes también de que las protestas no van a cambiar el curso de la investidura, que saldrá adelante.

La otra vertiente de la estrategia de Feijóo ante la investidura del líder socialista se libra en Bruselas. El líder del PP ha lanzado esta semana una movilización en las instituciones comunitarias para tratar de frenar la ley de amnistía y no duda en difundir el relato en el exterior de que España puede terminar sancionada por la Unión Europea como los países del Este, como transmitió el martes a los corresponsales extranjeros. En ese encuentro, Feijóo les dijo que, en su opinión, la norma “arrasa con la seguridad jurídica de un Estado miembro de la Unión Europea” y eso podría tener consecuencias en las instituciones comunitarias con un procedimiento por vulneración del Estado de derecho. “Los países que intentaron algo similar en Europa contaron con el rechazo expreso de los órganos comunitarios”, defendió Feijóo ante la prensa internacional, asegurando que España podría sumarse a Rumania, Polonia y Hungría como país señalado por el ataque a su Estado de derecho, según informó el PP.

En ese encuentro, Feijóo estuvo acompañado por el vicesecretario institucional de los populares, Esteban González Pons, quien llegó a decir a los corresponsales que la ley de amnistía es “propia del franquismo” y que el “precedente más directo” a lo que está pasando en España es el “de Rumanía en 2019″. Este país ha llegado a cuestionar la primacía del derecho comunitario sobre el nacional para sortear una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que señaló que los tribunales rumanos deberían ignorar las decisiones del Constitucional si estas conducían a la impunidad sistémica en casos de corrupción.

“Help Spain” (Ayuda a España), decía el lema que proyectó el PP en la pared de la sala en su encuentro con los informadores extranjeros, y que algunos dirigentes, como González Pons, han empezado también a difundir en las redes sociales. González Pons, que es además vicepresidente del Partido Popular Europeo, comparó en X (antes Twitter) al presidente socialista con el ultraconservador primer ministro de Hungría, cuyo Gobierno lleva años en un abierto enfrentamiento con Bruselas por su avance hacia un régimen iliberal. “El daño a la democracia española es el daño a la democracia europea. Pedro Sánchez es el Viktor Orbán del sur. Help Spain”, escribió el dirigente del PP. Fuentes de Génova admiten, sin embargo, que es muy difícil que Bruselas pueda terminar actuando contra España igual que ha hecho en estos países, porque “España no es Polonia” por su peso en la Unión y porque las instituciones comunitarias ponderarán mucho entrar a juzgar una decisión legislativa de un Estado miembro.

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Igual que hizo la víspera ante la prensa extranjera, Feijóo pivotará también su discurso en la investidura de este miércoles en el “fraude electoral masivo” que sostiene que comete Sánchez por conseguir su presidencia sin haberse manifestado a favor de la amnistía antes de las elecciones. El mensaje, que el PP lleva semanas utilizando, coquetea con la idea de la ilegitimidad del Gobierno que lanza sin tapujos Vox. La competición con la extrema derecha sigue marcando el tono del líder popular, a quienes las voces más moderadas de la derecha le piden en cambio que, si quiere evitar la amnistía, ofrezca a Sánchez la abstención de sus 137 diputados durante el debate. Así lo ha argumentado el exsecretario de Estado con el PP José María Lassalle en EL PAÍS. “Si lo hiciera, Sánchez tendría que decidir en conciencia y, mientras se decide, España vería cómo alguien se arriesga personalmente al servicio del único patriotismo posible: aquel que trabaja por la concordia de todos”, escribe Lassalle. No lo ven en el equipo de Feijóo y nadie lo espera en la dirección del PP. “Sería muy difícil justificar que hacemos presidente a Sánchez”, argumentan en la cúpula.

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