PSOE y Sumar registran con el resto de socios salvo Junts una reforma para usar las lenguas cooficiales ya en la investidura de Feijóo

El partido de Puigdemont no suscribe el texto pero lo apoyará. La iniciativa se aprobará en un pleno extraordinario en lectura única

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, a su salida del Congreso de los Diputados el 25 de agosto.FERNANDO ALVARADO (EFE)

La mayoría que se está fraguando para la investidura de Pedro Sánchez da un nuevo paso este miércoles con el registro de la proposición de ley para reformar el reglamento del Congreso y permitir que se puedan usar las lenguas cooficiales en todos los plenos, algo inédito. PSOE y Sumar han acelerado los trámites para registrarlo este mismo miércoles, para que pueda ser calificado la próxima semana en la Mesa del Congreso y llevarlo a un pleno extraordinario la semana siguiente. La iniciativa lleva la firmas de todos los grupos de la nueva mayoría —PSOE, Sumar, ERC, PNV, Bildu y BNG— salvo Junts...

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La mayoría que se está fraguando para la investidura de Pedro Sánchez da un nuevo paso este miércoles con el registro de la proposición de ley para reformar el reglamento del Congreso y permitir que se puedan usar las lenguas cooficiales en todos los plenos, algo inédito. PSOE y Sumar han acelerado los trámites para registrarlo este mismo miércoles, para que pueda ser calificado la próxima semana en la Mesa del Congreso y llevarlo a un pleno extraordinario la semana siguiente. La iniciativa lleva la firmas de todos los grupos de la nueva mayoría —PSOE, Sumar, ERC, PNV, Bildu y BNG— salvo Junts, que ha optado por no poner su nombre en ella, aunque tiene previsto respaldarla. El grupo de Carles Puigdemont hace así un nuevo gesto de distancia, pero está detrás de la iniciativa y de hecho fue uno de los partidos que la exigió, con ERC. La reforma necesita lograr la mayoría absoluta del Congreso, 176 escaños, pero en principio puede contar con los 178 que respaldaron la presidencia de Francina Armengol el 17 de agosto.

La idea es que se pueda aplicar la reforma ya el día 26, en el pleno de investidura de Alberto Núñez Feijóo. Desde el punto de vista técnico, es sencillo hacerlo porque se trata de una proposición en lectura única que solo necesita un pleno para ser aprobada. Otra cuestión es la política, porque la iniciativa tiene el rechazo de Vox y del PP. Alberto Núñez Feijóo, líder de este último partido, ha sido claro en las redes sociales: “Soy gallego y hablo mis dos lenguas, pero no concibo un Congreso con pinganillos. Si todos los políticos nos comunicamos en la lengua común, no procede que los ciudadanos paguen para entendernos en el hemiciclo. Puigdemont y Díaz no necesitaron traductor”.

En cualquier caso lo que está claro es que se verá de nuevo en acción a la misma mayoría que hizo a la socialista Francina Armengol presidenta del Congreso el 17 de agosto, y que mostró muy claramente que Sánchez tiene una posibilidad de ser presidente si logra un acuerdo con Junts, pero Feijóo no tiene ninguna porque le faltan cuatro votos.

Esta reforma era una de las condiciones de los independentistas catalanes de Junts y ERC para apoyar a Armengol como presidenta. De hecho, la propia elección de la expresidenta de Baleares es un gesto que muestra que será una legislatura diferente, con espacio para las lenguas cooficiales y muy centrada en cuestiones territoriales.

El cambio del reglamento tocará varios puntos para poder garantizar el uso de las lenguas cooficiales en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria. Es necesario así tocar el reglamento en los artículos en los que se limita el uso de idiomas al castellano, no solo en las intervenciones de los parlamentarios, sino también en el registro y en la publicación de las iniciativas, que será ampliado a todas las lenguas cooficiales. La reforma implicará la contratación de traductores que aún no se ha producido, pero el PSOE confía en tener todo listo para el pleno de investidura de Feijóo. El cambio es sencillo, y sobre todo implica incluir un apartado 3 al artículo 6 del texto, en el que se señala que “los diputados y diputadas tendrán el derecho de usar en todos los ámbitos de actividad parlamentaria, incluidas las intervenciones orales y la presentación de escritos, cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficial en alguna comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente estatuto de autonomía”.

La norma prevé un espacio de seis meses hasta que estén listos todos los medios para poder presentar cualquier escrito en las lenguas cooficiales. Pero las intervenciones en el pleno se podrán hacer desde el primer momento. “El Boletín Oficial de las Cortes Generales publicará las iniciativas en la lengua oficial en la que se hayan presentado, además de en castellano”, aseguran los socialistas en la explicación de la iniciativa. “Asimismo, en el Diario de Sesiones se reproducirán íntegramente todas las intervenciones y acuerdos adoptados en las sesiones plenarias, la Diputación Permanente y las Comisiones, tanto en la lengua en la que se hubiesen pronunciado, como en castellano”, añade el texto.

Esta modificación del reglamento responde al compromiso anunciado por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, el día de su elección, de permitir la utilización de todas las lenguas oficiales desde esa misma sesión constitutiva. Los socialistas aseguran que esta medida trae a la Cámara Baja la pluralidad lingüística y responde al mandato constitucional para que el “patrimonio cultural” de las “lenguas españolas” sea “objeto de especial respeto y protección”.

El Senado modificó en 2005 su reglamento, como ahora pretende hacer el Congreso, para permitir el uso de las lenguas cooficiales, pero solo en las sesiones de la Comisión General de las Comunidades Autónomas, que apenas se reúne, mediante traducción simultánea de catalán, valenciano, euskera y gallego. Cinco años después, el Senado volvió a reformar su reglamento para permitir el uso de esas lenguas durante el debate de las mociones en pleno, que se celebran los martes y los miércoles. Y se estableció la posibilidad de que las iniciativas se publicasen en castellano y en las lenguas cooficiales correspondientes. El Senado destinó 280.000 euros en su último presupuesto anual para garantizar el uso de las lenguas cooficiales conforme a estas pautas tras la última reforma.

Lea la propuesta registrada en el Congreso. Si no puede verlo, pinche aquí.

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