La visita de Juan Carlos I irrumpe en la precampaña electoral e incomoda al PSOE y a la Casa del Rey
Felipe VI insta a “ser un ejemplo a seguir en un momento en que son tan necesarios los modelos y referencias éticas”
La llegada del rey emérito a Sanxenxo (Pontevedra), haciendo caso omiso de la indicación de La Zarzuela para que aplazase su visita hasta después de las elecciones del 28 de mayo, irrumpió el miércoles en plena precampaña electoral. Aún no había aterrizado en el aeropuerto de Peinador ...
La llegada del rey emérito a Sanxenxo (Pontevedra), haciendo caso omiso de la indicación de La Zarzuela para que aplazase su visita hasta después de las elecciones del 28 de mayo, irrumpió el miércoles en plena precampaña electoral. Aún no había aterrizado en el aeropuerto de Peinador el jet que lo traía desde Londres, un Global 5000, cuando los partidos políticos ya andaban enzarzados en la polémica.
El principal defensor de Juan Carlos I fue el PP, cuyo vicesecretario de Economía, Juan Bravo, aseguró que “es libre, es español y puede entrar [en su país] cuando él considere, no puede ser de otra manera”. Más entusiasta se mostró el presidente gallego y sucesor de Núñez Feijóo al frente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien aseguró que la visita del anterior jefe del Estado “no es una mala cosa, sino todo lo contrario”, para la promoción de su comunidad. “Se hablará mucho durante estos días de Sanxenxo, de Pontevedra y de Galicia”, alegó Rueda, antes de agradecer al rey emérito que, “dentro de los muchos sitios que podía haber elegido, una vez que ha decidido desplazarse a España, haya elegido a Galicia”. También el diputado Edmundo Bal, de Ciudadanos, defendió el derecho de don Juan Carlos a venir a España “todas las veces que le dé la gana”, pero apostilló: “Si lo hace de una forma lo más discreta posible, mejor para todos. Pretendemos que se preserve el buen nombre de la Casa Real”.
Por el contrario, los socios de coalición del PSOE en el Gobierno y también los de investidura, contrarios a la Monarquía, criticaron con dureza al padre del Rey. La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, calificó de “esperpéntica” la visita y aseguro que la elección democrática del jefe del Estado —es decir, la República— evitaría asistir, “con cierta vergüenza ajena”, al comportamiento del anterior monarca. Por su parte, el ministro de Consumo y coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, aseguró que la visita del rey emérito “está fuera de lugar” y que el comportamiento de este “ha hecho un daño muy importante a la imagen de España”.
El diputado de Compromís y candidato a la Generalitat valenciana, Joan Baldoví, acusó a Juan Carlos I de tener “más cara que espalda” por no haber dado explicaciones de su fortuna en el extranjero. “Me importa muy poco lo que pueda hacer este señor. Lo que me interesa es que dé explicaciones de lo que hizo mientras era jefe del Estado”, agregó. El líder de Más País, Íñigo Errejón, lo acusó de “reírse de los españoles, de los que son republicanos y de los monárquicos”. Por su parte, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, destacó que “está poniendo en muy mal lugar, todavía peor, a la Monarquía española” y exigió al Gobierno que le retire el título de rey emérito.
Las críticas de los partidos a la izquierda del PSOE no se quedaron en meras declaraciones. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Bildu anunciaron que habían pedido la comparecencia del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y de la titular de Hacienda, María Jesús Montero, para que den cuentan de la situación de Juan Carlos I, tanto en relación con sus posibles cuentas pendientes con Hacienda, como con el gasto público derivado de sus visitas a España. Este último se limita al dispositivo policial —por el que ha preguntado el Bloque Nacionalista Galego (BNG)— , ya que se aloja en casa del presidente del Club Náutico de Sanxenxo, Pedro Campos, y viaja en un avión de la compañía Royal Jet LCC, propiedad de la Familia Real emiratí.
A quienes más ha incomodado la visita ha sido al PSOE y a la Casa del Rey, a pesar de que ambos han evitado la polémica, precisamente por eso. Los socialistas se han limitado a expresar su “respeto” por una visita de carácter privado, mientras La Zarzuela confiaba en que esta estancia sea mucho más discreta que la de mayo pasado. Mientras Juan Carlos I aterrizaba en Galicia, su hijo Felipe VI efectuaba su primera visita a Ronda (Málaga), donde se dio un baño de popularidad (fue aclamado por cientos de vecinos y ovacionado por 2.500 escolares que llenaban una de las plazas de toros más antiguas de España). En su discurso, con motivo del 450º aniversario de la Real Maestranza de la ciudad, advirtió de que “el privilegio solo puede entenderse como servicio a los demás” y requiere “ser siempre un ejemplo a seguir en un momento en que son tan necesarios modelos y referencias éticas”.