El anarquista Vicente Cuervo ya es víctima del terrorismo, 43 años después de su asesinato en Vallecas por ultraderechistas
El Gobierno concede la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil al joven de la CNT asesinado en 1980 por la extrema derecha
A Vicente Cuervo Calvo, un joven de 21 años afiliado al sindicato anarquista CNT, lo mataron el 10 de febrero de 1980 durante unos altercados ocurridos en Vallecas (Madrid). Fue abatido con un arma de fuego por un individuo cuya identidad nunca se pudo averiguar. La documentación recopilada sobre este caso ha permitido determinar ahora que Cuervo es una víctima mortal de la acción terrorista perpetrada por un colectivo de extrema derecha. 43 años después del asesinato, ...
A Vicente Cuervo Calvo, un joven de 21 años afiliado al sindicato anarquista CNT, lo mataron el 10 de febrero de 1980 durante unos altercados ocurridos en Vallecas (Madrid). Fue abatido con un arma de fuego por un individuo cuya identidad nunca se pudo averiguar. La documentación recopilada sobre este caso ha permitido determinar ahora que Cuervo es una víctima mortal de la acción terrorista perpetrada por un colectivo de extrema derecha. 43 años después del asesinato, el Consejo de Ministros acordó el pasado 21 de febrero concederle a título póstumo la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo. “Es un acto de justicia porque el asesinato había quedado en el olvido durante años y años”, afirma su sobrino, Miguel Cuervo.
La calificación como víctima del terrorismo equipara a Vicente Cuervo con el resto de damnificados por ETA, los GAL, el Grapo o por atentados yihadistas. Este reconocimiento llega después de las investigaciones que la familia inició hace tres años para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el asesinato. La información que Miguel Cuervo, historiador, fue recopilando con la ayuda de su padre, Juan Carlos Cuervo, para un trabajo académico fue clave para “arrojar más luz” sobre los hechos y sostener que el asesinato de su tío “tuvo una motivación ideológica porque estaba participando en una manifestación en contra de un mitin de Fuerza Nueva en el que participó su líder, Blas Piñar”. En 2022 solicitaron al Ministerio del Interior la concesión de la Gran Cruz: “Estábamos fuera de plazo, pero había algún otro caso en que se otorgó excepcionalmente”, explica el sobrino.
La Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, encargada de instruir el expediente, solicitó un informe pericial al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo para certificar si el atentado contra Cuervo fue de naturaleza terrorista. El trabajo de esta institución, dirigido por el historiador Gaizka Fernández Soldevilla, es concluyente. Los más de 200 folios de documentación aportados al expediente resuelven que es víctima de un acto terrorista que se encuentra en los supuestos recogidos en el artículo 573 del Código Penal. El Ministerio del Interior se ha puesto en contacto con el hermano de Vicente Cuervo para comunicarle que la familia tiene derecho a solicitar una compensación económica. Podría otorgársele esta ayuda de forma “excepcional” pese a que está fuera de plazo.
A esta conclusión se llega tras un estudio pormenorizado sobre atentados perpetrados por grupos de extrema derecha durante la Transición, e incluye referencias con paralelismos entre este suceso y otros de naturaleza similar, algunos de los cuales han sido resueltos con la catalogación de los fallecidos como víctimas del terrorismo. El informe incluye un pronunciamiento en el Congreso del ministro de Interior de la época, Antonio Ibáñez Freire, que ubica la muerte de Cuervo como un acto terrorista de la extrema derecha, así como una sentencia del Tribunal Supremo en la que se hace referencia a un documento que conserva el Centro Memorial y que da veracidad a este hecho como un delito de terrorismo.
Vicente Cuervo, según las averiguaciones realizadas por su sobrino Miguel, era “una persona inquieta y comprometida ideológicamente”, trabajador en la fábrica de Telefunken, militante de la CNT y activista de la contracultura del momento. La mañana del 10 de febrero de 1980, pocos días después de que elementos de la extrema derecha asesinasen en Madrid a la joven comunista Yolanda González, el sindicato FNT, afín a Fuerza Nueva, había convocado un mitin en las inmediaciones del conocido Cine París de Vallecas que no estaba autorizado por el Gobierno Civil de Madrid. Pese a ello, varios ultras, incluido Blas Piñar, acudieron a la cita. Grupos de izquierda convocaron una manifestación de protesta a la que se sumó Vicente junto a su pareja y unos amigos. “Mi tío Vicente no pasaba por allí; había ido a protestar activamente”, recuerda su sobrino. Hubo cargas policiales y en el transcurso de los incidentes, según ha dejado escrito Miguel en su trabajo publicado en la revista Nuestra Historia, “Vicente Cuervo fue asesinado a sangre fría por un individuo de mediana edad con un arma de fuego, en un callejón en frente del bar Dones. Una testigo directa lo confirma con mucha precisión”.
El caso fue sobreseído a los tres meses, sin haberse identificado a nadie como autor de la muerte. Durante los días siguientes la familia llegó a recibir amenazas anónimas, asegura Miguel Cuervo: “A mis abuelos y mis tíos les telefoneaban y les decían ‘vamos a ir a por los hijos que te quedan’, ‘rojos de mierda’. Tengo entendido que el mismísimo [Juan José] Rosón [entonces gobernador civil de Madrid] llamaba a casa tratando de que no se denunciara la muerte de mi tío. No querían líos”. “Este tema fue tabú para la familia durante los primeros años porque resultaba muy doloroso. Esta condecoración nos reconforta bastante”, dice.
El Centro Memorial, con sede en Vitoria y dirigido por Florencio Domínguez, respaldó en su informe la consideración de Vicente Cuervo como víctima del terrorismo. A este se añadió otro dictamen de la Secretaría de Estado de Seguridad en el mismo sentido. El Gobierno español ha resuelto condecorarle en un tiempo”relativamente rápido”, dice su sobrino, lo que ha causado “sorpresa” en la familia. Opina que esta decisión supone “un paso adelante en el reconocimiento de las víctimas de la extrema derecha durante la Transición”, porque “hay muchos casos que tienen el mismo patrón: años y años de olvido, total impunidad y sobre todo silencio y falta de reconocimiento institucional”. El centro que honra la memoria de las víctimas del terrorismo tiene un equipo que se está dedicando a investigar sobre damnificados del terrorismo ultraderechista y parapolicial. “A ellos y a sus familias, que a menudo no fueron amparadas por las instituciones, les debemos justicia, memoria y reparación”, señala Fernández Soldevilla.
Miguel Cuervo, por su parte, refiere que se ha creado el Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT), una asociación que está tratando de reunir “historias similares” de víctimas atacadas por ultras de extrema derecha y los poderes del Estado, y pretende “reparar y reconocer a sus familias”. Cuervo hace hincapié en que la investigación en torno a su tío ha estado motivada por el deseo de “conocer la verdad, no solo para la reparación del dolor causado a la familia, sino también para contribuir al conocimiento histórico y arrojar luz sobre episodios similares ocuirridos durante la Transición”.
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