La embajadora de EE UU en España advierte de “los riesgos de hacer determinados negocios con China”
Julissa Reynoso asegura que la presencia de tropas americanas trae “bastantes beneficios” a las comunidades locales donde van
Es 8 de julio. La bandera ondea a media asta en la residencia de la embajadora de Estados Unidos en Madrid, en el Paseo de la Castellana. Está de luto por las víctimas del último tiroteo, aunque sea difícil llevar la cuenta de las matanzas que se extienden como una plaga por su país. Es la peor cara de una nación que limita el derecho al aborto mientras sacraliza el derecho a llevar armas. Su cara más amable es la de ...
Es 8 de julio. La bandera ondea a media asta en la residencia de la embajadora de Estados Unidos en Madrid, en el Paseo de la Castellana. Está de luto por las víctimas del último tiroteo, aunque sea difícil llevar la cuenta de las matanzas que se extienden como una plaga por su país. Es la peor cara de una nación que limita el derecho al aborto mientras sacraliza el derecho a llevar armas. Su cara más amable es la de Julissa Reynoso, una abogada de 47 años nacida en una zona rural de la República Dominicana que emigró siendo niña a Nueva York, donde la crio su madre en el Bronx antes de que sus buenas notas y una beca la subieran en el ascensor social de la Universidad de Harvard. Desde enero pasado es la primera mujer que representa a Estados Unidos en España y, en solo cinco días de junio, ha tenido que hacer de anfitriona a más personalidades —el presidente Biden, la primera dama, los secretarios de Estado y Defensa y sendas delegaciones del Congreso— que algunos compañeros diplomáticos en toda su carrera. Cuando se le pregunta por el próximo contacto de alto nivel entre los dos países, suspira y pide una tregua.
“Estamos muy satisfechos con el resultado de la cumbre. Creo que todos los aliados lo están porque fue posible llegar a acuerdos en los temas principales. Bilateralmente, esa química que se notó entre el presidente Sánchez y el presidente Biden fue muy importante para dar un empuje a la relación”, resume con una sonrisa.
Pregunta. Uno de los principales acuerdos de la entrevista entre Sánchez y Biden fue la llegada de dos nuevos destructores a la base de Rota. ¿Qué calendario tienen?
Respuesta. La relación bilateral va mucho más allá de la defensa. Hubo una declaración conjunta que engloba muchos temas. Respecto a los destructores, estamos muy agradecidos a España. La idea es poder avanzar con este proyecto en los próximos años, pero no quiero dar fechas porque debo respetar el trámite interno español.
P. ¿Teme que pueda haber problemas para aprobar la medida en el Parlamento español?
R. Espero que no. No solo porque hay un compromiso, sino porque [la presencia de tropas estadounidenses] trae bastantes beneficios a las comunidades locales donde están.
P. El hecho de que forme parte del Gobierno español un partido contrario a la OTAN, ¿dificulta el diálogo con Washington?
R. Yo tengo mi puerta abierta para dialogar con todo el mundo. La relación es tan rica que podemos estar de acuerdo con un grupo sobre un tema y no sobre otro.
P. El anuncio del presidente Sánchez de elevar el gasto militar al 2% del PIB en 2029, ¿satisface a Estados Unidos?
R. No debe satisfacer a Estados Unidos, sino a todos los aliados. Lo vemos positivo, pero no es un tema bilateral, sino colectivo, para fortalecer nuestra alianza y responder a las amenazas que vivimos. Este compromiso económico no es nada nuevo. Viene de la cumbre de Gales de 2014. Ahora estamos viviendo una guerra en Europa. Espero que los europeos se comprometan y muchos lo han hecho. Pero insisto en que no es un tema americano, sino de todos los miembros de la OTAN.
P. ¿Cómo valora el apoyo de España a Ucrania?
R. Estamos muy satisfechos. España ha reaccionado colectivamente de manera extraordinaria ante la situación de Ucrania, no solo en materia de defensa. La primera dama visitó un centro de refugiados [en Pozuelo de Alarcón, Madrid] y uno de los temas de la conversación de los dos presidentes fue la forma en que España ha recibido a las familias ucranianas. Es un ejemplo para el mundo.
P. Usted de niña fue inmigrante. ¿Cómo debe abordarse el fenómeno de la inmigración?
R. Estamos ante una situación compleja, tras la crisis de la covid y con la guerra de Ucrania. Tenemos que asegurarnos de que podemos crear vías para que las personas puedan emigrar de manera legal y segura. Y eso no es nada fácil. También hay que garantizar que se aplica la ley, que es algo que todos los países soberanos tienen derecho a hacer. Finalmente, coordinar esfuerzos para que esos países [de origen de la inmigración], desde Centroamérica al Sahel, puedan desarrollarse.
P. ¿Cómo puede ayudar España en Centroamérica?
R. En [la cumbre de las Américas en] Los Ángeles, España, con otros países, ha hecho una declaración importante expresando su interés en crear mecanismos legales para que personas, en estos momentos de Honduras, puedan venir a España a trabajar legalmente. Es algo que está manejado el Gobierno hondureño con España, pero tenemos gran interés en apoyar.
P. De momento se han barajado cifras simbólicas, unos pocos cientos de personas.
R. Para las personas afectadas es una oportunidad que puede cambiar sus vidas. Nuestro objetivo es seguir dialogando con España para aumentar esos números. En mayo creamos un grupo de trabajo conjunto sobre Centroamérica. El presidente Biden está muy interesado en avanzar por ese camino.
P. ¿Y cómo puede ayudar Estados Unidos a luchar contra la inmigración irregular en el norte de África?
R. En abril nos incorporamos a la Alianza Sahel, que en estos momentos encabeza España. La mejor manera es apoyar los esfuerzos de desarrollo e invertir en los países de donde proceden los inmigrantes.
P. Las relaciones políticas han mejorado, pero EE UU aún mantiene aranceles sobre productos españoles como aceitunas o torres eólicas…
R. Hemos avanzado bastante en la relación comercial y nuestro interés es seguir haciéndolo. [Pero] estos asuntos de aranceles tienen un proceso muy técnico, que manejan varias agencias federales, y todavía no puedo decirle con certeza cómo y cuándo vamos a finalizar.
P. ¿Se suprimirán los aranceles?
R. A nivel político, hay un compromiso de resolver todos los temas pendientes con España, dentro de lo que cabe en la ley, pero hay un proceso técnico-administrativo que debe seguirse y hay que dejar que termine.
P. Uno de los puntos más espinosos son los procedimientos contra empresas españolas que operan en Cuba en aplicación de la Ley Helms-Burton.
R. La postura de Estados Unidos sobre Cuba es conocida: apoyamos al pueblo cubano para que tenga acceso a la democracia. Aplicamos los instrumentos que tenemos, incluida esa ley, que es de los años noventa, para pedir cuentas a las personas y empresas que puedan estar fortaleciendo al régimen. El presidente Biden ha dado pasos importantes para mejorar el flujo de viajes y contactos con el pueblo cubano y [sin embargo], como usted sabe, la situación en Cuba no ha mejorado, incluso vimos el año pasado la respuesta que hubo a los ciudadanos que se manifestaban pidiendo mejores condiciones de vida. En Cuba debe haber un cambio y debe darse en la isla.
P. ¿Es España lo bastante firme con los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua?
R. Tenemos bastantes contactos con el Gobierno español sobre esos países y compartimos el deseo de que puedan mejorar las condiciones para sus ciudadanos. Me siento satisfecha porque compartimos ese objetivo. Ahí lo dejo.
P. ¿Coinciden en el objetivo pero no en la estrategia?
R. Hay cosas que no tenemos en común, pero ambos tenemos el mismo interés. Como en muchos temas.
P. ¿Ha cambiado Estados Unidos su actitud hacia Venezuela?
R. La posición sigue igual: cómo podemos presionar al régimen para abrir espacios democráticos y celebrar elecciones. Mis colegas de Washington han pedido a los actores principales que vuelvan al diálogo, en México o en otro lugar, y esperamos que lo hagan. Ese ha sido el objetivo principal de nuestra administración.
P. ¿Sigue vigente el reconocimiento de la soberanía marroquí del Sahara que hizo el presidente Trump?
R. Cuando llegamos al Gobierno revisamos la postura en muchos temas, cambiamos algunas cosas y otras no. En este contexto, tenemos el compromiso de apoyar el diálogo y las gestiones del enviado especial del secretario general, con quien estamos en contacto, pero al mismo tiempo estudiamos el plan de Marruecos y lo vemos como algo que tiene potencial.
P. ¿Cree que el cambio de la postura española favorece la resolución del conflicto?
R. Puedo decirle cuál es nuestra postura. El Gobierno español tiene otros intereses y otra historia que nosotros no tenemos.
P. ¿Debe incluir España a la empresa china Huawei en la lista negra de suministradores de alto riesgo para su red 5G?
R. En nuestra opinión, hay empresas que no cumplen con los estándares del 5G. El Gobierno español tiene que ver si Huawei tiene las herramientas, la capacidad y la integridad para poder cumplir con esa ley. En nuestra experiencia, esa empresa no ha cumplido en el pasado con normas de transparencia y responsabilidad, pero se lo dejo a los técnicos españoles para que lo determinen.
P. En la cumbre de la OTAN se subrayó que, aún peor que la dependencia energética de Rusia, puede ser la dependencia tecnológica de China…
R. Nuestra posición hacia China es que hay espacios donde podemos cooperar y espacios donde somos adversarios. No solo en Europa, sino en África o Asia, hemos visto que muchas veces las empresas chinas actúan en su propio beneficio y no en el de los países donde están y las normas internacionales de conducta no necesariamente se respetan. En ese marco, hay que entender los riesgos asociados a hacer negocios con ciertas empresas y sectores chinos.
P. En 2015, el Gobierno español alcanzó un acuerdo con la Administración Obama para retirar las tierras contaminadas por las bombas nucleares de Palomares. ¿Se va a retomar este proyecto?
R. Estamos muy abiertos a dialogar sobre el tema. Cualquier propuesta del Gobierno español para poder avanzar en ese diálogo estamos dispuestos a tratarla.