Sánchez trata de calmar a los fondos de EE UU ante su inquietud por la reforma laboral y la ley de vivienda
El presidente presume de que en España no hay movimiento antivacunas y pide que no se ideologice la pandemia
Pedro Sánchez se ha enfrentado hoy, en su primer día en una gira en EE UU que le lleva a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, a la cruda realidad de los grandes fondos de inversión de la mayor economía del mundo: no les gusta la nueva ley de vivienda por los posibles límites a las subidas del alquiler y recelan también de la reforma laboral que prepara el Ejecutivo y han pactado el PSOE y Unidas Podemos. Sánchez, según varias fuentes presentes en la reunión, tuvo que esforzarse para convencer a varios directivos de fondos y bancos como Blackstone, Providence Equity Partners, JP Morgan, Sor...
Pedro Sánchez se ha enfrentado hoy, en su primer día en una gira en EE UU que le lleva a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, a la cruda realidad de los grandes fondos de inversión de la mayor economía del mundo: no les gusta la nueva ley de vivienda por los posibles límites a las subidas del alquiler y recelan también de la reforma laboral que prepara el Ejecutivo y han pactado el PSOE y Unidas Podemos. Sánchez, según varias fuentes presentes en la reunión, tuvo que esforzarse para convencer a varios directivos de fondos y bancos como Blackstone, Providence Equity Partners, JP Morgan, Soros Fund Management, Bank of America o Morgan Stanley, y también AmCham, la cámara de comercio de EE UU en España, de que estas reformas no ahuyentarán sus inversiones.
El presidente les explicó que la reforma laboral, pactada con Unidas Podemos y negociada también con Bruselas, implicará que España camina más hacia el modelo alemán de relaciones laborales, donde hay paz social pero también flexibilidad para que los empresarios se adapten a las circunstancias a través de los ERTE, sin despedir. Sánchez les explicó que España es un país con pocas huelgas, con paz social y negociación constante entre empresarios y sindicatos. Y en cuanto a la nueva ley de vivienda, que algunos con intereses en el mercado inmobiliario español cuestionaron porque están preocupados por los límites a la subida del alquiler y por la reducción de los castigos a las ocupaciones, según explicaron, Sánchez insistió en que será una legislación como otras europeas y tampoco tienen de qué preocuparse.
Los ejecutivos están muy encima de las reformas legales y le preguntaron con mucho detalle, incluso querían saber si el Gobierno español va a retirar el recurso que tiene en el Constitucional contra la ley de vivienda catalana que precisamente permite esos límites al alquiler. La retirada de ese recurso, que en cualquier caso se presentó sin solicitar la paralización de la norma, es uno de los ejes de la negociación entre el Gobierno y la Generalitat y está encima de la mesa para la primera reunión de la mesa bilateral prevista para el 2 de agosto.
Según varias fuentes presentes en el encuentro, la reunión fue exitosa y el presidente logró tranquilizar estas inquietudes. “Ha sido una reunión muy productiva, el presidente ha respondido a todas las dudas de los inversores”, asegura Jaime Malet, presidente de AmCham. El PSOE y Unidas Podemos están precisamente ahora en una compleja negociación interna de la ley de vivienda y el grupo que lidera Yolanda Díaz acusa a los socialistas y en especial a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, de ser demasiado sensible a las presiones de estos grandes fondos de inversión internacionales que compraron miles de viviendas a bancos semiquebrados durante la anterior crisis y ahora son actores importantes del mercado inmobiliario español.
Sánchez ha comprobado en directo esas presiones, pero también ha logrado, según estas fuentes, que muchos de estos inversores se interesaran por el gran proyecto de recuperación española apoyado por los casi 140.000 millones de euros del gran fondo de recuperación europea que corresponden a España. El presidente les ha explicado que la idea es que esa enorme cantidad de dinero público se vea acompañado de otros 500.000 millones de euros en inversión privada para lanzar proyectos de innovación, transformación tecnológica, economía verde. El Gobierno tiene muchísimo dinero para invertir, más que nunca en la historia, pero necesita socios privados para llevar adelante los proyectos y multiplicar el efecto de la inversión pública. Esa es la idea del fondo aprobado en la UE. Y el motivo principal del viaje a EE UU. Fuentes presentes en la cita señalan que Sánchez se ha adelantado a otros mandatarios europeos con este viaje, y eso puede ayudar, porque estos dirigentes llevan meses sin tener contacto presencial con presidentes o primeros ministros por la pandemia. Por eso todos han agradecido el viaje del presidente.
Sánchez también se ha reunido a solas, con la misma idea, con Larry Fink, el consejero delegado de BlackRock, el mayor fondo del planeta, con importantes intereses en España en casi todos los sectores —es por ejemplo uno de los mayores accionistas de Iberdrola, justo en plena polémica por el aumento del precio de la luz—, principalmente en los grandes bancos, Telefónica y otras empresas cotizadas, incluidas algunas del sector inmobiliario.
Sánchez ha visto así los dos lados de la moneda. En España Unidas Podemos le presiona para ser más valiente con la ley de vivienda y las nuevas formas de contrato para reducir la contratación temporal, y en el corazón financiero de EE UU le empujan hacia el lado contrario.
El objetivo del viaje de Sánchez es, por tanto, sobre todo económico. Pero también aprovechó para conceder entrevistas en medios. EE UU, como España, está viviendo un claro repunte de positivos en coronavirus, y Sánchez ha aprovechado para presumir de que su país no tiene un movimiento antivacunas y que eso le permitirá superar mejor la crisis. Las televisiones de EE UU centran su programación en el debate sobre los millones de personas que se niegan a vacunarse, y la tensión política y social sobre esta cuestión es evidente con un breve repaso a la programación matinal. En ese contexto, Sánchez, en su primera intervención pública en su viaje de tres días a EE UU, en el programa Morning Joe de la MSNBC, ha afirmado que España no tiene ese problema cuando le han preguntado por los malos datos de contagios en el país.
“Tenemos cifras altas hoy, desafortunadamente, y por eso hacemos un llamamiento a la prudencia, pero afortunadamente no tenemos ningún tipo de movimiento contra la vacunación”, ha señalado Sánchez en claro contraste con la situación de EE UU e, incluso, de otros países europeos donde el movimiento contra la inmunización sí ha cobrado fuerza, hasta el punto de que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha señalado que a los que se nieguen a vacunarse se les cerrarán las puertas de la Administración e incluso no podrán ir a restaurantes.
Sánchez ha explicado que el problema ahora en España es que se está contagiando la población no vacunada, los más jóvenes, y por eso aumentan los casos. La presentadora le ha preguntado entonces si tienen un problema de distribución de vacunas, porque en EE UU ya se ha vacunado prácticamente a todas las generaciones y a todas las personas que querían hacerlo, pero Sánchez ha explicado que España lleva buen ritmo y también está vacunando ya a jóvenes, y que cumplirá el objetivo del 70% de la población cubierta a finales de agosto.
El presidente ha insistido en que este es un asunto de salud pública que no debería generar un debate político: “Esto no va de conservadores o progresistas. El mayor error sería ideologizar la pandemia. Esto es un desafío de salud pública global. Tenemos que pedir prudencia a nuestros ciudadanos”. Poco después de que se transmitiera la entrevista, la MSNBC profundizaba en este debate que se vive en EE UU entre quienes se ponen la vacuna y quienes la rechazan y le daba un gran valor al hecho de que Sean Hannity, conocido presentador de la FOX y gran referente mediático para Donald Trump, dijera que él cree en la ciencia e invitó a todos en su programa a vacunarse.
Después, en una larga entrevista con Reuters, insistió en la misma idea y entró también a algunas cuestiones nacionales, en especial la subida del precio de la luz, que está suponiendo un importante desgaste para el Ejecutivo. “Lo que hemos hecho ha sido bajar los impuestos pero desgraciadamente ha habido esa subida de los precios internacionales y nos preocupa mucho. También hemos creado bonos sociales contra la pobreza energética. Necesitamos tener en cuenta que estas políticas de transición ecológica podrían resultar regresivas y causar un gran daño a los más vulnerables. Mi prioridad es protegerlos. Cuando veo algunas propuestas de la Comisión Europea me preocupa. Tenemos que abrir un debate en el Consejo y con el Parlamento europeo, pero el Parlamento ha rechazado la propuesta y no veo mucho apoyo del Consejo”, ha sentenciado.
Al presidente le han preguntado indirectamente por qué no va a Washington a reunirse con el presidente Joe Biden en este viaje, pero no ha contestado. Eso sí, Sánchez ha lanzado muchos guiños a Biden y ha dicho que es una muy buena noticia que haya llegado él después de Donald Trump porque el expresidente se salió de los compromisos de la cumbre de París en la lucha contra el cambio climático y veía a la UE “como una especie de enemigo”, algo que Biden no hace. En el Gobierno español explican que no era aún el momento adecuado para buscar esa cita en la Casa Blanca y por eso se han concentrado en un viaje económico sin pasar por Washington.