Unidas Podemos asume ya un posible apoyo de Ciudadanos a los Presupuestos

Unidas Podemos no quiere compartir con Ciudadanos la foto final de los primeros Presupuestos del Gobierno de coalición, pero la posibilidad se ve cada vez más cerca. Han pasado solo dos meses desde la advertencia de Podemos al PSOE en septiembre ...

Unidas Podemos no quiere compartir con Ciudadanos la foto final de los primeros Presupuestos del Gobierno de coalición, pero la posibilidad se ve cada vez más cerca. Han pasado solo dos meses desde la advertencia de Podemos al PSOE en septiembre —"si pacta los Presupuestos con Ciudadanos, que no cuente con nosotros”—, pero el empeño del partido de Inés Arrimadas para sentarse a negociar las cuentas, y los gestos del PSOE hacia su formación, han obligado al partido de Pablo Iglesias a asumir este escenario.

La estrategia de Podemos se centra ahora en evitar que Ciudadanos altere cualquier punto del borrador que considera inamovible, como la subida al IRPF a las rentas más altas. Iglesias mantiene la presión para que la negociación de las enmiendas sea con los partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez en enero, como acordó con el presidente, y que si Ciudadanos acaba votando sí a las cuentas sea porque decide sumarse al final. La formación de Arrimadas, que ha mostrado en numerosas ocasiones una decidida actitud para negociar su apoyo, ha empezado también a jugar sus cartas para poner su sello a los Presupuestos. En la primera negociación pública de las cuentas entre el Gobierno y los partidos, el pasado jueves, pidió incluir una ayuda a pymes y autónomos a fondo perdido, una medida que incluso Unidas Podemos tiene difícil rechazar.

Podemos resta importancia a la imagen del jueves, en la que los negociadores del Gobierno –la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (PSOE), y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez (Unidas Podemos)– recibieron a Ciudadanos antes que a otras formaciones de la mayoría de la investidura, como ERC. Fuentes del partido sostienen que ya llevan semanas celebrando encuentros con los socios de investidura para negociar el borrador, tal y como pactaron Sánchez e Iglesias. Pero los de Arrimadas sí consideran un guiño del Gobierno el orden establecido para las reuniones. ERC y el Ejecutivo coinciden, sin embargo, en que detrás de este orden de encuentros no hubo motivaciones políticas, sino simplemente logísticas.

Fue el PSOE quien organizó las citas. La noche del miércoles, a última hora, Montero avisó a Álvarez de que el jueves por la mañana se llevaría a cabo una ronda con los partidos dispuestos a negociar los Presupuestos. Después de semanas de aproximaciones discretas entre los partidos, las del jueves fueron las primeras reuniones de las que se difundieron imágenes a los medios de comunicación. Unidas Podemos, el socio del PSOE en el Gobierno, como el resto de partidos, no se enteraron del plan hasta esa misma noche. El PNV incluso rechazó asistir por las horas de la convocatoria, aunque mantiene abierta la negociación con el Ejecutivo.

El Gobierno no tendrá problemas para salvar por amplia mayoría el primer trámite de los Presupuestos porque ni Ciudadanos ni ERC han presentado enmiendas a la totalidad. La verdadera negociación estará en las enmiendas que tendrán que pactarse con cada uno de los partidos por separado. Los republicanos ya han avanzado que no apoyarán unas cuentas que también apoye Ciudadanos, pero ni siquiera Unidas Podemos piensa ya que se trate de una línea roja. El Ejecutivo tiene más margen del que podría haber imaginado hace apenas unas semanas. Tanto, que al final, hasta la foto del triunfo podría llegar a volverse incómoda para algunos.