Sofás, sillas y tumbonas en la calle: el triunfo urbanístico en Suiza de la primera sala de estar pública
Este espacio se ha convertido en un atractivo en la ciudad suiza de San Gall. Una novedad creada por la artista Pipilotti Rist y el arquitecto Carlos Martínez en tiempos donde el debate gira en torno a la gestión del espacio público
Cuando Pipilotti Rist (Grabs, Suiza, 62 años) presentó su pionera e insólita sala de estar al aire libre en San Gall, dijo que estaba hecha con sangre de monstruo. El líquido de la bestia imaginaria derramado sobre las calles del barrio de Bleichi se convirtió en caucho granulado y, cubriendo elementos como un jarrón gigante, un coche o una fuente, dio lugar a una alfombra roja que invade y homogeneiza plazas, calles y mobiliario urbano generando un contraste deliberado con el entorno. Así se ha trans...
Cuando Pipilotti Rist (Grabs, Suiza, 62 años) presentó su pionera e insólita sala de estar al aire libre en San Gall, dijo que estaba hecha con sangre de monstruo. El líquido de la bestia imaginaria derramado sobre las calles del barrio de Bleichi se convirtió en caucho granulado y, cubriendo elementos como un jarrón gigante, un coche o una fuente, dio lugar a una alfombra roja que invade y homogeneiza plazas, calles y mobiliario urbano generando un contraste deliberado con el entorno. Así se ha transformado un distrito en el que, cuando los oficinistas se iban a casa y las tiendas cerraban, muchas cosas no pasaban. El proyecto se puso en marcha hace más de 15 años y corrió a cargo de esta reconocida videoartista y el arquitecto de origen español Carlos Martínez, ambos originarios del cantón de San Gall.
En estos tiempos que corren, donde el debate urbanístico gira en torno a la gestión del espacio público, proyectos como las superilles o supermanzanas (zonas de distribución del tráfico para uso vecinal) de Barcelona han demostrado ser un acierto. Tanto que hasta los propios vecinos que lo criticaron no volverían atrás ni por asomo. Por eso resulta agradable descubrir precedentes mucho más radicales en su puesta en escena y que no generaron conflicto y sí entendimiento y empatía, además de abrir caminos e inspirar nuevas propuestas en favor de la comunidad.
Este City lounge no entiende que a una persona se la llame peatón. Es una segunda piel: uno siente apego por un espacio que va haciendo suyo a distintas horas del día y de la noche. Subversiva y acogedora, es una verdadera sala de estar pública amueblada con sofás, sillas, mesas, tumbonas. Los niños se mueven sobre el tartán como en un parque encantados con la tactilidad. Unos adultos discuten sentados con el tono de voz con el que se debate en Suiza y el bróker de turno dicta cifras al móvil cuando baja a airearse para descontracturar el cuello. Por la noche, las hermosas farolas que simulan descarriadas rocas flotantes iluminan el escenario y atraen con su luz a los más jóvenes. En 2017 ganó el A’ Design Award & Competition en la categoría de diseño de mobiliario urbano. En definitiva, se trata de una creación que rompe las líneas entre la intervención artística y el diseño y se apoya en la idea de convertir la calle en un lugar de juego y deleite para los ciudadanos.
Pipilotti Rist inició su carrera artística en San Gall y, por eso, en el Kunstmuseum recuerdan con orgullo que fueron ellos los primeros en organizar la exposición institucional de 1994 que le abrió las puertas al gran público. Melanie Bühler, su actual directora, dice sobre la plaza: “Una mancha tan grande de rojo evoca un espacio de juego, imaginación, asombro y posibilidad. Las zonas urbanas como esta se quedan desiertas después de horas de trabajo y compras. Gracias al Stadt Lounge se ha convertido en un lugar de encuentro y reunión y da vida a una zona que, de otro modo, estaría muerta”. También recuerda que no deja de ser un reflejo del lenguaje de Rist: “Una artista visionaria, una pionera del videoarte y de las instalaciones multimedia que ha creado su propio y distintivo universo visual en el que mezcla feminidad, cultura pop y un sentido de la maravilla y el sueño similar al de Alicia en el País de las Maravillas”.